A más de dos meses de vigencia del cepo a la exportación, hay consenso entre los carniceros en que el precio de los cortes vacunos se mantuvieron estables desde entonces a esta parte. También coinciden en otro punto importante: el pollo y el cerdo, las dos alternativas que ganaron terreno entre los consumidores frente a las carnes rojas, tuvieron aumentos de hasta el 20 y el 35 por ciento, respectivamente, en las dos últimas semanas.
Fabián García, comerciante del rubro, explicó que la carne de ave y la porcina crecieron en ventas cuando los productos bovinos tenían aumentos constantes y acumulativos, en la primera mitad del año. Si bien esa escalada de precios se frenó, los consumidores cambiaron sus hábitos y los mantienen hasta hoy.
“El kilo de pulpa está entre 700 y 800 pesos, y eso implica un costo elevado para una familia que pretenda comprar todos los días. Los cortes de asado están un poco más baratos, pero se venden menos, porque no hay juntadas, y recién ahora se está reactivando un poco. La gente se cuida mucho en cómo consume carne”, apuntó el carnicero.
“No siguió aumentando”
“Los precios se han mantenido relativamente igual. Las medidas del gobierno nacional hicieron que la carne no siga aumentando más, porque hasta ese momento venía teniendo subas constantes de precios. Ahora, los cortes de carne vacuna tampoco bajaron; valen más o menos lo mismo que en aquel entonces”, agregó Fabián García.
Una opinión similar tiene Genaro Zabala, dueño de una carnicería del macrocentro. Asegura que el precio de la carne vacuna se estabilizó después de freno a las exportaciones que ordenó el Gobierno, a mediados de junio.
“Hoy la gente busca cortes económicos y que rindan”, indicó Joel Silva, carnicero.
“Una pulpa para milanesa, de carne especial, cuesta de 850 a 900 pesos el kilo. Y el asado, que cuesta alrededor de 750 pesos el kilo”, indicó.
Joel Silva, de otro comercio del rubro, ratificó que el precio de la carne de vaca se mantuvo estable durante los dos últimos meses, después de las restricciones a la exportación, con un valor de referencia de un kilo de pulpa a 750 pesos promedio.
Contracara: nuevos aumentos
En contrapartida, las principales alternativas a la carne vacuna vienen teniendo aumentos recientes.
“La semana pasada aumentó de nuevo el precio del pollo, otro 20 por ciento. El cajón pasó de 3.200 a 3.900 pesos. Y el kilo de cerdo aumentó un 25 por ciento al mostrador en dos semanas. El kilo de costilla de cerdo pasó de 550 pesos a 690 pesos el kilo, en menos de 15 días. Y el pollo entero, de 175 a 220 pesos por kilo”, explicó Fabián García.
Sin embargo, no todos los carniceros recibieron el mismo impacto. Por su parte, Genaro Zabala detalló que el pollo y el cerdo llegaron con un 5 por ciento de aumento durante los últimos 15 días. “De todos modos, ya avisaron que van a volver a aumentar los próximos días”, aclaró.
“Hoy, el kilo de pollo se vende a 260 pesos. Y el cerdo, la costilla o la costeleta, a 550 pesos el kilo”, indicó el carnicero.
En tanto, Joel Silva indicó que en estas últimas dos semanas, el cerdo tuvo un aumento de 25 pesos por kilo.
“Fue grande el aumento. Un kilo de cerdo de buena calidad ronda hoy los 600 pesos. Y los productores dicen que va a seguir en aumento”, dijo.
“El pollo, por su parte, se movió, pero no fue tan importante. Hoy, la pechuga sale 500 pesos por kilo y las patas, 300 a 350 pesos. El aumento que tuvo fue del 10 por ciento, aproximadamente”, agregó.
“Económico y que rinda”
En otro orden de cosas, explicó que, aquellos que siguen comprando carne de vaca, se inclinan por cortes “económicos y que rindan”. “Entre lo que más se vende está la molida, a 500 pesos, lo mismo que el kilo de milanesas”, indicó.
“Las ventas de las carnicerías siguen 50 por ciento abajo”
Pese a que el precio de la carne vacuna se mantiene estable desde hace aproximadamente dos meses, la realidad de las carnicerías parece no haber mejorado mucho en este tiempo. Para el comerciante de este rubro Fabián García, sencillamente siguen vendiendo la mitad de la mercadería en comparación con el año anterior.
La baja en el despacho de carnes no se limita solamente a los cortes vacunos, sino que también alcanza al pollo y al cerdo, alternativas más económicas.
En este sentido, sostuvo que “las carnicerías, prácticamente todas, están vendiendo la mitad de mercadería que antes. Hubo una baja impresionante, y se nota mucho, sobre todo cada fin de mes”.
García detalló que esta fuerte caída en el consumo de carne viene desde hace tiempo, pero se evidenció fuertemente este año, producto de los constantes aumentos del primer semestre.
“Este año pasó en una forma mucho más evidente que años anteriores. Causó más impacto ahora que el año pasado. Más allá de que se mantuvo el precio en estos meses, no se reactivó el consumo, sino todo lo contrario: siguió cayendo. Lo que pasa es que, hoy en día, con los sueldos que hay, la carne parece cara”, apuntó.