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Un año en el que los números se fueron ajustando fuerte en la producción porcina

El alza de los principales costos fue la característica del 2025 en las granjas, especialmente durante el segundo semestre en soja y maíz

Los números de la ecuación porcina terminan el 2025 con la lengua afuera. Es que, especialmente en el segundo semestre hubo una aceleración en algunos costos muy relevantes de la producción de cerdos que terminaron ajustando fuerte el resultado económico.

El especialista Juan Luis Uccelli elaboró un trabajo en el que repasa cómo evolucionaron variables fundamentales del sector, y hasta las comparó con el Índice de Precios al Consumidor (IPC) que elabora el Indec.

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Como primer punto relevante, el informe de la Consultora JLU remarcó que “el costo de producción ascendió al 51,9%, impulsado principalmente por el maíz y, de manera notable, por la soja durante el segundo semestre”, lo que representa una escalada muy por encima del índice inflacionario general que rondará el 31% en 2025.

El experto remarca que en comparación con el aumento del precio del cerdo en pie, “esta alza ha generado una disminución significativa del margen bruto del negocio, llegando a condicionar la rentabilidad en varios casos”.

Por otro lado, el costo de faena, que arrastraba un importante retraso desde el año anterior experimentó “una necesaria recomposición”, consideró el informe.

Al analizar los eslabones más sensibles, se observa que la media res subió a un ritmo similar al del cerdo en pie. En tanto, los valores de los cortes mayoristas fueron muy bajos en su crecimiento. Es en este segmento donde se concentra el principal impacto negativo para toda la cadena.

La existencia de cortes que hoy registran precios inferiores a los del año pasado (como es el caso de la pulpa de paleta) explica, en parte, los quebrantos y las cesaciones de pago. Para Uccelli, “el sector ha agotado su capacidad de soportar esta situación”.

Un factor clave que agrava las complicaciones en los tres valores por debajo del IPC es el impacto de las importaciones, expresadas en pesos.

Aunque los precios en dólares se redujeron durante el año, la devaluación local resultó en un incremento del valor en pesos de las importaciones del 34,8%. “Es importante destacar que este ingreso de producto importado no ha condicionado los precios que paga el consumidor, que tuvieron un aumento inferior a lo importado: 33,4%. Sin embargo, sí ha impactado directamente en la valorización de los cortes nacionales, afectando a la media res y al precio del cerdo en pie”, explicó Uccelli.

Para el especialista, la devaluación del dólar fue importante, aun sin llegar a un valor de equilibrio. “Tal como hemos mencionado en reiteradas ocasiones, la participación del producto importado, aun sin considerar el efecto negativo en la cadena nacional, alteró el precio final que abona el consumidor minorista al alza”, alertó, contra los pronósticos generalizados que apuntan a que los precios bajan por la competencia internacional. No obstante, aclara Uccelli, “una menor participación de la importación, sí habría colaborado en la obtención de un mejor precio tanto para los cortadores, como para los productores argentinos”.

A modo de conclusión, el informe de la consultora JLU remarca que las diferencias observadas reflejan una clara distorsión en la distribución de las participaciones dentro de la cadena y subrayan el efecto negativo de las importaciones. Estas últimas no cumplieron con el objetivo de reducir los precios al consumidor, “pero sí agravaron la situación de quienes producen y generan empleo en el sector porcino argentino”, finalizó.