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Franco Suárez, actual director de la empresa e hijo del fundador, destacó el desafío que representa este nuevo paso: “Hoy somos los número uno en el interior del país, pero venir a Capital Federal, donde toda empresa argentina quiere desembarcar, es lo más difícil”. Según explicó, la llegada a Buenos Aires marca un punto de inflexión para la firma, que busca posicionarse a nivel nacional con un rebranding completo y nuevas estrategias de mercado.
El Hornito Santiagueño nació hace 17 años cuando la familia Suárez, originaria de Santiago del Estero, comenzó a vender empanadas en un pequeño horno de barro en Córdoba. Desde entonces, el emprendimiento familiar se transformó en una empresa que produce miles de docenas de empanadas diarias, además de pizzas y otros productos congelados.
La clave del éxito, según Suárez, radica en la capacidad de adaptarse y apostar incluso en contextos económicos adversos: “La clave es básicamente nunca bajar los brazos. Primero, me parece muy importante eso: no bajar los brazos. Algo que siempre nos genera algo lindo es crear fuentes de trabajo y hacer sentir bien a la gente. Creo que la clave está en no quedarse de brazos cruzados, porque cuando vos te quedás quieto, hay otra persona o tu competidor avanzando. Eso pasa acá en Córdoba, en Buenos Aires o en cualquier parte del mundo. La clave es esforzarse e invertir. La palabra final es esa: invertir y apostar. Apostar, apostar, apostar. En épocas de crisis, cuando más apostás, al principio cuesta, pero después los resultados se ven”.
En su estrategia para Buenos Aires, uno de sus caballos de batalla son las pizzas de masa madre con 70 horas de fermentación, harina orgánica y sin conservantes. Suárez señaló que este producto, aunque no es el principal de la marca, tuvo una excelente recepción entre los consumidores porteños. “Más allá de que la tradición en Buenos Aires sea la pizza al molde, el público joven busca más tendencias como la masa madre y el estilo napolitano. Además, en 30 días lanzaremos estas pizzas de masa madre a todas las 86 franquicias del interior del país. Así que es un producto que también va a crecer mucho”, agregó.
A futuro, el Hornito Santiagueño proyecta convertirse en un grupo económico con múltiples marcas en el rubro gastronómico. Entre los planes destacan el desarrollo de una fábrica de rebozados en Córdoba, el lanzamiento de una línea de hamburguesas y la creación de nuevas franquicias de empanadas, pizzas y lomitos. “Dentro de 5 años veo a la empresa convirtiéndose en un grupo económico de varias franquicias, no solo con El Hornito, sino también con nuestra segunda marca de empanadas, que apunta a otro nicho de mercado. Queremos realmente ser la número uno de Argentina, y para eso solo nos falta conquistar Capital Federal. Hoy, en Córdoba, Rosario y otras provincias, tenemos más del 50% del share de mercado. Sabemos la calidad de nuestro producto”, afirmó Suárez.
El empresario también vislumbra una expansión internacional a países limítrofes y otros mercados como Estados Unidos o Costa Rica, donde ya recibieron propuestas e instalar al lomito como un bastión cordobés en CABA. “Pensando a futuro, en 5 años nos veo manejando 5 o 6 marcas exitosas en Argentina, enfocadas en gastronomía. La idea es convertir a El Hornito en la número uno mundialmente y desarrollar estas marcas en paralelo. Estamos trabajando en una marca de empanadas, otra de pizzas y también en una de lomitos. Queremos que en Capital Federal el lomito sea valorado como lo es en Córdoba, porque allá casi no existe como una opción. En 5 años nos vemos manejando 5 marcas exitosas en franquicias en toda Latinoamérica”, concluyó.