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Rojo y amarillo dominan el semáforo de la producción

Sobre 19 economías monitoreadas, 14 tienen luz de alerta por crisis aguda. Las peores, leche y vino

Casi la totalidad de las principales cadenas agroalimentarias de la argentina están atravesando momentos de dificultad más o menos severos de acuerdo al último relevamiento realizado por Coninagro en base a su semáforo de economías regionales correspondiente a febrero.

Los efectos de La Niña empiezan a manifestarse en toda su dimensión y comenzarán a transparentarse con mayor contundencia en los próximos meses.

En ese contexto generalizado hay dos sectores calificados “en crisis” y que son la leche, y el vino y mosto. Son los dos que presentan mayores dificultades en un contexto negativo generalizado. En el caso puntual de los tambos, la escalada de los costos (especialmente los de la alimentación por el efecto sequía) y un precio de la producción que avanzó más lentamente fue provocando un desajuste que hoy pone a muchos emprendimientos al límite de la subsistencia.

Al respecto del estudio publicado por el Área Económica de la entidad, dio su visión el presidente de Coninagro, Elbio Laucirica: “Continúa la crítica situación en las producciones tanto pampeanas como de las economías regionales. El estudio que hacemos con nuestras cooperativas muestra que un 80% se encuentran en situación crítica y salvo una que tuvo una mejora -las aves- el resto está en advertencia, lo que nos muestra la gravedad de la situación generada tanto por las políticas implementadas (inflación, atraso y brecha cambiaria) como por las inclemencias climáticas. Hoy requerimos que el Gobierno no sea ‘socio del campo no sólo en las buenas’ sino que ante esta grave situación, acuda en la ayuda hacia el productor, con alivio fiscal y créditos para afrontar esta situación”, deslizó el dirigente cooperativista.

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La realidad productiva del sector lácteo la describe Javier de la Peña, productor agropecuario de Santa Fe y representante de la Junta Intercooperativa de Productores de Leche: “Lamentablemente la sequía generalizada se ha profundizado, con olas de calor extremas, y una situación agravada por la muy mala calidad de pasturas, lo que complica las reservas que se intentan hacer en esta época del año para poder producir leche durante el invierno”.

“Este cuadro hace que las reservas hayan sido utilizadas extemporáneamente, es decir en pleno verano, y realmente no sabemos cómo vamos a encarar el invierno prácticamente sin reservas. Agregado a esto, hay normativas vigentes de AFIP que dificultan la compra de alimentos en los tambos y empeoran la situación de conseguir alimentos. Además, el control del programa Precios Justos que ejerce el Gobierno sobre las industrias, hacen que que esa cadena industrial no pueda pagar al productor un precio más acorde al que necesitaría para poder suplir este escenario, mejorando su capacidad de compra. Básicamente estamos empantanados en una situación de presiones tanto tributaria como en los ingresos de los productores con un marcado incremento en los costos de alimentación de los animales. Así, el riesgo que existe hoy es que los productores se sientan agotados y sean expulsados del sistema”, redondeó De La Peña.

Por su parte, productor agropecuario de la localidad de Montecarlo, Misiones, Manfredo Seifert, alertó sobre la situación que reporta su zona: “El sector forestal está entrando en una situación crítica, está en rojo, y en los últimos meses ha perdido competitividad en el exterior por el desdoblamiento cambiario”, alertó.