La pregunta no es exclusiva de los empresarios, se impone incluso ya entre los economistas. En su último trabajo para el Ieral de la Fundación Mediterránea, Gustavo Reyes tituló: “¿Ya pasó lo peor de la recesión?”. Y comienza describiendo que la coyuntura argentina actual lleva a plantearse tres interrogantes en materia de actividad económica: ¿Cómo está el nivel de actividad económica en el II trimestre del 2024?, ¿Ya pasó lo peor del proceso recesivo?, ¿Cómo puede seguir la economía a lo largo del año y de qué depende?
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La respuesta a las dos primeras preguntas es que la economía, aunque de manera muy heterogénea, podría haber tocado piso entre fines del primer trimestre y principios del segundo.
La contestación a la tercer pregunta, es que, dependiendo del panorama político, del “arranque definitivo” de las diferentes reformas estructurales y de la salida del cepo, será probablemente la velocidad de recuperación que tenga la economía tanto en el segundo semestre como en los años subsiguientes.
La esperada mejora implica una recuperación solamente de corto plazo en los niveles de actividad económica pero no necesariamente implica avances para el mediano plazo, aclara Reyes.
Al frente de empresas y de instituciones empresarias, Manuel Tagle (Bolsa de Comercio de Córdoba) y Luis Macario (Unión Industrial de Córdoba), coinciden en la necesidad del ordenamiento macro, pero ofrecen matices a la hora de observar la micro y “el mientras tanto”.
“La gravedad en la cual ha caído el país con sus desequilibrios es importante, y es imperioso reordenarlo para que se convierta en un país previsible, que baje la inflación drásticamente y pueda comenzar un proceso de recuperación económica que consideramos que debe ser sobre la base de la estabilidad monetaria. Cuando un país logra esa estabilidad, y cuando antes lo logre mejor, comienza un proceso de recuperación sobre la base de la confianza, la previsibilidad y sobre todo el crédito, que es algo que dinamiza mucho la actividad económica y al sector productivo. En primera instancia será un crédito indexado, pero luego, cuando la estabilidad se termine de consolidar, aparecerán los créditos con tasas fijas; ya estamos viendo que se ofrecen créditos sin interés a 6 meses e incluso en algunos casos a 12 meses porque confían en este proceso de estabilización y eso ya es un síntoma alentador que va a dinamizar un poco la demanda y el consumo. Y claramente eso es positivo”, explicó Tagle en diálogo con I+I CBA.
Y agregó: “A esos cambios la Argentina los tiene que vivir. Los vivieron Uruguay, Paraguay, Chile, Brasil; cómo es posible que Argentina no pueda tomar en serio estas reformas y cambios para ser un país normal y serio, integrado al mundo”.
Por su parte, el presidente de la UIC remarcó que “hay algunos resultados como la eliminación del déficit fiscal y el superávit incluso que llevan a reducir la inflación, que aún está alta, pero a la baja; hubo aumento de reservas, las tasas en los bancos comenzaron a bajar y dejaron de prestarle al Estado que se llevaba buena parte de esos recursos y ahora deberán prestarle a los privados, como ya empezamos a ver con el crédito hipotecario y luego llegará al sector productivo. Además, el tipo de cambio se mantiene estable. Falta la eliminación del cepo porque los problemas que existían con el tema importaciones, siguen estando, aunque menos intensificados. Sigue habiendo restricciones para poder operar. Y algo que me genera dudas es el impuesto país que tiene vigencia hasta fin de año pero que se transformó en el segundo impuesto en materia de recaudación después del IVA”, advirtió Macario.
Macario: "Sabemos que vamos a salir de esta situación pura y exclusivamente a través del crecimiento del sector privado. Y para eso consideramos que hay que realizar determinados cambios que son estructurales y que de alguna manera están planteados entre el paquete impositivo y la Ley Bases".
Pero inmediatamente aclara: “La micro, mientras tanto, está mal. El ajuste se está sintiendo. La micro se acomodará un poco cuando comience a recomponerse algo el salario real. Y si hay una caída de inflación, en definitiva habrá un impuesto menos. Por otro lado, sería necesario que se aumente la competitividad para exportar, justamente eliminando todos estos impuestos distorsivos como el impuesto país o los derechos de exportación”, sugirió.
Según Tagle, en tanto, los empresarios saben “que todo proceso de ajuste, como el que estamos viviendo, para ordenar la macroeconomía tiene un costo que es el enfriamiento de la economía. No existe la posibilidad de que se combata la inflación reactivando el consumo al mismo tiempo. Es indudable que tenemos que ir a un enfriamiento y a una recesión, pero controlada, en el marco de un proceso de confianza en la estabilidad que es lo que realmente empieza a producir una reactivación sobre bases sólidas y no sobre estímulos artificiales como se hizo en el último tramo del Gobierno anterior, cuando se emitió gran cantidad de dinero para ganar las elecciones y estimular el consumo. Eso es como la llama de un fósforo, dura unos segundos. Lo que tenemos que lograr es que sea sobre la base de la estabilidad. Este proceso es el que tenemos que apoyar y los empresarios saber que hay un período en el que vamos a tener ordenar más nuestras finanzas, nuestras empresas, pero sostener al mismo tiempo el empleo, que es parte de nuestra responsabilidad hasta tanto comience la recuperación, que ya se está notando”, afirmó el titular de la Bolsa de Comercio de Córdoba.
Tagle: "Seguramente comenzará con el agro que tendrá un buen año, la minería, el litio en particular, la economía del conocimiento. Hay una serie de actividades que se van a poner vigorosas bastante rápidamente y van a empujar el país hacia adelante, para una reactivación económica más firme y más seria".
Por último, Macario puso la lupa en el sector industria: “Hoy está todo muy mal. La semana pasada salió el índice industrial de Indec y los 16 rubros fueron todos negativos, con algunos en muy mal estado como la fábrica de muebles o colchones. Es difícil poder saber cuándo habrá un rebote. De la aprobación de la Ley Bases dependerá también una parte. Para que la micro empiece a funcionar hay que entrar en un marco de razonabilidad de la macro. Las tasas de inflación como las que teníamos conspiran contra cualquier tipo de actividad. Es muy difícil poder decir desde cuándo va a repuntar la actividad industria. Todos los economistas hablan de que 2024 será recesivo. Después, si en lo único que se piensa es en ajuste, obviamente que el país no va a funcionar. Pero necesitamos que la macro se ordene, que haya un poco de previsibilidad y el sector privado está agazapado, esperando que las cosas empiecen a acomodarse”, concluyó el industrial de Deheza.