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"Con mercado interno solo no alcanza"

La secretaria de Ganadería de la Provincia, Catalina Boetto, volvió a reclamar que se abran las exportaciones de carne vacuna

Con algo de demora, finalmente el Ministerio de Agricultura y Ganadería de la Nación dio a conocer esta semana el dato del stock ganadero de las distintas provincias, en donde se observa que hubo una caída de casi 950 mil vacunos entre diciembre de 2020 y el mismo mes de 2019. Córdoba, en particular, mostró más estabilidad, pero igual resignó casi 40 mil cabezas.

Cuando se observan los números por categoría, hubo fuerte pérdida de vacas, y muy poco terneros y terneras. En vacas, había 1.805.120 en diciembre de 2019 y un año más tarde se perdieron 28.923. En novillos la caída fue de 20.306 en 12 meses al pasar de poco más de 217 mil a 197 mil. En cambio se sumaron al rodeo cordobés un total de 13.828 novillitos

La secretaria de Ganadería de Córdoba, Catalina Boetto, analizó para Tranquera Abierta el cuadro de situación y el futuro del sector, al tiempo que volvió a levantar la voz desde la Provincia para que se eliminen todas las restricciones a la exportación de carne.

“Evaluamos cada departamento con su stock correspondiente porque queríamos conocer cuál es la productividad en cada lugar, es decir la relación de la cantidad de terneros por cantidad de madres. Y los números del año 2021 nos dieron con ciertas particularidades y por eso decidimos ampliar la mirada hasta 2020. Los números venían bien hasta 2018, aunque con productividad estancada y a partir de ahí hay un leve crecimiento de esa productividad, es decir que mejora la relación entre terneros y vacas. Y en este último tiempo eso se hizo más notorio, y hay más terneros por vacas”, indicó.

¿Por qué se pudo dar la pérdida marcada en vacas?

Se puede explicar porque el productor, ante la posibilidad de vender una vaca vacía, vieja, que era improductiva, a un buen valor por la exportación, prefirió sacarla, limpiar un poco el rodeo y dejar las vacas más productivas. Y además, con ese dinero extra, pudo reinvertir en la ganadería. Y lo que se ve a partir de eso es una mejora en este 2021 de la productividad. Córdoba estaba en 55% de terneros, después pasó a 61 o 62 por ciento y este año alcanzó alrededor del 70%, pero es un valor que estamos revisando junto con Senasa porque los números surgen de la campaña de vacunación. Por eso, la explicación que le doy es que hubo venta de vacas viejas, se limpiaron los rodeos y eso dio una mejora en la productividad porque hay menos vacas y más terneros.

Pero esa salida de vacas por limpieza de rodeo se frenó por el cierre de exportaciones...

No sabemos qué va a pasar de ahora en más porque con este cierre de las exportaciones, la categoría vacas era una categoría que tenía un valor que nunca había logrado. Siempre se vendió a precio muy bajo, y ahora eso había cambiado y le permitía al productor reinvertir y así tender hacia un crecimiento de la ganadería. Pero insisto en que hay que ser cuidadosos con esta merma en los números porque puede ser por limpieza de vacas que han ido a exportación, que no repercute en la productividad del rodeo.

¿Cómo es eso?

No podemos medir si algo es bueno o malo por la cantidad total. Eso es una parte, porque podemos tener 10 fábricas improductivas, por ejemplo y en todo caso es mejor 5 trabajando a full. Entonces, que haya menos stocks de vacas en Córdoba también puede responder a la existencia de frigoríficos que captaban esto, no en la parte de invernada del sur que es más productiva por ejemplo. En Córdoba claramente el arco noroeste es menos productivo y el resto más productivo. Y en el resto hay que recordar la presencia de muchas vacas de tambo.

En contraste con la Nación, Córdoba casi no perdió terneros y terneras, ¿por qué se da esto?

En Córdoba no hubo tanta sequía, y no hay que olvidarse que los resultados reproductivos son muy dependientes del clima. En Buenos Aires, que es la zona que más tracciona los índices reproductivos buenos, venimos de una sequía importante y prolongada. En nuestra provincia eso no ocurrió de manera tan marcada. En cambio la Cuenca del Salado la sufrió mucho.

Volviendo al cierre de exportaciones, ¿cómo impactan en este contexto?

Lo que más me preocupa cuando se toman estas medidas es que se empieza a informalizar la cadena. Vemos cómo el consumo per capita de vaca cayó a 45 kilos y en realidad eso es medido con la faena formal. Y por eso también son medidas entonces que distorsionan, aumentan la informalidad en lugares que no se pueden controlar. Y a partir de ahí vemos números rarísimos de faena, consumo. Pero además, se eliminan mercados que a su vez imponen una serie de exigencias que se trasladan al mercado interno, como trazabilidad, calidad, formalidad extrema en el negocio. Por eso las exportaciones son buenas, porque ordenan mucho la producción hacia adentro. Y cuanto más exigentes son los mercados, más son las posibilidades de avanzar por ejemplo en etiquetado de carnes, cortes con marca. Y eso no sólo para el mercado internacional, sino para que se vuelquen también al mercado nacional. Cuando el negocio es bueno, todo esto se va dando porque permite alcanzar mayor calidad.

¿Cómo ve el plan ganadero anunciado por el Gobierno, hubo avances?

A los títulos que se dieron nadie los puede negar. Son expresiones de deseo que son positivas. Pero desde la provincia de Córdoba decimos que no se puede hablar de un plan ganadero para aumentar producción y productividad si no tenemos los mercados. Nos parece lógico eliminar medidas restrictivas en las exportaciones. No debería existir ninguna en realidad para avanzar con un plan ganadero en serio, para abastecer al mundo y al mercado argentino. Cuando hay alta producción se puede tener carne para todo. Un negocio crece cuando el mercado es grande. Cuando es chico, como si nos quedamos con nuestro mercado interno solo, cualquier aumento en la producción trae aparejado una sobreoferta y como consecuencia una caida de precios. Ahí empieza la liquidación y después cae la oferta y suben los precios en la góndola. Eso fue lo que pasó históricamente y que conocemos como los ciclos ganaderos. Por eso no crecimos en stock como sí lo hizo Brasil o algunos otros países de la región. Nosotros seguimos con los números históricos de alrededor de 50 millones de cabezas.

La exportación de estabilidad...

Da estabilidad, previsibilidad y al productor le generan ganas de crecer en el negocio. Porque se necesita invertir a largo plazo porque hablamos de procesos biológicos que llevan mucho trabajo, esfuerzo y tiempo. Desde comenzar un proyecto ganadero hasta vender la primera producción requiere al menos de tres años. Eso más las inversiones en pasturas, infraestructura, alambre, instalaciones. Claramente la ganadería entonces va a seguir estancada si no hacemos algo.