Ese eje de argumentación viene siendo usado, con variantes, por el peronismo y será revisitado con insistencia en la campaña que se viene.
En el caso de De Loredo, el radical parece no haber estado dispuesto a cruzar el límite final, a pesar de que sus votaciones desde que asumió Javier Milei despertaron reproches y le provocaron un costo al menos en un sector de su partido. Cerca del diputado aseguran que la oferta de la Casa Rosada era el tercer lugar de la lista pero con la condición de que debía alinearse incondicionalmente con el libertario. En el Congreso y en la campaña. No tendría la posibilidad ni siquiera de expresar algunos de los reparos que planteó, por ejemplo, por el financiamiento universitario o las subas jubilatorias. Tendría, como dijo en el video, que anularse a sí mismo.
Como Jorge Fernández Díaz escribió en una columna, después de todo parece que Milei, que dijo que no venía a guiar corderos sino a despertar leones, prefirió recostarse definitivamente en la faceta ovina de la política.
De Loredo, ahora, terminará viendo la elección desde afuera. Nunca fue su proyecto inicial. Su estrategia empezó a desmadrarse cuando quedó encerrado en un capítulo inverosímil, en una interna de la que terminó bajándose a pesar de tener de su lado al 90% del partido. Fue Ramón Mestre, convertido casi en un paria en los últimos años, el que terminó quedándose con la lista.
Ahora, el hombre fuerte del radicalismo está con el partido fracturado, en crisis, y con los puentes con los libertarios en proceso de detonación. Los hermanos Milei no parecen ser de los que perdonan los rechazos, menos cuando son públicos, menos cuando están acompañados de una crítica.
¿Por qué no terminó dando el paso final, el cruce definitivo a terreno libertario? En gran parte, como dijo, por las condiciones. Pero, en un plano puramente especulativo, parece haber en De Loredo y en otros muchos dirigentes una incertidumbre temporal con respecto a Milei y La Libertad Avanza:¿cuánto durará? Argentina es un país donde procesos que parecen un día invencibles pueden terminar con más pena que gloria poco después. Ahí está Mauricio Macri y su Pro como ejemplo más reciente. Y eso que el expresidente de Boca no era tan extremo, ni tan confrontativo, ni tan imprevisible y, por lo tanto, no tan expuesto al desgaste como Milei.
Cerca de De Loredo sostienen que desde ahora empezará una tarea de reconstrucción, de comenzar a caminar la provincia con miras a 2027. Señalan que, en los hechos, la gran mayoría del radicalismo le sigue respondiendo, que lo acompañará y que, después de todo, tal vez no sea tan malo elegir un camino menos dependiente del gobierno nacional. Es una estrategia opuesta a la de su socio/adversario, Luis Juez, que se ató por completo a la suerte de Milei. Si el Presidente llega desgastado a 2027, al senador le puede resultar dificultoso despegarse de lo que abrazó con tanto fanatismo.
Lo cierto es que los dos principales opositores que tiene el oficialismo provincial dejarán pasar el turno este año. En el peronismo la decisión de De Loredo generó cierto alivio. “Para nosotros es más amenazante Rodrigo que Juez en esta elección”, señalaron.
El PJ cordobés no atravesó un proceso libre de complicaciones para llegar a la lista que inscribirá hoy. A las negociaciones siempre frenéticas, y a los criterios no siempre compartidos entre Schiaretti y Llaryora, se sumó un elemento adicional, inédito para la historia política cordobesa del último cuarto de siglo: el peronismo se dividió y un apellido emblemático, el del fundador del ciclo ininterrumpido de victorias desde 1999 en adelante, estará en otra lista. Natalia De la Sota, quien repite que fue destratada e ignorada por los conductores, armó su propio frente.
¿Cuánto daño podrá hacerle a la lista que encabezará el exgobernador Schiaretti? Será una de las incógnitas de la elección. Más allá de las encuestas, algunas visiblemente operadas, el propio oficialismo terminó blanqueando el riesgo que implica la candidatura de Natalia. Daniel Pastore, ministro de Vinculación Comunitaria y hombre confianza de Llaryora, declaró públicamente que el peronismo puede ganarle a Milei y que si ese resultado corre riesgo es por la decisión de De la Sota.
Esa declaración buscó, por un lado, exponer a la diputada, responsabilizarla a cuenta por una eventual derrota, y sobre todo tratar de amalgamar al votante peronista que quiere ganar la elección. ¿Qué porción del electorado podrá llevarse De la Sota? ¿Le alcanzará para lastimar a Llaryora y a Schiaretti y para alzarse con una banca? La hija del exgobernador se juega más que la posibilidad de repetir en el Congreso: se juega su valor para dentro de dos años, cuando entre en disputa el poder provincial.
Desde el principio, la actitud hacia Natalia De la Sota fue motivo de diferencias entre el gobernador y su antecesor. En el llaryorismo decían que la veían como número 2 de la lista pero cerca de Schiaretti nunca quisieron saber nada. No hay onda entre los dos. Pero más allá de una cuestión de piel, el razonamiento político del schiarettismo es que la diputada no le sumaría a Schiaretti en términos de votos; es más, creen que podría restar porque su imagen puede aparecer asociada al kirchnerismo o, más específicamente, al massismo.
El esquema original del schiarettismo, el que esperaba ver plasmado en la lista tampoco se cumplió:en el segundo casillero no aparecerá ni una figura extrapartidaria, ni una sorpresa, ni un dirigente que pueda captar votos allí donde hoy el oficialismo puede flaquear. A Schiaretti lo acompañará la intendenta de Despeñaderos, Carolina Basualdo, desconocida para el gran público. Al final, el exgobernador terminó inclinándose por una dirigente de su confianza, que además tendrá la misión de convertirse en una antagonista pública de De la Sota.
En el schiarettismo pronostican que Natalia padecerá en esta elección un proceso similar al que vivió Adriana Nazario cuando fue candidata a intendenta de Río Cuarto. “Al principio parecía que se los comía a todos crudos y terminó como terminó. Nosotros creemos que a Natalia le va a pasar lo mismo. Ella intenta representar al cordobés pero, en realidad, puede aspirar como máximo a representar al cordobés cercano al kirchnerismo. La otra representación, la general, la puede encarnar Schiaretti, no ella. Creemos que se va a desinflar y a terminar en 2 o 3 puntos”, señalan.
Y apuntan que Natalia será sometida a fuego cruzado: el kirchnerismo la acusará, como ya lo está haciendo, de ser en realidad una colectora de Llaryora y Schiaretti, y el cordobesismo le reflotará su relación con el massismo.
En la lista de Provincias Unidas, el nombre que ahora lleva Hacemos por Córdoba, el tercer lugar quedaría para el actual legislador Miguel Siciliano, de confianza de Llaryora, y recién en el quinto aparecería Ignacio García Aresca, que quedará como un reaseguro para el gobernador de que mantendrá una banca propia.
En el lado libertario, predomina la incertidumbre. Más que nada porque es una agrupación que en Córdoba coquetea con el caos. Aunque el objetivo originario, que se planteó desde el inicio, parece que finalmente quedará plasmado: La Libertad Avanza no se andará mezclando, será una lista de puros, incondicionales de Karina y Javier. Los nombres de los leones-corderos no son del todo relevantes porque, en el fondo, el candidato será Milei.