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El debut cordobés de máquinas de perfusión hipotérmicas suma esperanzas en el interior del país

Nuestra provincia se convirtió en la primera del interior en implementar esta tecnología que hasta el momento solo disponía C.A.B.A. Salud & Ciencia habló con los responsables del procedimiento que permite optimizar el órgano del donante

El Ministerio de Salud de Córdoba dio a conocer la semana pasada que por primera vez se concretaba en nuestra provincia un trasplante renal con máquinas de perfusión hipotérmicas, un procedimiento que hasta ese entonces sólo se podía realizar en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (C.A.B.A.), donde disponían de tal tecnología.

En diálogo con Salud & Ciencia, la titular del Ente Coordinador de Ablación e Implante de Córdoba (Ecodaic), Romina Quiroga Guallanes -quien es la representante jurisdiccional de Córdoba, ante la CoFeTra (Comisión Federal de Trasplante) y el INCUCAI-, explicó la importancia de la incorporación del equipamiento que permite optimizar las condiciones del órgano del donante.

- ¿En qué consiste esta técnica asumida en el trasplante renal?

- Implica el uso de una nueva tecnología. Las máquinas de perfusión hipotérmica son una especie de incubadora donde se coloca el riñón que se le extrae a la persona que ha sido donante. Se coloca en esa máquina, se le programa un determinado flujo, una resistencia y una presión, con un líquido que va circulando constantemente, de perfusión o de refrigeración. El riñón permanece allí entre 6 y 10 horas hasta que es implantado en el receptor. Este procedimiento se hace en pacientes que son donantes que tienen criterios expandidos, como decimos nosotros, pacientes que son más añosos que los normales o que tienen alguna enfermedad, por ejemplo, hipertensión, diabetes o algún daño renal en el transcurso de su internación.

- ¿Se trata de una instancia intermedia entre la extracción del órgano y su posterior implantación?

-Exactamente, es un proceso intermedio que no se hace en todos los donantes convencionales sino específicamente en algunos, aplicando estos criterios, que sirven para aumentar la viabilidad de los riñones.

- ¿Este tipo de tecnología ya se utiliza en otros países?

-Sí, ya se implementaba en otros países siendo España nuestro modelo. En Argentina, estas máquinas fueron incorporadas en un primer momento en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (C.A.B.A.), en el Hospital Argerich, y el INCUCAI, a través de un programa en conjunto al Ministerio de Salud de la provincia de Córdoba, las incorporó en nuestra provincia a finales del año pasado. Están instaladas en el Hospital Córdoba y es la primera provincia del interior del país que está usando este dispositivo.

- ¿Este equipamiento puede ser usado en otro tipo de órganos?

-Estas máquinas son específicamente para ser utilizada con riñones, son máquinas de perfusión renal hipotérmicas. Hay otro tipo de máquinas, como es la circulación extracorpórea, conocida como ECMO, que se podría aplicar para otros órganos, pero todavía nosotros acá no contamos con esa tecnología.

- ¿Su implementación tiene por fin optimizar el riñón extraído o se busca una adaptación, según las características del receptor?

-Es un poco de las dos cosas, porque son riñones que quizás antes se podían descartar ante el examen clínico, estudios específicos o por los antecedentes. Ahora, con esta tecnología, se busca darle otro paso más para tratar de no descartar esos riñones, optimizarlos en la máquina y de acuerdo a los valores que se van a obteniendo, que puedan llegar a implantarse.

- ¿Esta incorporación puede traducirse en una mayor cantidad de trasplante de riñones?

-Sí, es otra posibilidad para que más personas lleguen al trasplante renal.

Un paso más

Las máquinas de perfusión son dispositivos extracorpóreos diseñados para optimizar la evaluación, preservación y recuperación de riñones destinados a trasplante. La ventaja de la perfusión de los órganos permite optimizar la calidad para mejorar el post trasplante del injerto y del receptor.

Además, esta máquina posibilita una evaluación de los riñones durante la perfusión, que se traduce en una mayor efectividad en la selección de órganos para implante. Entre los beneficios, su uso permite disminuir la función retrasada del injerto, una de las complicaciones frecuentes en trasplante renal, y la necesidad de dializar por un tiempo después del trasplante. Esto conlleva a un aumento de su supervivencia, así como la disminución de la falla primaria del injerto.

También reduce la estadía hospitalaria y la necesidad de terapia sustitutiva renal (diálisis); y permite una extensión del tiempo de isquemia, es decir, el tiempo que transcurre entre la ablación y el implante de los órganos.

- ¿Qué significa para la salud provincial poder contar con esta tecnología?

-Es una inversión, es un avance, es un paso más, y también es importante que esté disponible en la salud pública, que nuestros hospitales lo puedan tener, manejados por profesionales formados acá, en Córdoba. Cirujanos, intensivistas, todos profesionales y colegas nuestros.

-A nivel general, ¿cómo se encuentra el índice de donantes?

- En el país, y en lo que respecta a Córdoba, la mayor cantidad de donantes fue alcanzada en el año 2019. Después sobrevino lo que fue la pandemia y todavía nos estamos tratando de recuperar de eso, para poder volver a alcanzar las cifras de ese año, que fueron más de 20 donantes por millón de habitantes. Córdoba tiene una lista de espera importante en lo que es a nivel renal y a nivel córneas, así que ojalá que mejore, que la sociedad se concientice más, que sea más altruista en cuanto a la donación, para poder tener más trasplantes y que los pacientes mejoren su calidad de vida.