“La falta de agua es muy notoria en toda la zona, más allá de los milímetros caídos en las últimas semanas, que fueron totalmente insuficientes para revertir la situación que venimos arrastrando”, explicó la titular del Inta Río Cuarto, Alejandra Canale, a la hora de describir para Tranquera Abierta la situación climática reinante para la producción agropecuaria.
Esa imagen es generalizada en toda la zona central del país, con excepciones muy puntuales en la zona núcleo donde los milímetros registrados sirvieron para revertir un estado preocupante del trigo. Pero son excepciones. La mayoría de los productores siguen esperando las lluvias que promete la llegada de El Niño, cuyos efectos siguen demorados.
Aunque formalmente el nuevo ciclo comenzó a inicios de septiembre, declarado entonces por el Servicio Meteorológico Nacional, la transición con La Niña empezó antes. Sin embargo, en agosto no hubo casi lluvias en la provincia: sólo Roque Sáenz Peña tuvo más milímetros que su media histórica en aquel mes, pero siempre en valores muy bajos para un mes de poco aporte en el año.
“Oficialmente estamos en condiciones de El Niño, ya que en las últimas semanas la temperatura del océano Pacífico se mantuvo por encima de la temperatura umbral para este fenómeno y la atmósfera comenzó a responder a ese calentamiento”, indicó el SMN para anunciar el cambio de ciclo.
Y agregó: “Las anomalías de temperatura del agua del mar en el océano Pacífico ecuatorial son consistentes con una fase Niño. Se observó un debilitamiento de los vientos alisios en el Pacífico ecuatorial desde mediados de julio, lo cual indicaría que la atmósfera comenzó a acoplarse al océano. El Índice de Oscilación del Sur mantuvo valores negativos, característico de una fase cálida”.
Lo cierto es que el cuadro de situación viene provocando dificultades sobre lo planificado. Las siembras tempranas empiezan a modificarse ante la falta de humedad en el suelo, y con el correr del calendario empieza a jugarse el potencial de rendimiento.
Por último, los pronósticos no anticipan lluvias para los próximos días, mientras las temperaturas vuelven a ubicarse en torno a los 30 grados y los vientos siguen vigentes. Todo un combo que aumenta el consumo del agua que no llega.