Los coletazos del tractorazo realizado el sábado en Plaza de Mayo por parte de productores agropecuarios autoconvocados, sociedades rurales del interior del país y algunos dirigentes, todavía resuenan. Es que desde un principio hubo una fractura cuando las organizaciones que conforman la Mesa de Enlace Nacional anunciaron que no se sumarían a la protesta y argumentaron que “no era el momento” ni “estaban las condiciones dadas”. Hubo en ese sentido, un señalamiento posterior de parte de algunos de esos dirigentes que apuntaron contra la aparición de buena parte del arco político opositor allí, cosa que también el Gobierno, de manera previsible, aprovechó para desligitimar la movida al asociarla a una acción opositora.
Pero lo cierto es que fueron muchos los productores que desde distintos puntos del país llegaron hasta el corazón porteño. De Chaco, Formosa, Córdoba, Santa Fe, La Pampa, Buenos Aires, Entre Ríos, entre otras provincias, decidieron marchar para expresar su disconformidad sobre las políticas del Gobierno vinculadas al agro. Allí hubo un largo listado de temas encabezado por los derechos de exportación en el marco de un pedido de baja de la presión tributaria general, eliminación de la brecha cambiaria, abastecimiento suficiente de combustible, eliminación de cepos para la exportación, entre otros. Pero también se escucharon planteos no exclusivos del sector, como el pedido del respeto a la división de poderes, defensa de la República, más seguridad, salud y educación que conectaron con vecinos de la ciudad que acompañaron la manifestación ruralista.
Desde Córdoba se planteó un fuerte contraste porque acompañaron la marcha orgánicamente desde la Mesa de Enlace provincial, a contrapelo de lo dispuesto por su par nacional. Y además, se plegaron varias rurales, como la de Río Cuarto, Jesús María o Bell Ville. Los representantes de todas esas entidades estuvieron en Buenos Aires, y se sumó además Gabriel De Raedemaeker, vicepresidente deCRA que también actuó contra lo dispuesto por esa entidad nacional y decidió concurrir.
Luego de unas primeras horas de alta tensión que se vivieron puertas adentro de las organizaciones ruralistas el domingo, lunes y martes, incluso con amenazas de sanciones a los dirigentes que participaron, “las entidades decidieron tapar la olla”, dijo un experimentado dirigente ayer.
“La verdad que en las últimas horas hubo silencio, es como que pasaron a modo avión”, agregó el ruralista.
Pero lo cierto es que más allá del evidente cambio de estrategia que tomaron las conducciones de las entidades del campo, ya hubo consecuencias como la de Alejandro Buttiero, el presidente de Coninagro Córdoba que ya no formará parte del Consejo Nacional de esa entidad por actuar de forma “inorgánica”, según le comunicaron el mismo fin de semana.
En el caso de De Raedemaeker, el vice de CRA, podría haber novedades a comienzos de la próxima semana. El lunes próximo esa entidad tiene su habitual reunión de comisión.