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Las nativas ganan terreno: ¿cuáles son las más aptas para nuestra zona?

Pensar en incluir especies autóctonas en nuestro jardín implica cumplir con un doble propósito: embellecer el espacio al aire libre y efectuar un aporte al medioambiente. ¿Cómo podemos aprovechar su potencial?

El concepto de “sustentabilidad” es relativamente nuevo. Hoy, sin embargo, lo escuchamos en todo ámbito y está en boca de todos. El mundo del paisajismo y la jardinería no es la excepción y desde las nociones que nos ha traído la ecología durante el siglo pasado, es que se ha dado mucho empuje a la propagación del concepto hacia otras áreas, todas vinculadas y necesarias, ya que lo sustentable solamente es posible desde la coherencia de cuatro pilares fundamentales: lo ecológico, lo sociocultural, lo económico y lo político.

Sustentable es aquello que puede desarrollarse en el presente, sin comprometer el desarrollo de generaciones futuras. Desde el paisajismo, que reúne saberes de distintas áreas de las ciencias, la sustentabilidad se apropia del discurso, busca esa coherencia que no está en ningún otro sitio, más que en las lecciones que la naturaleza nos da. Esa interconexión de todas las variables, esa perfección de causa-efecto que hace posible la vida y sus múltiples adaptaciones aún en las condiciones más adversas. Sólo necesitamos entenderla, observarla y aprender, para valorar y luego, defender.

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Algarrobo negro (prosopis flexuosa), es una especie dominante de la ecorregión de El Espinal. Hoy, esta especie está en peligro.

Algarrobo negro (prosopis flexuosa), es una especie dominante de la ecorregión de El Espinal. Hoy, esta especie está en peligro.

Ante la crisis climática que nos toca asistir pareciera que nada es suficiente. Cada acción tiene su impacto, aunque sea a nivel molecular.

Abajo (en el suelo, aquella parte que no vemos), así como arriba (la superficie y el cielo), todo está conectado; es un gran sistema en red, en permanente comunicación e intercambios, del cual cada uno de nosotros también formamos parte, influenciamos y nos influye.

Si podemos hacer un aporte positivo, lo será en todos los aspectos posibles. El clima, poderoso componente de la naturaleza, moldea los ambientes y los seres vivos que lo componen y caracterizan, quienes se adaptan perfectamente a los modos de vida que limitan y permiten a la vez, su existencia. Estas especies, adaptadas al ritmo de la evolución propia de los territorios y ambientes, son las que llamamos “nativas” o “autóctonas”.

¿Qué pasa en Río Cuarto?

Por ejemplo, Río Cuarto, ubicada en la ecorregión de “El Espinal”, tiene naturalmente como especie vegetal dominante al algarrobo: sumamente adaptado al clima, muy eficiente en la administración de la energía y recursos disponibles. Incluso, como la gran mayoría de las leguminosas, fertiliza el suelo, lo cual beneficia a todo su entorno, tornándolo apto y biodiverso. En nuestra región, debido a la dominación del territorio por parte de la agricultura, fue desplazado al punto de ser en la actualidad una de las principales especies amenazadas, víctima de la destrucción del monte nativo.

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La cina cina ofrece una sombra etérea que deja crecer gramíneas.

La cina cina ofrece una sombra etérea que deja crecer gramíneas.

La consecuencia de esta devastación no solo se cuantifica en la pérdida increíble de biodiversidad (insectos, aves, mamíferos, reptiles, entre otros) sino también en los servicios y funciones ambientales de estos ecosistemas: captura de dióxido de carbono, regulación de ciclos hidrológicos, fertilidad de los suelos, entre otros.

Las especies nativas se valoran por la capacidad de conservar los equilibrios naturales. La vegetación como casa, alimento y refugio de otros seres vivos. Las especies nativas se valoran por la capacidad de conservar los equilibrios naturales. La vegetación como casa, alimento y refugio de otros seres vivos.

Así como el algarrobo, existe gran variedad de especies nativas que se podrían nombrar, las cuales fueron desplazadas por la actividad agrícola, en los campos y por especies exóticas en las ciudades, buscando cualidades funcionales en algunas ocasiones (por ejemplo, barreras corta viento), o estéticas, en otras, en la búsqueda de la “recreación” de paisajes más europeizados, de la mano de grupos de inmigrantes que poblaron estas tierras, en detrimento del paisaje local, original. Esto impacta en las ideas de “identidad” de los paisajes, en la memoria colectiva de quienes en la actualidad habitamos territorios hibridizados, desconociendo orígenes, motivos y beneficios que conlleva lo propio, lo nuestro, lo autóctono, no sólo por lo estético, sino por las variables ecológicas involucradas, que permitirían crear espacios verdes a la manera de corredores biológicos, en los cuales se conformaría un sistema autorregulado en el que la intervención humana requerida fuese mínima.

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Gramíneas que aportan rusticidad y contrastan con el verde.

Gramíneas que aportan rusticidad y contrastan con el verde.

Cada uno de nosotros, en redes o individualmente, puede contribuir plantando especies autóctonas y de ese modo nos sumamos a un movimiento internacional, el “movimiento sustentable”, que tiene por objetivo el cuidado y la protección de la naturaleza desde sus propias lógicas, entendiendo el clima, los ciclos de vida, las estacionalidades, la vida y la muerte, y las interacciones necesarias para propiciar la biodiversidad, la cual nos incluye y nos compromete como actores fundamentales. Cada acción individual parecerá insignificante, pero multiplicada, logrará una mejora paulatina de las condiciones actualmente alcanzadas.

Especies para plazas y jardines

Del gran abanico de autóctonas, encontramos de distintos tamaños y características, aptos para conformar espacios públicos o jardines de menor escala en nuestra región. Rocío Borghi y Joaquín Balbi, quienes cuentan con un vivero especializado en especies autóctonas, destacan que al momento de elegir especies nativas se debe tener en cuenta:

- En espacios de mayor escala como plazas, parques o bulevares, pueden incluirse especies vegetales de gran porte que brinden sombra compacta o abierta como Algarrobos (Prosopis spp), Tala (Celtis ehrenbergiana), Caldén (Prosopis Caldenia), Visco (Senegalia Visco), Sauce criollo (Salix humboldtiana). Para conformar estratos de menor escala: Cina Cina (Parkinsonia Aculeata), Brea (Parkinsonia praecox), Chañar (Geoffroea decorticans). También hay aquellas de gran valor ornamental debido a sus flores o frutos como el Jacarandá (Jacarandá mimosifolia), Aguaribay (Schinus areira), Espinillo (Vachellia Caven), Lagaña de perro (Caesalpinia gilliesii), Sen del campo (Senna corymbosa) para nombrar sólo algunas de las tantas posibles.

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Lagaña de perro, de silueta achaparrada y atractiva floración.

Lagaña de perro, de silueta achaparrada y atractiva floración.

- Otro grupo fundamental, tal vez más arraigado a las ideas de paisaje autóctono, sea el de las gramíneas, que en el último tiempo han tomado gran popularidad y están siendo muy incluidas en los diseños de jardines. También muy adaptadas, tienen la ventaja del casi nulo mantenimiento, la imagen “descontracturada” como textura, lo grácil de sus inflorescencias, las tonalidades verdes, ocres y rojizas, diversas según especies. Entre ellas, las conocidas Cortaderas (Cortaderia selloana), Cloris (Eustachys distichophylla), plumilla (Aristida adscensionis) Pasto crespo (Leptochloa crinita); todas ellas, formando macizos, integrando interesantes cercos o canteros junto a posibles variedades arbustivas o herbáceas, bien adaptadas a nuestros climas.

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Las especies nativas se valoran por la capacidad de conservar los equilibrios naturales. La vegetación como casa, alimento y refugio de otros seres vivos.

Las especies nativas se valoran por la capacidad de conservar los equilibrios naturales. La vegetación como casa, alimento y refugio de otros seres vivos.

- Para cercos verdes en jardines, podemos incluir especies como la Pasionaria (Passiflora spp.), Campanitas (Ipomoea spp.), la Sacha Huasca (Dolichandra cynanchoides), la Uña de Gato (Macdfayena unguis-cati), la Barba de viejo (Clematis montevidensis); de rápido crecimiento, todas de gran atractivo por su floración que aporta color al jardín y atrae a gran cantidad de insectos polinizadores y colibríes.

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Pasto crespo, otra gramínea autóctona que distingue espacios.

Pasto crespo, otra gramínea autóctona que distingue espacios.

Así, desde la arquitectura, el urbanismo y puntualmente, desde el paisajismo, la mirada del diseño empieza a incorporar nociones como sustentabilidad, restauración de espacios verdes mediante la incorporación de especies nativas, cuidado de recursos naturales y la reestructuración de matriz energética, entre otras.

Entonces, la incorporación de especies nativas busca primariamente la restauración concreta de nuestros ecosistemas, pero además busca generar una vuelta a lo “nuestro” como identidad cultural, entendiendo el paisaje como una parte indisoluble en la identidad de los pueblos. De este modo, el paisajismo entendido como la relación entre sociedad-cultura y soporte natural, tomará un rol preponderante en esta nueva forma de relacionarnos con nuestro entorno.

Por arq. Rocío Alliney - M.P. Nº 9940