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El 60% de las mujeres demora la primera consulta para concebir un bebé, no obstante crece el congelamiento de óvulos

Los expertos recomiendan la evaluación de la reserva ovárica, un examen que puede hacerse a partir de los 30 años, o antes. Un punto a considerar al momento de asesorar en temas de planificación familiar

A diferencia de lo que ocurría hace 5 años atrás, hoy la preservación de la fertilidad, en especial en las mujeres, ya constituye un tema difundido entre las más jóvenes, quienes recurren al congelamiento de óvulos un 20% más cada año en los diversos centros de fertilidad del país, de acuerdo con estimaciones de los especialistas de la Sociedad Argentina de Medicina Reproductiva (SAMeR).

Junio es el mes Internacional del Cuidado de la Fertilidad y desde esta institución señalan que aún el 60% de las mujeres llega tarde a la consulta médica al momento de buscar concebir por primera vez, con edades por encima de los 35 años. Desarrollo profesional, falta de información, falsas creencias o también la existencia de determinadas patologías que atentan contra la posibilidad de tener un embarazo con gametos propios, son algunos de los motivos que generan esa consulta tardía.

“La mejor edad biológica para concebir hijos sigue siendo entre los 20 y 30 años; a partir de allí la fertilidad baja, acentuándose desde los 35 años la dificultad de lograr el embarazo de forma natural. No hay que perder de vista que, pese a toda la tecnología disponible y la mayor capacitación de los profesionales de los centros de reproducción, a partir de los 40 años la posibilidad de un embarazo con óvulos propios no supera el 15%”, señaló el Dr. Gabriel Fiszbajn, especialista en Medicina Reproductiva y presidente de la Sociedad Argentina de Medicina Reproductiva (SAMER).

Por otra parte, en los casos de enfermedades como las oncológicas, cuyos tratamientos pueden comprometer la fertilidad a futuro, es de indicación precisa la criopreservación de gametos, tanto femeninos como masculinos.

Paralelamente, se viene registrando un incremento sostenido en las consultas por congelamiento de óvulos, lo que se conoce como criopreservación: “en nuestra práctica diaria observamos un aumento del orden de un 20% anual de los casos de congelamiento de óvulos; hace 5 años el promedio de edad para criopreservar gametos femeninos era de 38 o 39 años, mientras que actualmente ronda los 33 o 34”, consignó el Dr. Fiszbajn.

La reserva ovárica, que refiere a la cantidad de óvulos que posee la mujer en un momento determinado de su vida, es un concepto central al hablar del cuidado de la fertilidad. Las mujeres nacen con una determinada cantidad de ovocitos y, a medida que va pasando el tiempo, su número decae. A partir de los 35 años, se produce una disminución abrupta de esta reserva.

El Dr. Fabián Lorenzo, especialista en Medicina Reproductiva y Secretario de la Comisión Directiva de SAMeR, describió que los principales motivos por los cuales las personas -biológicamente hablando- llegan tarde a la consulta para concebir un hijo con gametos propios, son generalmente sociales y vinculados al desarrollo laboral y profesional. En este sentido, el ginecólogo debe asesorar a aquellas parejas o personas que están por empezar a buscar un hijo a edad tardía, principalmente si tienen la idea de tener más de un hijo. En este caso, pueden guardar óvulos primero y luego intentar por la vía natural. En los hombres, también existe la creencia errónea de que conservarán la fertilidad toda la vida, no obstante, también en ellos el paso de los años produce deterioro.