En una sala de audiencia colmada por la cobertura de medios de prensa y marcada por la presencia de Facundo y Valentina Macarrón, como así también de Juan Dalmasso -hijos y hermano de Nora-, se lleva a cabo desde minutos antes de las 10 la instancia de alegatos del fiscal Julio Rivero en el juicio que tiene al viudo Marcelo Macarrón en el banquillo como único imputado.
En el arranque de su exposición, el fiscal trazó un repaso de los distintos juicios desarrollados con jurados populares desde 2005 hasta la fecha como así también dejó una semblanza sobre los riocuartenses y cómo la causa adquirió distintos ribetes en la opinión pública a lo largo de los años.
"Pero yo no estoy acá para hacer un análisis sociológico", cerró esa fase de su ponencia Rivero, para pasar a explayarte sobre las cuestiones netamente judiciales.
En la antesala de la exposición del fiscal, un miembro del jurado popular debió retirarse del recinto, en principio, por un ataque de pánico en el marco de las definiciones del juicio.
En el transcurso de su alegato, Rivero señaló hoy fuertes críticas a la investigación que se siguió durante 15 años por el crimen de Nora Dalmasso.
Concretamente, le apuntó a la Policía al recordar que ese día, mientras se buscaban huellas en la vivienda donde Nora estaba muerta, efectivos de la fuerza "se comieron un lomito sobre la mesa".
También recordó que no contaban con suficientes hisopos para levantar rastros en la víctima y que hasta se le permitió a un cura manipular su cuerpo.
Luego criticó el tratamiento que se le dio a Nora a lo largo de los años.
"A Nora la matamos todos los años porque se ensañaron con ella, como la Nora era linda y de ojos celestes ´por algo le pasó´. Ya está muerta la Nora, no la maten más", aseveró.
El fiscal además recabó varios de los testimonios que hubo durante los tres meses de juicio en los que aseguran que el asesino "es del entorno de la víctima" y que fue por un "móvil personal".
Tramo final
Tras un cuarto intermedio dispuesto el pasado 22 de junio, a las 9 de hoy se reinició la 39ª audiencia del juicio por jurados por el crimen de Nora Dalmasso (51). La jornada judicial comenzó con la consulta del tribunal técnico a la fiscalía y la defensa para que informen si van a producir más pruebas y, concluida esa instancia, se avanza ahora con la exposición de los alegatos.
El viudo Macarrón llegó a juicio acusado del delito de "homicidio calificado por el vínculo, por alevosía y por precio o promesa remuneratoria en concurso ideal", según las conclusiones del fiscal Luis Pizarro, el último que instruyó la causa y la elevó a juicio.
Durante todo el proceso de enjuiciamiento, que comenzó el 14 de marzo, el fiscal Julio Rivero no hizo valoraciones sobre la calidad de los elementos probatorios testimoniales y documentales que se expusieron en el debate oral y público, por lo tanto se desconoce el contenido de sus alegatos.
El manual instructivo para Jurados Populares, establecido por la Ley Provincial Nº 9182 Poder Judicial de Córdoba, sostiene que “si el fiscal de Cámara, durante su alegato final, no mantiene la acusación y pide la absolución del imputado, el tribunal no puede condenar, salvo que intervenga en el juicio el querellante particular y que éste, en su alegato, haya pedido la condena”.
En este juicio no hay querellantes, por lo tanto si el fiscal Rivero no mantiene la acusación y pide la absolución, el jurado no podrá deliberar porque no se cumplen los requisitos establecidos para que el tribunal condene en caso considerar a Macarrón culpable.
El fiscal Pizarro, al elevar el caso a juicio, consideró que la madrugada del 25 de noviembre del 2006 el viudo "planificó dar muerte a su esposa por desavenencias matrimoniales y con la intención por parte de su/s adlater/es de obtener una ventaja, probablemente política y/o económica".
La sospecha del fiscal es que el traumatólogo "le suministró (a un sicario) información del movimiento de la casa y presumiblemente le entregó un juego de llaves", y que "eligió como fecha" el último fin de semana de noviembre de ese año "en el que se disputaría un torneo de golf" en Punta del Este, al que concurrió con sus amigos "con la finalidad del éxito de su plan delictivo y despejar cualquier posibilidad de sospecha sobre su persona".
En base al relato de testigos, el representante del Ministerio Público estableció que, para llevar a cabo el crimen, el sicario contratado "aguardó que la víctima realice su rutina previa al descanso y la abordó una vez que ésta se encontraba dormida en la habitación de su hija, ubicada en la planta alta de la vivienda".
La sospecha es que el agresor sorprendió a Nora, la tomó del cuello "ejerciendo una fuerte presión con sus manos, anulando así toda posibilidad de defensa", tras lo cual "utilizó el cinto de toalla de la bata de baño que se encontraba en la habitación, realizando un ajustado doble lazo alrededor del cuello, ocasionando la muerte por asfixia mecánica".
"Al final, probablemente y como parte del plan criminal, ordenó la escena con la finalidad de simular un hecho de índole sexual, tras lo cual se retiró del lugar, sin dejar rastro alguno de su persona", según el fiscal de instrucción.
De acuerdo con los datos que constan en el expediente, para el fiscal no caben dudas de que el crimen fue cometido por "un agresor especializado, un sicario" que nunca fue identificado ni detenido, que "sexualizó la escena del crimen a efectos de que parezca que el mismo se produjo en el contexto de un encuentro sexual con el amante".