En el año 2002 terminó la facultad, sin formarse en ninguna especialidad viajó a Francia atraída por los nombres y las historias de los primeros neurólogos del mundo. “No me fui a hacer la especialidad a alguna institución, si no que directamente me vine a formar acá. Porque el origen de la neurología esta acá y tuve la posibilidad de venirme. Al principio en mi cabeza esto era transitorio y finalmente terminé los cuatro años de especialidad, luego me propusieron un puesto y me quedé”, empieza contando Paola Montiel, neuróloga, oriunda de Río Cuarto. Desde el año 2003 vive en Besanzón, es una ciudad francesa situada en el este del país.
¿Cómo se relacionan Francia y la neurología?
-Los primero neurólogos fueron franceses y los primeros que comenzaron con descubrimientos de patologías neurológicas fueron franceses, uno o dos alemanes, pero la mayoría franceses. Los cursos de neurología se dictaban en el Hospital de la Pitié-Salpêtrière, uno de los hospitales más viejos de Francia, en París, (Jean-Martin) Charcot fue uno de los primeros neurólogos. Si te gusta la neurología, escuchaste todos esos nombres durante tu formación, venir acá aunque no estuviera en Paris, era acercarme a eso.
La especialidad, ¿es igual?
-La especialidad en neurología acá es lo mismo que en Argentina, neurología clínica de base. Después, tanto acá como allá, uno se especializa cada vez más. De hecho el nivel en neurología es igual acá que en el resto de Europa o Estados Unidos, tanto como en los grandes centros de Argentina.
¿También te implicó hacer guardias como residente?
-Cuando uno es residente, sí. De todas maneras yo sigo haciendo guardias como cuando era más joven, todo depende del lugar donde uno trabaje o quiera trabajar. Yo me desempeño en un hospital y en un servicio de neurología grande donde se hace guardia siempre hasta que somos grandes.
¿Qué tipo de neurología haces?
-Yo soy neuróloga clínica con una especialidad en patologías neuro-vasculares. Tengo la suerte de trabajar en una unidad neuro-vascular, es un hospital grande con un sector dedicado a esa patología específica. Contamos con 25 camas donde atenemos este tipo de afecciones.
¿Cómo son los tratamientos que realizan?
-La neurología intervencionista la realiza el radiólogo como en todas partes del mundo, el radiólogo intervencionista. El tratamiento de una fase aguda de infarto cerebral o de un ACV es neurológico pero necesitamos del radiólogo intervencionista para que nos ayude a destapar la arteria, entonces es un trabajo conjunto entre el radiólogo que hace la resonancia, nosotros que decidimos el tratamiento y el neuro-radiólogo-intervencionista que nos ayuda a destapar la arteria mecánicamente. Es un procedimiento multidisciplinario, y necesitamos de nuestros colegas para un tratamiento de fase aguda de infarto cerebral.
¿Cómo son los avances tecnológicos con los que van contando?
-La neurología vascular evolucionó bastante en estos últimos años. Empezamos a realizar ‘trombolisis’ que es el tratamiento médicos por el cual se inyecta el producto que destapa la arteria, en los años 2000, 2001 y hace cuatro o cinco años agregamos a ese tratamiento, la ‘trombectomía’ que es el tratamiento neuro-radiológico intervencionista donde el neuroradiólogo entra mecánicamente a la arteria tapada en el interior del cerebro y aspiramos el coágulo, nosotros antes inyectamos ese producto para darle más chances al pacientes de revertir su situación. Es un tratamiento combinado.
¿La mayoría se recuperan?
-Muchos estudios se hacen para conocer cuántos se recuperan, qué porcentaje de discapacidad tenemos en los pacientes con ACV que tratamos con este procedimiento combinado. Globalmente hay entre un 60% a 65% de ACV en fase aguda que evoluciona bien, donde se puede limitar el volumen del infarto cerebral y le da la posibilidad al paciente para que se recupere. Hay una buena parte de los ACV que quedan estables, se recuperan parcialmente con algunas secuelas importantes y después hay un pequeño porcentaje de ACV que evoluciona de forma maligna con complicaciones.
¿Hay más casos que antes?
-Es difícil decir que hay más dosis de pacientes que tapan arteria y hacen ACV, porque tenemos mucho más acceso. Es mucho más fácil y más rápido que antes acceder al ACV de fase aguda. Entonces vemos más casos porque tenemos más posibilidades de ocuparnos de esos pacientes, el paciente llega más rápido, tenemos mucho más tiempo por delante para destapar la arteria y tenemos más herramientas para lograrlo. En una fase aguda de ACV uno tiene cuatro horas y media de evolución desde que comienza el ACV hasta que uno puede revertir esa situación. Pasado ese tiempo uno no puede tratar la afección de fase aguda con una ‘trombectomía’, se lo trata como era antes.
-Por eso tener un acceso a un resonador rápido para hacer la resonancia y tener ‘trombolítico’ para inyectar y destapar la arteria y tener un neuro-radiólogo cerca para destapar mecánicamente, aumenta las posibilidades de tratamiento y eso se da cada vez más, por eso podemos salvar más gente.
¿Cómo fue el impacto de la pandemia en la patología?
-En la primera parte de 2020, en los primeros 6 meses, tuvimos una reducción del 75% a 80% de nuestros tratamientos de fase aguda, quiere decir que atendimos al 20% en esos seis meses. Si hicimos una trombectomia por mes fue mucho, fue impresionante como la gente no consultó, bajó el número de ACV que tratamos y hospitalizamos, tanto en nuestra región como en todo Francia, pero ya para fines de 2020 teníamos nuestro número habitual.
¿Cómo es ser médico en Francia?
-Acá el sistema de salud es de seguridad social del Estado, hay una obra social del Estado que se ocupa de todo tratamiento o procedimiento que haya que hacer desde el punto de vista médico para una persona. Todo el mundo esta cubierto 100% en sus prestaciones médicas.
-La educación universitaria es mitad asegurada por el Estado mitad privada, cada uno paga su inscripción a la Universidad y después, una vez que comenzás la especialidad, una buena parte de nuestro sueldo de residente va a pagar la formación que uno recibió. Para el momento que el Estado cubre todo y se ocupa de todo es mucho más fácil desarrollar la medicina, uno se forma fácilmente y el que es atendido es atendido igual, seas de cualquier nivel social, de la misma forma.
-El sistema médico se divide en hospitales universitarios, que son los grandes, hay uno en cada provincia o región y luego hay muchos hospitales satélites periféricos del universitario que se distribuyen en número y territorio en función de la población. Todo paciente tiene dentro de los 50 o 70 kilómetros a la redonda de su domicilio, acceso a un hospital.
¿La gente se vacuna en Francia?
-El francés es medio duro para vacunarse, tenemos aproximadamente un 76% de población vacunada con 3 dosis. El resto son las personas que no se quieren vacunar.
Paola Montiel ha constituido su familia en Francia. No cree volver a Argentina, sabe que aún tiene mucho por hacer en neurología vascular. “Mi proyecto es seguir trabajando en la unidad neurovascular donde estoy actualmente, seguir formándome, obtener un nuevo diploma dentro de mi subespecialidad neurovascular porque quiero seguir avanzando y superándome. Algún día tal vez vuelva a Argentina, cuando ya no trabaje activamente, sí voy de visita, una o dos veces al año, más allá de no haber podido por un tiempo debido al Covid”.
Por Fernanda Bireni