Salud | Fundación Instituto Leloir | Laura Morelli | Alzheimer

Detectan que los factores de riesgo genéticos para Alzheimer estarían asociados con los ancestros

Investigadores argentinos aportaron datos de la población nacional para cotejar que algunas variantes del cromosoma 13 están asociadas con un menor riesgo de contraer la enfermedad, son protectoras

En el marco del Proyecto de Secuenciación de la Enfermedad de Alzheimer (ADSP, por sus siglas en inglés) del Instituto Nacional sobre el Envejecimiento de los Estados Unidos, un grupo de investigadores de ese país, Argentina y Alemania identificó en el cromosoma 13 variantes genéticas protectoras asociadas a un riesgo reducido de desarrollar la enfermedad de Alzheimer. El estudio, liderado por investigadores de la Universidad Washington, en Seattle, Estados Unidos, se enfocó a la población hispana del Caribe, con puntos de contacto con la de Latinoamérica.

“Recientemente el grupo de la Universidad de Washington publicó un trabajo donde ellos estudiaban o analizaban factores de riesgo genéticos asociados con la población del Caribe, en Estados Unidos y Caribeña, y para poder cotejar o validar los resultados que ellos obtuvieron con su población, nos pidieron información que nosotros teníamos de nuestra población argentina. Entonces compararon las secuencias genéticas y los factores de riesgo de la población del Caribe, las cotejaron con lo que pasaba en nuestra población y lo comparaban también con lo que ocurría en bancos de datos genéticos de poblaciones con ancestros distintos de los nuestros”, dijo Laura Morelli, investigadora del CONICET para Salud & Ciencia.

La profesional es bioquímica y se desempeña en el Laboratorio de Envejecimiento Cerebral y Neurodegeneración de la Fundación Instituto Leloir (FIL) además es coautora del estudio.

¿Qué es lo que detectaron en este cromosoma 13?

Lo que se encontraron es que hay algunas variantes de este cromosoma que están asociadas con un menor riesgo de contraer la enfermedad, son como protectoras. Es una marca genética heredada que te predispone a no tener la enfermedad de Alzheimer. Estas evidencias nos sirven para entender mejor la enfermedad. Lo que estamos diciendo es que estos son riesgos, riesgos genéticos asociados a la enfermedad, por ejemplo tener muy alto el colesterol, es un factor de riesgo para que te infartes, pero no quiere decir que todos los que tienen alto colesterol se van a infartar. Lo mismo pasa con los genes. Tener genes que son protectores para la enfermedad; no quiere decir que porque lo tenés no vas a contraer esta patología. Porque puede suceder que junto con esos genes protectores tengas un estilo de vida muy perjudicial y entonces una situación no se compensa con la otra. Estamos hablando siempre de factores de riesgo.

Laura Morelli | Investigadora de Conicet

Cuando hablamos de lo genético, ¿qué pasa cuando la enfermedad estuvo en un abuelo, un tío, un padre?

En el caso de la enfermedad de Alzheimer hay una variante de la enfermedad que es genética que se transmite de generación en generación, porque tiene una alta penetración, son mutaciones muy particulares que se van heredando de generación en generación. Ese es un Alzheimer familiar, pero son enfermedades muy distintas, una es mucho más agresiva, la hereditaria, es cierto, donde el paciente debuta con la enfermedad alrededor de los 40 años, generalmente y las mutaciones están asociadas con un patrón de herencia autosómico dominante, o sea, tenés la mutación, tenés la enfermedad. Eso es un tipo de patología.

La otra cuál es…

Es la enfermedad de Alzheimer esporádica, la que ocurre en los mayores de 80 años, es muy frecuente, es el tipo de demencia más común en la población adulta. Entonces cuando hablamos de estos factores de riesgo estamos estudiando este tipo de población, una población mayor de 65 años y tratamos de encontrar en esa población factores de riesgo que predispongan o no a la enfermedad.

Esto en Argentina o en Latinoamérica no se había buscado antes…

Nosotros estamos trabajando desde hace varios años en estas cosas. La asociación con el cromosoma 13 particularmente la detectaron en esta población del Caribe y nuestro rol simplemente fue ofrecerles la información genética de nuestras bases de datos para que se pudiera cotejar esta información. Estos estudios genéticos requieren un grandísimo número de muestras para que tengan un poder estadístico interesante. Puede haber muchos estudios pero luego hay que validarnos en otras poblaciones con un mayor número de muestras y ahí es donde a veces se caen las asociaciones o se sostienen. En este caso, lo que ellos encontraron en la población del Caribe lo pueden sostener porque lo pudieron cotejar con nuestra población, que también es de un origen ancestral mixto, y lo validan.

No pasa cuando lo contrastan con población más homogéneas…

A diferencia de lo que ocurría cuando lo trataban de validar con una población caucásica europea, allí no lo encuentran, entonces se infiere que estos factores de riesgo genéticos, en este caso protectores, están asociados a genes ancestrales que no son europeos. Ese es el concepto.

Hay una campaña de saliva y sangre de voluntarios, ¿de qué se trata?

Sí, nosotros en el marco de este proyecto tenemos varios centros que están reclutando muestras de sujetos que quieran colaborar, se toma muestra de sangre o de saliva, se la procesa y se la secuencia. Y esto nos sirve para incrementar nuestra base de datos y para tener un mayor poder estadístico en los resultados que vayamos a obtener. En este momento estas campañas las tenemos activas en algunos hospitales, no en toda la República Argentina, el interés es tratar de expandirlo, estamos tratando de conseguir financiamiento para que este proyecto pueda tener un poquito más de relevancia; el objetivo es reclutar sujetos mayores de 65 años que no tengan ancestros directos europeos, o sea que no sean hijos de europeos o nietos de europeos, tratar de que estén mezcladas las ascendencias, para tratar de tener una población lo más mezcla posible, porque si empezamos a tomar a los europeos no vamos a parecer mucho a los estudios que hacen en Alemania, y esa no es la idea.

¿Qué implica que estos genes protectores aparezcan en poblaciones con ascendencia mixta?

Implica que, en el caso de la genética, los factores de riesgo van a depender de la raza que vos tenés. Es una enfermedad en la que, aparentemente, los factores de riesgo genéticos están asociados con tu ancestría. Y que lo que se encuentra como un factor de riesgo o protector en una población europea, no se lo podría trasladar exactamente a una población americana. Porque de las 10 cosas que encontrás, hay 5 que se parecen y 5 que no. Ese es el concepto.

¿Qué impacto tiene esto en la patología a nivel práctico?

Hoy, para los médicos, no sirve para nada; sirve para que nosotros, para que entendamos qué estructura genética necesitas para tener mayor o menor riesgo de contraer la patología. Eventualmente uno podría pensar en diseñar un conjunto de genes que sirvan como un marcador de riesgo, un predictor de riesgo. A largo plazo, se podría diseñar con este conjunto de genes y los datos que saco de Europa, un kit; pero si se lo quiero vender a Latinoamérica, ese kit no va a funcionar bien porque tiene los mejores genes predictores para una población caucásica y cuando lo quiero trasladar a una población mezcla no me sirve. Ese sería el concepto final a largo plazo.

De todas maneras, es relevante porque se desconoce mucho de dónde proviene el Alzheimer…

Exacto, se desconocen las bases moleculares de la enfermedad, se sabe cómo es la neuropatología, se sabe qué es lo que pasa en el cerebro cuando el paciente se muere, pero no se sabe muy bien qué es lo que lleva a ese desenlace. Entonces un abordaje a través de un estudio genético te permite definir qué rutas eventualmente podrían estar involucradas, cuáles son los caminos que uno podría modificar para que la patología no se desarrolla o sea más lenta. Es un estudio de investigación básica, no tiene una aplicación concreta, directa, mañana en la clínica.

Por eso el estudio menciona que están buscando el correlato clínico...

Claro, esto es una observación genética que los investigadores pudieron detectar porque aplicaron un método estadístico que antes no se había aplicado. Es novedoso, es relevante porque está asociado a una patología importante, la investigación tiene un peso importante porque lo pudieron corroborar con una población distinta a la que ellos trabajaban, que es nuestra población argentina.

Por Fernanda Bireni