La Quinta Reunión Científica es una de la reuniones que anualmente organiza la SAHE (Sociedad Argentina de Hepatología), se desarrolló la semana pasada y allí participaron los tres hepatólogos con los que cuenta nuestra ciudad: ellos son Jésica Tomatis (MP 21115), Carlos Mendoza (MP 14350) y Daniela Basso (MP 35259). Con estos dos últimos profesionales hablamos desde Salud & Ciencia para conocer de qué se trata la nueva Unidad de Hígado que conformaron dentro de Instituto Médico Río Cuarto.
Lanzan Unidad dedicada a investigación y asistencia de patologías hepáticas
Los hepatólogos Carlos Mendoza y Daniela Basso participaron de la Quinta Reunión Científica de la Sociedad Argentina de Hepatología, allí presentaron la Unidad de Hígado y dieron a conocer un caso clínico de estudio
En este tipo de reuniones “se presentan casos clínicos interesantes de la especialidad. Eso hicimos nosotros además de anunciar el lanzamiento de la Unidad de Hígado, la primera del interior de la provincia”, dijo el Dr. Carlos Mendoza (CM). Además agregó que lo que los llevó a unirse es que no son muchos profesionales de esta especialidad en la ciudad, “somos nosotros tres, entonces pensamos que aunar esfuerzos individuales nos permitirá ofrecer una mejor atención al paciente de la ciudad y la región; mas allá de lo asistencial, desde nuestra Unidad tenemos pensado la participación científica”.
Respecto del caso presentado, la Dra. Daniela Basso (DB) señaló que lo seleccionaron por “la infrecuencia de la patología; para poder desarrollar ese diagnóstico fueron necesarios diferentes estudios. Puntualmente fue lo inusual del caso lo importante para que nuestros colegas también puedan tener conocimiento de eso, lo particular fue su forma de presentación y lo estudiamos dentro de lo que se corresponde con lesiones hepáticas tumorales”.
¿Por qué se producen esas lesiones?
DB: Particularmente, esta patología que presentamos tiene diferentes causas posibles, dentro de ellas son causas hematológicas propiamente dichas, es decir una enfermedad originada en la medula ósea, pero también puede darse por reacciones inflamatorias crónicas también en casos de tumores hematológicos y a veces no se conocen las causas. La presentación es totalmente anónima, lo importante es la etiología, cómo logramos el diagnostico que observamos en las imágenes, no el caso clínico, sino la enfermedad en sí.
¿Actualmente cuáles son las principales consultas de los pacientes?
CM: Por lejos, en este momento, la mayor consulta esta alrededor del hígado graso alcohólico y metabólico, este último está tomando la punta. También tenemos lesiones ocupantes de hígado, tumor maligno, benigno, hepatitis virales, entre otras. La persona puede no sentir absolutamente nada o podemos llegar a encontrar pacientes con la enfermedad avanzada.
¿Cómo es el tratamiento ante un diagnóstico de hígado graso?
DB: Es una patología que la tiene el 25% de la población. Antes era una patología muy subestimada, ahora también pero tenemos mucha información al respecto. Es una patología reversible, uno pude tener hígado graso de manera leve, moderada o severa, volver para atrás o dejar de tenerla, aunque hay una predisposición. Algunos pueden tener la patología, cambiar su estilo de vida, pero si dejan esas prácticas saludables vuelve a tenerla. Es una patología que hasta los niños la pueden tener, los pediatras advertir que hay muchos chicos con obesidad que pueden desarrollarla.
Hay un mito alrededor de la cirrosis asociada al alcohol y no siempre es así…
CM: Ese es un mito de la gente, cuando uno llega al diagnóstico de cirrosis te responden ‘pero si yo nunca tomé’, y el alcohol es una de las causas, puede haber cirrosis por hígado graso, por enfermedad inmunológica, son muchas causas.
¿Cómo está el órgano en cuanto a trasplante?
DB: En Argentina hay unas mil personas que esperan un trasplante de hígado, son unos 300 a 350 trasplantes en el año. La accesibilidad no es tanto como nosotros desearíamos. Se está tratando de utilizar formas no habituales, como incentivar el trasplante de un donante vivo, o utilizar órgano partido y de un donante para darle vida a dos personas, un adulto y un pediátrico, por ejemplo. Sabemos hacia dónde vamos pero necesitamos difundir más la donación.
¿El órgano recibe algún otro tipo de intervención además del trasplante?
DB: Sí, se pueden hacer cirugías, el hígado tiene gran capacidad de regeneración y podemos “perder” un buen porcentaje del órgano, por ejemplo quitar un 60% y el paciente con un 40% o menos puede seguir desarrollando sus funciones esenciales.
¿Cómo tenemos que hacer para cuidar nuestro órgano?
CM: El hígado graso metabólico está tomando la punta en consultas, es una enfermedad que en el mundo está apareciendo como una pandemia y tiene que ver con la forma de vida, la forma de alimentarse, tiene que ver con la explosión demográfica de diabetes, sedentarismo, colesterol alto y sobre todo obesidad. Otras patologías se combaten con, por ejemplo, vacunas que antes no teníamos como es el caso de la hepatitis. Y en la patología tumoral lo importante es el diagnóstico temprano que da más posibilidades de procedimientos terapéuticos.
¿Qué efectos vieron en la pandemia?
DB: Las patologías oncológicas fueron las que más se vieron perjudicadas, no pudimos seguir haciendo los mismos procedimientos porque la gente tenía miedo y cuando las recibimos nos encontramos con cuadros que podríamos haber resulto mejor si los detectábamos a tiempo. El diagnóstico tardío y el tratamiento tardío fue lo que más afecto a muchos pacientes.
¿Cómo está Río Cuarto en cuanto a la especialidad?
DB: Lo que más nos limita a nosotros es el acceso al trasplante localmente, pero en realidad tenemos un excelente vínculo con Córdoba capital en donde hay dos unidades de trasplante; que son el Sanatorio Allende y el Hospital Privado, por lo que a nuestros pacientes los manejamos conjuntamente con estos equipos de profesionales. Los demás tratamientos se pueden realizar localmente porque con un buen diagnóstico por imágenes podemos llevarlos adelante. O sea, la limitación seria el trasplante pero no tanto porque Córdoba es muy accesible.
¿Cómo llegan los pacientes?
CM: Depende la patología, muchos vienen derivados por otros profesionales o a veces son consultas autogeneradas. Las dos son vías de ingreso al consultorio.
¿Qué alcance pretenden lograr con esta Unidad de Hígado?
CM: Río Cuarto y su región de influencia tienen potencialmente unos 600 mil habitantes que pueden concurrir a la consulta, y si tomamos otras áreas como el norte de La Pampa o San Luis, también son personas que atendemos y ahí llegamos al millón de habitantes, vemos gente desde Berrotarán hacia abajo.
¿Hay casos que analizan con otras especialidades?
DB: Sin lugar a dudas, la atención del paciente tiene que ser multidisciplinaria, la persona es una integridad. El que siempre está a la cabeza es el médico clínico, pero también hay otros, como gastroenterólogos, con los endocrinólogos, con los oncólogos, con especialistas en diagnósticos, con todos ellos dialogamos para llevar adelante cada caso.
Por Fernanda Bireni