Según los datos del Indec difundidos ayer en el informe referido a “indicadores del sector energético” se refleja tanto una mejora en la producción como en los despachos al mercado interno. Pero además, la publicación muestra con contundencia la mayor relevancia que dentro de ese biocombustible tiene el etanol de maíz por sobre el de caña de azúcar, originado en las provincias de Jujuy, Salta y Tucumán.
Es que dos terceras partes de los despachos fueron abastecidas desde las etanoleras de maíz ubicadas en la franja central del país, especialmente en la provincia de Córdoba, la primera productora nacional de ese alcohol que se mezcla con las naftas a un corte del 12% por litro. Es decir, 12 de cada 100 litros de nafta despachados en una estación de servicio corresponden al alcohol surgido de la industrialización del maíz. Una participación que busca ser ampliada pero que encuentra en el Congreso y en los últimos gobiernos nacionales una inexplicable barrera que algunos adjudican al lobby petrolero. Más allá de esas especulaciones, a medida que aumenta la demanda de naftas en la Argentina, crece en paralelo la importación de combustible porque la capacidad de las refinerías se encuentra a tope. Esto implica un drenaje de dólares en la compra de naftas al exterior insólito en un contexto siempre urgido por la necesidad de divisas. Esas importaciones podrían ser cubiertas con mayor participación de bioetanol, lo que habilitaría a nuevas inversiones en el interior del interior, especialmente en el cordón maicero nacional donde Río Cuarto es un vértice destacado. Siempre se recuerda, para sumar a la ecuación, que por cada punto de corte que se aumente, es necesaria una inversión equivalente a una planta como la de Bio4. Sin embargo, aún se prefiere importar nafta.
Mientras tanto, ayer el Indec informó que la industria del sector logró aumentar tanto la producción como el despacho al mercado interno. “En el primer trimestre de 2025, la producción total de bioetanol mostró un crecimiento de 12,1%, como consecuencia de que la producción de bioetanol de caña subió un 26,6% y la producción de bioetanol de maíz aumentó un 6,6%, en comparación con igual período del año anterior”, remarcó el informe. La recuperación de la producción de alcohol de caña fue muy significativo pero sobre valores mucho menores a los de maíz. Mientras en el primer trimestre el volumen de bioetanol de maíz alcanzó los 196.291 metros cúbicos, el de caña sumó 87.553 metros cúbicos. En el mismo período de 2024 habían aportado 184.074 y 69.150 metros cúbicos respectivamente, en un contexto económico de parálisis por la gran incertidumbre postdevaluación y un proceso inflacionario que había alcanzado picos de 25% mensual.
En tanto, los despachos al mercado interno de bioetanol registran una variación positiva de 4,8% en el primer trimestre de 2025 con respecto a igual período de 2024 (300 mil metros cúbicos contra 286 mil del año anterior).