Acaba de ocurrir en el Senado un escándalo de los grandes con la suerte que corrió el proyecto de Ficha Limpia. Dos misioneros se dieron vuelta a último momento y la ley, que debía reunir 37 votos, murió antes de nacer. Misiones es una provincia permeable que, en 2024, recibió más Aportes del Tesoro Nacional que ninguna otra -$ 16 mil millones- pero el gobierno de Milei se hace el desentendido: jura que no tuvo nada que ver con la repentina voltereta de los dos senadores comandados por Carlos Rovira, el verdadero hombre fuerte de la provincia ¿Cómo va a negociar con la casta más rancia, incluido el kirchnerismo, el gobierno que precisamente llegó al poder para desterrarla?
El Presidente repitió el método que viene usando: dijo que el fracaso de la ley es una rémora de la vieja política, que se resiste a la transparencia, a lo limpio. Horas antes, los libertarios, los radicales y el Pro habían salvado a Karina, “el Jefe”, de ser interpelada por el escándalo de Libra. Hay versiones que señalan que, en ese punto, también hubo conversaciones con el kirchnerismo: si no avanzaba la interpelación, tampoco lo haría la Ficha Limpia.Los dos a mano.
En el peronismo cordobés señalan que no fue la única vez en la semana que el gobierno acordó con el kirchnerismo. En Diputados, una alianza temporaria entre las dos facciones frenó los proyectos que buscaban suspender al menos hasta fin de año la suba de las retenciones al campo que está prevista para el 1 de julio.
Es decir, el gobierno de Milei entró en contradicción en dos temas que son sensibles en la composición de su discurso:se comprometió públicamente con la ley de Ficha Limpia pero después actuó, en dos ocasiones, a contrapelo de lo que había planteado; y, además, en una discusión más material que un dispositivo electoral contra la corrupción, continúa retrasando el cumplimiento de la promesa electoral que el propio Presidente asumió con el campo. No sólo lo demora: lo boicotea.
¿El jefe de Estado paga un costo por episodios como esos? No necesariamente. No sólo por sí mismo sino porque enfrente no tiene todavía a nadie en el país: actúa en un unipersonal, sin antagonista.
El peronismo de Córdoba, que este año tendrá que enfrentar a un Milei que en 2023 sacó el 75% de los votos en la provincia, especula con que, en algún momento, el libertario empiece a pagar costos más onerosos que una baja atenuada en las encuestas. “Es como la gota que en algún momento horada la piedra”, graficó un dirigente peronista. Pero hasta que eso ocurra, el oficialismo provincial procede con precaución. La confrontación directa con Milei no sería ni inteligente ni redituable, especulan. Por eso, ante el fracaso de Ficha Limpia, tanto el gobernador Martín Llaryora como su antecesor, Juan Schiaretti, se posicionaron pero sin interpelar directamente al Presidente o a la Casa Rosada.
Cuando le preguntaron, Llaryora pronunció una frase que sonó grandilocuente:“Que el país esté a la altura de Córdoba y apruebe Ficha Limpia”, dijo y destacó que la provincia fue una de las primeras del país en aprobar por consenso esa ley. No acusó a Milei ni a nadie por el bochorno en el Senado.
Algo más contundente fue Schiaretti, que publicó en X que fue un escándalo y una vergüenza lo que ocurrió en el Senado, pero también prefirió no adjudicar culpas.
El exgobernador todavía no tiene definido si será candidato a diputado en la elección de este año; a pesar de que faltan tres meses para que se definan las listas, Schiaretti sigue esperando a que aclare el panorama para tomar una decisión. No sólo porque Argentina es imprevisible y vertiginosa sino porque primero hay en el camino una serie de elecciones decisivas:la principal es la del domingo que viene en Ciudad de Buenos Aires. El resultado en ese distrito probablemente redefina las estrategias de Milei y de Macri y, por lo tanto, reestructure el escenario y las alianzas.
Para Llaryora no es lo mismo que Schiaretti juegue o se preserve. Es el candidato que le daría la posibilidad de competir contra Milei de igual a igual, en vez de tratar de hacer la mejor elección posible.
Mientras tanto, hasta que el exgobernador se decida, Llaryora ensaya con otras movidas y otros actores. En los últimos días, cuando presentó 600 motos para la Policía, reclamó que se endurezcan las leyes nacionales contra quienes delinquen en moto.
Inmediatamente, Miguel Siciliano, jefe del bloque oficialista en la Unicameral, presentó un proyecto para pedirles a los legisladores nacionales que avancen con un agravamiento de las condenas para ese tipo de delitos. El legislador es uno de los nombres que el cordobesismo está posicionando como posible cabeza de lista.
Con su pedido de mayor severidad con los motochorros, el gobierno de Llaryora trata además de actuar en otro plano de la estrategia electoral: pretende evitar que los temas de inseguridad, que suelen estar al tope de las preocupaciones de la gente, se conviertan en patrimonio exclusivo de los libertarios. Hay ahí una disputa simbólica y política para no dejar que los rivales monopolicen la discusión sobre seguridad.
Llaryora, en paralelo, continúa con otro movimiento de diferenciación, que no se plantea como una confrontación con Milei sino como una contraposición de modelos:el gobernador sigue con sus recorridas por toda la provincia para inaugurar obras y anunciar nuevos proyectos de infraestructura. Contrasta la agenda negativa de ajuste y recorte de obras que plantea Milei con una agenda positiva que se postula como la contracara.
Sin embargo, la realidad también está imponiendo sus limitaciones. Porque la situación económica continúa sin repuntar, a pesar de los anuncios estrafalarios del Presidente, y porque las cajas tanto provinciales como municipales están cada vez más frágiles. Entre otros aspectos, porque los gobernadores y los intendentes tuvieron que asumir obligaciones que antes estaban en manos del gobierno nacional;por ejemplo, los subsidios al transporte.
En la provincia, por esas limitaciones de caja, están agravándose los reclamos salariales en sectores como la Justicia y los empleados estatales. En los Tribunales, el conflicto ha ido escalando y el gremio y los autoconvocados han anunciado en las últimas horas que profundizarán las medidas de fuerza. Los colegios de abogados, entre ellos el de Río Cuarto, salieron a plantear que la prestación del servicio de Justicia es caótica y que las causas se demoran sin resolución. “La información que nos llega es que no hay plata y por eso las negociaciones no avanzan”, declaró una fuente que sigue de cerca la discusión.
El gobierno de Llaryora mantiene la expectativa de que haya un acuerdo por la Caja de Jubilaciones, por el que hay planteado un conflicto en la Corte Suprema por 1 billón de pesos, y que empiecen a descomprimirse los apremios. Sin embargo, tampoco hay señales elocuentes desde la Casa Rosada:“Sigue sin llegar un peso”, se lamentó el gobernador durante su última visita a Río Cuarto.
El interrogante es si Milei permitirá que se avance en un acuerdo para aliviar financieramente a una provincia en la que espera ganar con contundencia. Uno de los objetivos electorales principales para afianzar La Libertad Avanza es la gobernación de Córdoba en 2027. Y se nota en el reparto de fondos. A pesar de que los legisladores del cordobesismo votaron las leyes más importantes de la Rosada, Llaryora fue uno de los 8 gobernadores que en 2024 no recibieron ni 100 pesos de los famosos y codiciados Aportes del Tesoro Nacional.