La Organización Mundial de la Salud (OMS) decidió establecer cada 15 de noviembre como el Día Mundial sin Alcohol para fomentar la responsabilidad de las personas en su consumo.

Juan Carlos Mansilla es psicólogo, especialista en consumo de alcohol y otras drogas, en comunicación con Rostros y Rastros nos brinda un amplio análisis de esta droga legal. “El alcohol es una sustancia depresora pero con una alta capacidad de desinhibición, esto significa que todos los filtros que tenemos en nuestra conducta cuando estamos en un estado de lucidez se ven disminuidos o anulados cuando la persona ha consumido alcohol o cuenta con un alto grado de intoxicación. Entonces el tipo de conducta que puede generar es un tipo de conducta riesgosa para la persona y para terceros”, comienza explicando y detalla que se refiere a diversos tipos de accidentología vial, problemas ligados a la violencia, enfermedades infecciosas, enfermedades de transmisión sexual por falta de protección, además de las enfermedades que trae el consumo de alcohol como del tipo gastrointestinales, cardiovasculares, o diabetes.

Juan Carlos tiene su sitio web dispuesto a consultas (www.juancarlosmansilla.com) y al mismo tiempo su Instagram que es @juanenlinea para quienes quieran contactarlo. Durante la charla explica lo complejo que es todo lo que rodea al alcohol, una droga que se ha vuelto tan familiar. “La sustancia se volvió tan cotidiana que eso ha hecho que baje el umbral de riesgo que se le atribuye y por lo tanto circula con mucha mayor facilidad, esto también implica que los controles del Estado son controles muy laxos en nuestro país, a veces casi nulos, algo que trae como consecuencias una fácil accesibilidad de los menores al alcohol y una posibilidad de venderlo en cualquier horario. Hay además muy pocas restricciones a la publicidad del alcohol, creo que estos serían lineamientos que el Estado debería comenzar a implementar pero que básicamente no lo hace”. Declara que “no hay un ánimo político de enfrentar seriamente este problema, aun cuando sabemos que la muerte juvenil está ligada a la accidentología vial. Además no hay razón para hacer una diferencia entre quien le vende alcohol a un menor de aquel que le vende marihuana o cocaína. Más aun cuando sabemos que el alcohol es la sustancia que habilita al paso siguiente, que es el consumo de otras drogas”.

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¿Cómo esta nuestro país en consumo?

“Argentina, en la población adulta, consume 9 litros de alcohol al año, puede parecer poco pero estamos hablando de alcohol puro al año. Si transformamos todo lo que el adulto consume en vino, en cerveza, en bebidas de alta graduación; si traducimos todo eso en alcohol puro como el que compramos en la farmacia, tenemos la increíble suma de 9 litros al año, es una barbaridad. Y sabemos que esto se traslada a las poblaciones juveniles que cambiaron el patrón de consumo y han incorporado la bebida de alta graduación con mucha familiaridad. Algo que hacen en combinación con otras sustancias que son las llamadas energizantes, que en realidad no lo son, sino que son estimulantes.

“Hay que entender que el alcohol funciona como la guarnición de las otras drogas, es decir, no existe cocainómano que no consuma alcohol también, esa mezcla genera un problema más serio para el hígado, la metabolización de la cocaína y el alcohol juntos genera otra droga nueva, entonces la persona esta drogada con tres cosas literalmente, y nos encontramos con circunstancias lamentables”.

¿El tiempo de aislamiento nos habilitó a un mayor consumo?

“En la pandemia ha aumentado el consumo de alcohol en adultos sobre todo, no en adolescentes como se dijo en un momento, las investigaciones así lo indican. Porque al llevar el trabajo a casa, ahí nadie nos controla si estamos trabajando y consumiendo. El consumo también está vinculado a los estados de ánimo; alcohol y aislamiento psicológicamente se llevan muy bien. El alcohol es un calmante de ansiedad, funciona para muchos como su psicofármaco de cabecera. Y lamentablemente no hemos visto un acompañamiento con un mensaje preventivo que llegue a las casas y a las familias. En general todas las drogas sufrieron una modificación en su consumo a partir de la pandemia”.

¿Qué hay de bueno en un Día Mundial y que se puede hacer?

“El día mundial es importante para poner el tema en agenda, pero con un día al año no vamos a lograr nada. Necesitamos una política continua y constante sobre este tema, una política para el control de la oferta y para educar la demanda, sin embargo aún vemos mucha resistencia. El énfasis tendría que estar puesto en generar una política preventiva desde la primaria o desde el jardín mismo con el tema del alcohol, el tabaco y las drogas legales. Decimos en psicología que la manera en la cual los niños, en su hogar, aprenden de los adultos en cómo se maneja una sustancia psicoactiva es como será su conducta hacia el uso de la misma. Trabajar desde lo educativo pero también regular la oferta, sin una regulación de la oferta, la educación en tema alcohol va a quedar siempre muy corta”, asegura Juan Carlos Mansilla.