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Raúl Allegre: retrato de un mexicano que triunfó en la Gran Manzana

A los 61 años es la voz especializada de un deporte que en el cono sur todavía no prende masivamente, aunque gana adeptos de manera paulatina. Ganador de dos Superbowl y un mito de los Gigantes de Nueva York.

Más allá de algunos locos que devoramos football americano, la única ligazón que tiene el común de los argentinos es películas mediante. Raúl Allegre nació en Torreón, México, es ingeniero civil y ha sido dos veces campeón del evento ecuménico del deporte yanqui. En 1987 y en 1991 fue el pateador que llevó a los Gigantes de Nueva York a ganar el tan ansiado Superbowl. Sus planes luego del retiro eran dedicarse a su profesión, hasta que apareció la televisión y hoy es el comentarista estrella de ESPN. Una rareza y un lujo hablar con Allegre sobre este momento en plena pandemia:

“A mí me parece que el reto es complicado. Que puedan ellos implementar un medioambiente en el que no haya un gran número de contagios, ya hemos visto como algunos jugadores han optado por quedar fuera, unos por condiciones médicas, otros por no arriesgarse a pesar de que no tienen alguna enfermedad o condición. Ya muchos están en la lista del Covid-19 que es una lista que creó la NFL para manejar el caso de los jugadores, ahora se está negociando sobre qué pasará en la temporada, hay todavía muchos temas por definir, por ejemplo qué pasa si se contagia un jugador, algo parecido a lo que les pasó a los jugadores de Miami Marlins (equipo de béisbol) que se contagiaron masivamente”.

-Usted es ingeniero civil, ¿alguna vez ejerció como tal?

-Ejercí durante mis estudios en Indianápolis, también en Austin (Texas). Una de las cosas de las que te das cuenta es que la ciencia y la tecnología avanzan a pasos agigantados. Me recibí en 1984 cuando apenas estaban saliendo las computadoras y cuando terminé mi carrera en la NFL en 1993 ya había cambiado todo. La manera como yo hacía cálculos de estructura era a mano con interacciones que me llevaban toda la noche, hoy eso se hace en fracciones de segundos, los códigos de construcción también cambiaron. Implicaba volver a tomar por lo menos un año para ponerme al corriente con los avances de la tecnología, con los códigos nuevos y muchos instrumentos que no existían cuando era estudiante. Así que decidí hacer una maestría en administración con la idea de usar la ingeniería y la administración en una empresa. Iba por buen camino hasta que se atravesó esto de la televisión mientras la hacía. Surgió la oportunidad de hacer un programa en español con NFL Films y de ahí salieron otras oportunidades hasta que me fui en una dirección que yo jamás me hubiera imaginado. Yo no estudié periodismo ni comunicación, soy exjugador y la parte de aprender en cámara la aprendí, como dicen en México, entre “gritos y sombrerazos”, nunca tuve a alguien que me lleve de la mano.

-Los argentinos somos muy pasionales con el deporte, pero el football americano nunca le llegó la gente, ¿a qué cree que se debe?

-La gente tiene la idea de que no interesa, las personas de las cadenas de televisión dicen que eso no vende, no han tenido la visión de tratar de generar un público que se pudiera interesar. A la gente no le gusta el football americano porque no lo entiende, en el momento en que lo empieza a entender y sabe la parte que involucra la estrategia se apasiona. No hay ningún equipo en todos los deportes que trabaje como trabajan los equipos de la NFL, donde hay 22 jugadores en cada jugada y si falla uno hay consecuencias. En el fútbol eso no pasa, no todos están involucrados en la misma jugada, cuando la gente lo entiende es cuando se empieza a enganchar y a prender. Un proyecto que me gustaría tener es desarrollar más el football americano de México hacia el sur, hay muchos fans, me escribe mucha gente, desde Guatemala hasta Tierra del Fuego, todos los que hablan español se han reportado conmigo, incluso de Brasil. Es cuestión de que alguien tome la iniciativa de desarrollar el mercado.

-Fue dirigido en Nueva York Giants por dos leyendas como Bill Parcells y Bill Belichick, ¿qué significó para usted?

-En ese momento te das cuenta de que eres parte de algo especial. En lo personal me tocó estar bien cerca de Belichick, él como coordinador defensivo, y en todos los años que estuve me pedía que le ayudáramos con los conceptos de situaciones especiales que se iban a dar durante el partido. Era increíble la manera de anticipar todo lo poco común que iba a hacer el equipo rival y cómo él preparaba a su grupo para anticipar situaciones, eso es lo que lo ha distinguido y separado de otros entrenadores. Son contadas las ocasiones en que un equipo ha sorprendido a Bill Belichick, una en particular es cuando pierden el SuperBowl LII contra Filadelfia, donde lo agarran dormido y pierde el partido. Cuando sabes lo que viene lo puedes anticipar, en las prácticas se veía el trabajo y lo anticipaban. Ese es el encanto de football americano, en base a estudios de video tú puedes ver qué va a suceder y si se lo puedes explicar a la gente, se empieza a enganchar con el deporte, eso falta en Sudamérica, un proceso de educación. Yo lo vi en el mercado de habla hispana de Estados Unidos con un proyecto que empecé en 1994, porque la mayoría de la gente que emigra, principalmente de México, es gente que le gusta el fútbol y no tanto el football americano, pero sí a sus hijos que crecen con la cultura estadounidense.

-El quarterback (mariscal de campo) es el cerebro del equipo siempre, ¿se asiste a un cambio de paradigma en la posición?

-Es un cambio de estrategia, muchos conceptos que vienen de high school. La gran mayoría empezó en las preparatorias porque los entrenadores tenían recursos limitados y se volvieron creativos, esos jugadores pasaban al colegial y los entrenadores a las universidades. La NFL fue reacia a adoptar este tipo de estrategias, pero muchos entrenadores se empezaron a dar cuenta de que pueden combinar conceptos tradicionales de pasadores con conceptos en que el corredor es un arma de doble filo, un jugador que puede correr y pasar. Eso no quita mérito al quarterback, al contrario, le añade recursos. Hay algunos que sólo pueden correr sin importar su origen, ese tipo de cualidades son innatas.

-Esto le va a parecer una obviedad, ¿cómo entrena un pateador?

-Aquí o metes o fallas no hay grises. Hay una enorme cantidad de pateadores que tienen mucho talento y físico para jugar en la NFL, pero que en la cabeza no tienen la capacidad. A la hora que saben que no hay margen de error se arrugan y les tiemblan las piernas. Eso marca la diferencia entre un pateador de primer nivel y otro que podrá tener una actuación buena y dos malas. Tú te das cuenta a los dos o tres años quién va a ser quien, esos que desarrollan a lo largo de los años y mejoran, pero los que son de élite los son desde el primer partido que juegan. No todos tiene la cualidad de crecer bajo presión, no todos tiene ese gen, se tiene que conjugar lo físico y lo mental para tener éxito.

-¿Cuál ha sido el jugador que más lo sorprendió en un emparrillado?

-Pues mira, yo tuve la oportunidad de jugar a favor y en contra de jugadores que son leyendas. Jugué contra Dan Marino (Miami Dolphins), debutamos el mismo día, fui capitán en un juego contra Chicago en 1985 con Walter Payton, o contra Joe Montana y Jerry Rice, de San Francisco. Pero para mí el jugador que más me ha sorprendido y el que yo pienso que es el mejor que he visto es Lawrence Taylor, porque son pocos los jugadores que no sólo impactan en el partido. Es un jugador de plan de juego, al plan de juego lo tienes que diseñar para neutralizarlo. Si no lo haces, te puede dañar y vas a terminar perdiendo. Y Lawrence Taylor no sólo fue un jugador de plan de juego, sino que cambió la estrategia ofensiva de la NFL. La ofensiva con un solo corredor nación en Washington porque quitaron a un fullback y pusieron un jugador ala cerrada porque se necesitaban a dos jugadores para bloquear a Taylor.