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Próvolo: definen si sigue en pie el juicio a las monjas

Puntal habló con uno de los abogados de los alumnos sordomudos abusados por los sacerdotes. "Tenían la función de garantes, debieron cuidar a los chicos", dijo

Hoy es un día clave para las monjas Kosaka Kumiko y Asunción Martínez porque un tribunal de Mendoza definirá si sigue adelante con el juicio contra las religiosas. Ellas dos, junto con la exapoderada legal del Instituto Antonio Próvolo de Mendoza, Graciela Pascual, y otras seis imputadas, están acusadas de haber “hecho la vista gorda” y así haber encubierto los abusos sexuales a niños sordos.

Puntal mantuvo diálogo con uno de los abogados querellantes, Oscar Barrera, quien en la mañana de hoy contestará los pedidos de nulidad con los que las defensas pretenden hacer caer este juicio emblemático.

“Los defensores pidieron la nulidad de la pieza acusatoria y de algunas de las pruebas. Esos planteos ya fueron contestados en forma concluyente por el Ministerio Público (los fiscales), y mañana nos toca hablar a las querellas”.

Barrera sostuvo que fue tan clara la exposición de los fiscales, que no les dejó a los querellantes más margen que para refrendar y apuntalar esos argumentos.

Después de eso, el tribunal pasará a deliberar y responderá si mantiene en pie la acusación y fija una nueva fecha para el inicio formal de la etapa decisiva del juicio.

Si los magistrados deniegan el pedido de nulidad, se abrirá la instancia en la que la parte acusadora puede presentar elementos de cargo y la defensa, de descargo.

“Estimo que en septiembre estará empezando el proceso final”, dijo el querellante.

Para Barrera, quien ya fue querellante en el histórico juicio en el que los curas Corbacho y Corradi terminaron con fuertes condenadas, las nueve mujeres del Próvolo que quedaron acusadas tienen responsabilidad en los abusos cometidos en esa institución religiosa por la función de guardadoras que ejercían sobre los chicos que asistían al lugar. “Ellas debieron cuidar a los chicos y no lo hicieron”, recalcó el letrado.

Esa figura de garantes les imponía la obligación de actuar y poner sobreaviso a la Justicia de los reiterados abusos sexuales que sufrían los estudiantes sordomudos, insistió Barrera.

“Con este segundo juicio lo que se intenta es cerrar el círculo de responsabilidades, que se abrió con la condena a los sacerdotes abusadores”, dijo.

En el juicio que se conoce como Próvolo II, además de las monjas Kosaka Kumiko y Asunción Martínez, están imputadas las exdirectoras de la entidad Gladys Pinacca, Valeska Quintana, Laura Gateán y Cristina Leguiza, la cocinera Noemí Paz y la psicóloga Cecilia Raffo.

Las nueve mujeres ya asistieron en forma presencial a la sala 4 del Fuero Penal Colegiado, presidida por el juez Horacio Cadile.

Se trata de un juicio semipresencial porque los otros jueces del tribunal, los fiscales Alejandro Iturbide y Gustavo Stroppiana, más los abogados querellantes y defensores, participan en forma virtual.

La más comprometida en el proceso es Kumiko, la monja de ascendencia japonesa que hoy está con prisión domiciliaria, imputada de ser partícipe primaria de siete abusos cometidos en el Próvolo. Incluso, en uno de casos está señalada como autora de abuso simple.


Alejandro Fara. Redacción Puntal