Una doble Niña. Ese es el cuadro de situación que vive el sector agropecuario que en muchas regiones del país están transitando una segunda campaña gruesa con el fenómeno caracterizado por la falta de precipitaciones, especialmente en la zona núcleo de la Argentina. En el margen oeste de la mayor zona productiva la realidad del año pasado fue otra, los aportes de agua resultaron más significativos y los valores de cosecha terminaron en niveles muy altos. Pero este ciclo presenta un adicional a la falta de lluvias que es un ciclo muy prolongado de altas temperaturas, con registros térmicos pocas veces vistos y extensos. El combo, lógicamente para los cultivos, es devastador.
En el último informe que el experto en agroclimatología, Eduardo Sierra, realizó para la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, deja en claro que ingresamos en una etapa decisiva y que llevará a menores volúmenes de granos que los estimados meses atrás. Eso implicará un recorte de divisas significativo y que puede contrastar fuerte con el año pasado en el que hubo finalmente una buena cosecha con precios muy elevados. Este segundo componente sigue siendo hoy un factor presente y que se consolida con cada reporte internacional que advierte los efectos de la sequía en zonas de Argentina y Brasil.
“A causa de la sequía registrada a fines de primavera y comienzos de verano, lo cultivos tendrán que atravesar el período seco que usualmente se produce durante enero con reservas hídricas escasas, por lo que sus resultados productivos dependerán en gran medida de un oportuno retorno de las lluvias en febrero”, explica Sierra en su trabajo.
Pero aclara: “Dado que se atraviesa un episodio doble de ‘La Niña’, el retorno de las lluvias podría demorarse hasta mediados de marzo, causando mermas de rendimiento significativas”, remarca.
El trabajo describe que el área afectada por sequía abarca la mayor parte del Paraguay, el este del NOA, la mayor parte de la Región del Chaco, gran parte del centro y el este la Región Pampeana, incluyendo la Zona Núcleo, gran parte de la Mesopotamia, el sur del Brasil y el Uruguay. Allí se observará un retorno parcial de las precipitaciones, por lo que persistirán amplios bolsones de déficit, al mismo tiempo que se registrará un régimen térmico con grandes amplitudes, alternándose fuertes calores y cortos pero marcados descensos térmicos.
A su vez, Sierra explica que “las lluvias continuarán siendo algo inferiores a lo normal en las altas cuencas del Paraguay y el Paraná, retardando la recuperación del calado de la Hidrovía y los puertos fluviales”.
Finalmente, el informe señala que “se está frente a un escenario climático muy contrastante geográficamente, y muy irregular en su marcha temporal, que plantea fuertes desafíos a la producción, tanto por déficits o excesos hídricos, como por temperaturas extremas”.
E insiste: “Uno de los principales riesgos que se presentará será el posible atraso de las lluvias de febrero, sometiendo a los lotes de cultivo de la Región Pampeana a un prolongado lapso seco, capaz de causar una significativa merma en la producción”.