“Que los necesitados no paguen los cambios que necesita el país con hambre y sufrimientos”, dijo el obispo de Quilmes y presidente de Cáritas, el riocuartense Carlos “Cacho” Tissera, quien se encuentra en el Vaticano para participar hoy de la canonización de Mama Antula, quien se convertirá en la primera santa argentina.
El prelado también pidió rezar por la Patria y sus gobernantes.
“Es una gran alegría poder estar aquí junto a las tumbas de Pedro y Pablo, visitar Roma y visitar al Santo Padre y para esta ocasión tan maravillosa en la vida de la Iglesia argentina, la canonización de una grande, de una santa que ha puesto los cimientos de nuestra Patria, precisamente cimientos basados en el Evangelio. Esta obra maravillosa que ella realizó, cargando sobre sus hombros la obra de los jesuitas expulsados. Ella supo interpretar los caminos de Dios desde su humildad, pero también desde su coraje, hacer presentes los ejercicios espirituales para el pueblo. Por más de 100 años se anticipó a la obra del Cura Brochero en Córdoba”, señaló.
“Ella desde su Santiago cruzó todo el noroeste argentino, por el centro Córdoba hasta llegar a Buenos Aires, en aquel Virreinato del Río de la Plata y con mucho sacrificio logró que en la naciente metrópolis 70 mil personas pudieran participar de esta gracia de Dios que es vivir los ejercicios espirituales de San Ignacio”, sostuvo.
“Grandes hombres, prohombres de la Patria allí se formaron. Dio testimonio de una vida entregada a Dios y a los demás. Una santa que es también un mensaje para cada uno de nosotros y una invitación para los argentinos de agrandar el corazón. De agrandar el corazón para darle cabida al otro. Una santa que no hizo las cosas solas, sino que unió a muchas mujeres en su seguimiento, pero después a tantas mujeres y hombres de esa naciente ciudad de Buenos Aires para poder transformar los corazones. Porque todo cambio verdadero nace por el cambio de los corazones”, indicó.
“Invitó a convertirse a Dios, a reformar la vida como es el objetivo de los ejercicios espirituales de San Ignacio. Y de esta manera nos va invitando también a ser nosotros en la sociedad de hoy, personas que escuchemos y nos escuchemos, para poder tomar las decisiones que a cada uno le toca realizar en el momento histórico que nos toca vivir, tan desafiante para todos los argentinos de cualquier calidad y misión que tenga, de cualquier clase social y por supuesto para las dirigencias del país. Poder aprender de esta grande, a ser generosos, a no quedarnos en las cosas pequeñas, chiquitas, de las peleas, de las rencillas, de los egoísmos y soberbias, para buscar el bien común”, afirmó.
“Por eso es providencial la canonización de Mama Antula, una persona que soñó, pero que también puso las manos en obra para una obra que es de Dios, pero que también requiere la unión de los corazones para buscar que muchos conozcan la verdad, el camino del Evangelio, del servicio y de la caridad”, manifestó.
“Por eso, es ocasión para orar, para pedir gracias para todo el pueblo argentino y sobre todo para aquellos que tienen las grandes decisiones sobre el pueblo argentino, particularmente aquellos de quienes depende la vida de los más frágiles, de los más necesitados, que realmente no sean ellos los que tengan que pagar los cambios que necesita el país con hambre, con sufrimientos, porque ya es mucho lo que está sufriendo nuestra gente y que requiere de grandeza, de magnanimidad, de esfuerzos grandes para poner lo que somos, sabemos y tenemos al servicio de los demás”, pidió.
“Por eso es una ocasión para dar gracias a Dios, porque él siempre llama a personas que se dedican a los demás para ser él el que vaya pastoreando los corazones, dejar que Dios reine en los corazones, empezando por el corazón de cada uno de nosotros”, expresó.
“Que vaya el saludo también para mi querida Río Cuarto, guiados bajo el manto de la Inmaculada”, finalizó.