Alrededor de las 14 horas comenzó a llenarse la explanada del Cabildo cordobés. La Policía cordobesa ideó un operativo basado en el ingreso por calle Buenos Aires, divido en dos anillos de seguridad: el primero, en avenida Illia y el segundo, en calle Entre Ríos.

En cercanías a la Plaza San Martín pudo observarse un gran despligue de las fuerzas de seguridad nacionales. En los techos aledaños al Cabildo se podían ver francotiradores; Gendarmería cuidaba los accesos por los que se trasladaron los distintos dirigentes; diversos agentes de la Policía Federal, ya sea de traje o de uniforme, se deslizaban entre el público mientras le susurraban a un handy palabras inentendibles.

El tradicional chocolate caliente con criollos fue servido por oficiales del Ejército Argentino. Rápidamente comenzó a formarse detrás de esa mesita una fila: niños, abuelos y mayoritariamente familias la conformaban. Tras darles el vasito con el brebaje y el tan ansiado criollo, una soldado cerraba la cortesía regalando una pequeña bandera celeste y blanca.

El acto comenzó con la entrada de la banda militar, que interpretó diversas marchas y canciones para aminorar la espera por la aparición del Presidente. La mayor efusividad por parte de la gente se vivió cuando sonó el Himno Nacional Argentino. “¡Viva la Patria!”, gritó alguien al finalizar el emblema compuesto por López y Planes, a lo que la multitud respondió: “¡Viva!”. Como en un acto reflejo, otra voz elevó en el aire la consigna libertaria por excelencia (“¡Viva la libertad, carajo!”) y recibió la misma respuesta por parte de los presentes.

Así las cosas, pudo verse también a la comitiva comunicacional del Presidente y en quien se fundamentó su campaña presidencial. Jóvenes, en su mayoría hombres, que replican y maximizan sus palabras o actos vía redes sociales: YouTube, TikTok, X, Instagram. Varios de ellos fueron reconocidos y saludados por los asistentes al evento.

Entre la gente también pudo verse al jefe del bloque oficialista en la Legislatura, Miguel Siciliano, acompañado del ministro de Justicia provincial, Julián López. Los diputados de La Libertad Avanza por Córdoba Gabriel Bornoroni y María Celeste Ponce también cruzaron entre el público.

Además de las banderas argentinas, hubo gran presencia de banderas amarillas con la figura del león (emblema animal del Presidente) en negro. Algunos niños y adolescentes expresaron su apoyo al libertario y asistieron al acto de mayo con un peluche del felino animal.

El público se caracterizó por gritar constantemente “Milei, ¡te queremos!” o “¡Mi Presidente!”. Al escuchar cada uno de estos saludos, el libertario no pudo evitar sonreír socarronamente y agradecerle a la gente por su presencia. También hubo arenga por parte del mandatario ante los cánticos “¡Tiene miedo, la casta tiene miedo!” y “¡Ley de Bases!, ¡Ley de Bases!”.

Entre la gente que copó la explanada de la Plaza San Martín pudieron verse familias, chicos jóvenes o adultos solos. A diferencia de otros eventos masivos, no podría decirse que asistieron organizaciones sociales o grupos de personas similares.

Un tenso momento se vivió durante la lectura del discurso presidencial, al lado del corralito disponible para la prensa.

Como ya había sucedido varias veces durante la alocución de Milei, un chico comenzó a gritar “¡Gracias, mi Presidente!”. Sin embargo, el joven comenzó a reclamarle al libertario por las partidas anuladas de alimentos a los comedores: “¡Hay chicos que se mueren de hambre y usted no está haciendo nada!”. La queja fue silenciada levemente por el sonido de una vuvuzela y de abucheos, mientras el manifestante intentaba elevar su voz con más fuerza.

Mientras Milei cerraba su discurso, insultos y agresiones llovían sobre el infiltrado manifestante.