Los números surgen del informe de ejecución presupuestaria que la Secretaría de Economía que conduce Pablo Antonetti acaba de hacer público.
Las cuentas municipales suelen tener una dinámica que se repite:en el primer trimestre del año los números son positivos porque tiene impacto la recaudación de la cuota única, que eleva desproporcionadamente los ingresos entre enero y febrero. Pero como esos números no se mantienen a lo largo del año, ese superávit suele servir de “colchón” para los meses en que la recaudación va decayendo.
El 2024 fue un mal año para el Municipio a pesar de que había arrancado con un superávit primario alentador:en el primer trimestre, los ingresos superaron a los gastos en un 23,3 por ciento. En el segundo trimestre, la relación bajó al 6,1 por ciento pero aún la relación era positiva. En el tercer trimestre, la ecuación quedó neutra:la recaudación empató con los gastos. Las alarmas sonaron cuando en el cuarto trimestre del año apareció el déficit corriente, que es el más preocupante porque indica que los ingresos no alcanzan para cubrir gastos básicos como los servicios o los sueldos. Además, hay que pagar las obras y la deuda. Si hay déficit corriente, la situación se agrava considerablemente al cumplir con los pagos de la infraestructura y la cancelación de los pasivos.
Pero, volviendo a 2024, el déficit corriente recién se produjo en el cuarto cuatrimestre, según se detalla en el informe oficial de Economía.
Este año ya de arranque fue considerablemente peor. Porque si bien en el primer trimestre volvió a informarse que hubo superávit corriente, fue mucho menor al del año pasado:mientras en 2024 había alcanzado el 23,3 por ciento, en 2025 apenas se ubicó en el 7,3 por ciento. Es decir, el “colchón” sufrió una reducción importante.
Paralelamente, el déficit también apareció antes en el tiempo. El segundo trimestre del año ya marcó que los gastos superaron a los ingresos en un 0,5 por ciento.
Al 30 de junio, la Municipalidad registró un déficit corriente de más de 373 millones de pesos.
Una explicación para esa dinámica es que los egresos crecieron más que los ingresos. “En materia de ingresos corrientes del municipio, el segundo trimestre del 2025 cerró con un total de $ 68.643 millones, mostrando un aumento porcentual del 78,7% frente a igual período del 2024. En términos reales los ingresos corrientes crecieron un 14,4%. Por su parte, los gastos corrientes fueron de $ 69.017 millones acumulados al primer semestre del 2025, los cuales representaron, en términos reales, un crecimiento interanual de 22%. Adicionalmente, los gastos de consumo, que representan el 74% de los gastos corrientes, crecieron en términos reales a su vez un 27%”, se lee en el informe de ejecución presupuestaria.
Es decir, la perspectiva para el resto del año puede ser todavía más compleja si no se revierte la relación que se ha producido en el primer semestre.
Al considerar el resultado financiero, es decir cuando además se pagan las inversiones en infraestructura y los vencimientos de la deuda, el resultado es, obviamente, todavía más complicado porque el rojo llega a 3.964 millones de pesos.
“El resultado financiero refleja la diferencia entre los ingresos y los gastos totales. Al resultado económico analizado anteriormente se le adiciona el comportamiento de los recursos y erogaciones de capital. Durante el primer semestre de 2025, el resultado financiero disponible fue de - 3.964 millones de pesos, lo que representa una profundización del déficit en comparación con el mismo período de 2024. Los recursos totales se componen de ingresos corrientes y de capital. Al 30 de junio de 2025, los mismos alcanzaron los 69.520 millones de pesos, lo que equivale a un aumento del 15,5 por ciento en términos reales.En su composición se destaca la preponderancia de los recursos corrientes, que representaron el 98, 7 por ciento del total. Por el lado del gasto, el total ejecutado en el primer semestre fue de 73.484 millones, lo que representa un incremento nominal del 86 por ciento en comparación con el mismo período de 2024. En términos reales, este aumento fue del 19,2 por ciento por encima de la inflación”, se lee en el informe de la Secretaría de Economía.
Una situación que hace que el panorama sea más complejo es que si bien los ingresos tuvieron un crecimiento interanual en términos reales, se registró también una desaceleración a lo largo del semestre. La suba más significativa se registró en enero (26 por ciento) y en junio el incremento fue de apenas el 4 por ciento.