Néstor Aguilar Soto fue condenado a prisión perpetua por el femicidio de su amiga Catalina Gutiérrez en la ciudad de Córdoba.
El rionegrino fue hallado responsable del delito de homicidio calificado por mediar violencia de género y criminis causa.
La sentencia fue dictada por los jueces Susana Frascaroli, Horacio Carranza y María Gabriela Rojas Moresi, del Tribunal II, tras el veredicto emitido por un jurado popular.
Durante el juicio, el fiscal Marcelo Sicardi sostuvo que el acusado mató a Catalina para encubrir las agresiones previas y calificó el crimen como un femicidio. Soto había confesado el asesinato, pero negó que se tratara de un crimen de género. “Yo soy un homicida, pero quiero defenderme: no soy un femicida”, declaró durante la audiencia.
A pesar de ese intento de desligarse de la figura de femicidio, el fiscal Sicardi insistió en que el asesinato de Catalina fue un acto de violencia de género y definió a Soto como “un lobo con piel de cordero”.