El equipo de psicología del INSTITUTO MÉDICO RÍO CUARTO se conforma, como tal, en el año 2019. Surge con la motivación de generar un servicio de salud mental, que abarque tanto los consultorios externos del Instituto, como también el área de internación, brindando al paciente una atención integral, donde todas las áreas puedan ser abordadas, y así responder a las necesidades que surjan tanto en el paciente como en su familia.
La hospitalización, de por sí, es un potencial iatrogénico, esto quiere decir que son las características propias de la institución hospitalaria (físicas, estructurales, sociales, culturales) las que llevan al paciente a percibir la internación como una fuente de estrés, provocando efectos psicosociales no deseados. El paciente debe adaptarse a la rutina hospitalaria (pruebas, ritmos de comida y sueño, visitas), esta se presenta y es percibida en el paciente como una pérdida de control: deja de tener intimidad, su autonomía se ve restringida, cambian las relaciones sociales, etc.; teniendo así que adaptarse a un nuevo rol. Es decir, el principal efecto colateral no deseado de la hospitalización es el padecimiento de estrés, porque además de tener un fuerte impacto psicosocial, también se suma el padecimiento de la enfermedad misma, la cual representa una amenaza para el paciente. La respuesta más frecuente que podemos visualizar en los pacientes es la ansiedad, la cual puede ser seguida de depresión e irritabilidad en etapas posteriores.
La intervención psicológica en la hospitalización tiene como principal objetivo atenuar este potencial iatrogénico y así también servir de nexo entre el paciente y los demás profesionales; ya que recibir la cantidad de información y el tipo de participación deseada, estimula y potencia el ajuste del individuo y la satisfacción con la internación y el tratamiento médico.
Se trabaja con el objetivo de brindar un área de servicio y soporte psicológico para pacientes hospitalizados, participando de manera activa en el tratamiento y acompañamiento de estos. Como así tambien, contener psicológicamente a pacientes, como a sus familiares; e intervenir ante situaciones de pacientes en crisis, colaborando con el equipo médico, en la contención y acompañamiento del paciente y sus familiares.
En el contexto actual de pandemia nos encontramos con altos niveles de ansiedad, depresión y hasta mayor idea de la muerte y/o riesgo suicida en pacientes con coronavirus. La depresión se puede expresar como tristeza, disminución de la capacidad para experimentar placer, falta de energía, pensamientos de contenido negativo (ruina, muerte, fracaso, autocrítica), retraimiento social y disminución de la libido, entre otras manifestaciones.
De aquel universo de personas con depresión clínica, utilizando escalas e inventarios psicológicos de autoreportes para medir la gravedad subjetiva (Beck Depression Inventory II) nos encontramos que la mayoría presentó sintomatología compatible con depresión leve, algunos con depresión moderada y una minoría con depresión severa. Asimismo, encontramos un síntoma común en la mayoría de los pacientes en la etapa de ingreso a la institución (Cuestionario STAI II), que es la ansiedad severa: un estado de alerta, preocupación y excitación que se dispara ante el peligro. Sus síntomas típicos son hormigueo, sensación de calor intenso, debilidad de piernas, incapacidad para relajarse, miedo, mareos o palpitaciones. También se puede manifestar como una sensación de ahogo y sudoración, miedo a perder el control o el miedo a morir, entre otros.
Por su parte, en el plano familiar del paciente internado, nos encontramos principalmente con sintomatología ansiosa, propia de tener un ser querido internado, pero que se ve incrementada por las características propias de la hospitalización en el contexto de pandemia. Ya que las visitas se ven restringidas, o en el caso de UTI, coordinadas por el equipo médico. A su vez, dicha ansiedad se ve acompañada con de angustia, miedo e incertidumbre, temor al contagio, o a la pérdida de seres queridos.
Es por ello que, desde el Equipo de Psicología de IMRC, se realizan intervenciones a través de contactos telefónicos, tanto con el paciente internado por COVID en nuestra institución, como con la familia de este, validando las emociones (ansiedad, estrés, miedo, depresión) que surgen en estas situaciones de aislamiento e internación. Se brindan herramientas e intervenciones psicoeducativas, contemplando a cada paciente a través de una mirada sistémica, desde la totalidad psíquica – física – contextual, realizando psicodiagnóstico e intervención en situación de emergencia, tanto para pacientes con antecedentes psicopatológicos previos, como quienes no lo presentan. Además, se facilita, en forma conjunta con el equipo médico, visitas de familiares a los pacientes internados en terapia intensiva.