Un desarolllo local podría ser de gran utilidad para el trabajo de médicos y enfermeros en medio de la pandemia del Covid-19. Se trata del panel de protección con observación activa (Proa), creado por el estudio de arquitectura de Daniel Tambone (M.P. A5114). El prototipo, en proceso de patentamiento, consiste en una placa con mangas e instrumental, herméticamente sellada, que permite la interacción con pacientes con síntomas sospechosos de coronavirus.
En diálogo con Puntal AM!, Tambone explicó que el dispositivo permitiría un ahorro considerable de tiempo y equipos de protección personal, con los mismos estándares de seguridad.
“Es muy simple. Termina siendo una puerta de aluminio, con unas mangas con las cuales se puede trabajar, observando a través de ventanas de vidrio y acrílico. En la parte de arriba tiene unas celosías, para que se pueda escuchar sin dejar de brindar protección”, detalló el inventor del dispositivo.
Además, indicó que, en la parte inferior, tiene una bandeja con instrumental fijo, como tensiómetro y termómetro para la revisación periódica de los pacientes. También incluye una segunda bandeja, para dejar comida u otros elementos.
“Todo va con puertas plegables, adaptadas al tamaño de las camillas y las sillas de ruedas. Plegando las bandejas y abriendo la puerta, permite el paso normal, sin bloquear nada. Y permite que, con un barbijo y guantes comunes, pueda auscultar al paciente con un estetoscopio, que va fijo en la puerta”, agregó Tambone.
Tomando en cuenta que permitiría la interacción entre pacientes con profesionales de la salud y cuidadores, el diseño está pensado para su uso en clínicas y otros centros de atención de salud.
Según puntualizó el arquitecto, el diseño ya está en proceso de patentamiento.
"Nosotros pusimos el trabajo desde nuestro estudio, pero la idea surgió del personal de salud, a partir de una problemática. Hay un miedo real cada vez que se presentan casos con determinados síntomas y deben aplicar el protocolo de Covid-19", señaló.
“Buscamos no solamente proteger al personal de salud, que es la prioridad número 1, sino también darle cierta apertura a la habitación. Porque hoy, cuando llega una persona con síntomas, se la aísla completamente y no tiene comunicación visual ni sonora con el exterior”, agregó el arquitecto.
¿Qué ventajas ofrece este sistema?
Un factor importante es el rendimiento en término de tiempo y uso de equipos, cada vez que se tiene que ingresar a una habitación para revisar a un paciente o llevar algún elemento. Eso, hoy implica una demora de 40 minutos por persona y un sinnúmero de trajes de protección personal.
Nos comentaba que diseñar este prototipo le llevó 35 días, ¿cuánto tiempo tardaría la producción de una unidad ahora?
Lo más complejo fueron las piezas que toman a las mangas, para que las mantengan correctamente y que se puedan cambiar fácilmente. También, tener el insumo para hacerlo. Hoy, conseguimos un proveedor de acrílico en Córdoba y un soldador local de PVC, por lo que estamos mucho más tranquilos en lo que hace a la fabricación del panel.
¿En qué etapa de desarrollo está el panel?
En el Anmat, donde estamos buscando la aprobación, no hemos podido entrar ni comunicarnos. Hicimos un prepatentamiento. Y estamos en trámite de inscripción para la aprobación de este diseño. Consideramos que es un elemento muy simple, que no representa mayores riesgos. Esperemos que no nos demore.
¿Tienen una evaluación de la demanda?
Terminamos el prototipo la semana pasada. Estamos organizando una reunión con la gente del Hospital y con el COE, para presentarles el panel. Lo positivo que tiene este panel es su bajo costo, y equivale al consumo de elementos de un enfermero durante un mes, por lo cual entendemos que produciría un ahorro importante.
¿Qué costo tiene y cuántos de estos paneles podría necesitar una clínica?
En realidad, los nosocomios que atienden Covid-19 lo podrían utilizar tranquilamente. Por las consultas que hicimos, se lo puede usar también para pacientes inmunodeprimidos, para infecciones bacterianas o virósicas. Es muy útil para esto. El costo depende de si se adapta lo existente o se construye desde cero. Pero hoy, el costo final es de unos 50 mil pesos.