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Qualia Eyewear: transformando basura en anteojos de alta calidad

Era ingeniero y trabajaba en una importante empresa. En 2016, decidió hacer un cambio rotundo en su vida y se embarcó en un nuevo proyecto relacionado con el reciclaje. La historia de Martín Vázquez.

En un mundo que es cada vez más consciente sobre la necesidad de cuidar el medioambiente, Qualia Eyewear se destaca como un ejemplo inspirador de innovación y compromiso ambiental para todos. Fundada por Martín Vázquez, esta empresa nacida en San Nicolás (Buenos Aires), se ganó el reconocimiento de muchas personas por el enfoque que tienen: fabrican anteojos de alta calidad, a partir de plástico 100% reciclado, que proviene de la contaminación marítima.

Desde sus inicios en 2016, Vázquez, ingeniero de profesión, se vio impulsado por la necesidad de cambiar su estilo de vida y al mismo tiempo, inspirar a que las personas se movilicen por el planeta.

Martin comenzó a explorar formas de abordar el problema de la contaminación y empezó a experimentar con máquinas caseras de reciclaje en el patio de su casa. Lo que inició como un proyecto personal y sin un objetivo claro, pronto se convirtió en una empresa con una misión clara: demostrar que la basura no es basura y que se pueden crear productos de calidad a partir de materiales reciclados.

Además, Qualia se destaca por su compromiso con la medición y compensación de la huella de carbono. A través de iniciativas como la plantación de árboles nativos en bosques degradados de la Patagonia, en colaboración con la ONG Reforestar, la empresa busca contrarrestar su impacto ambiental. También, son protagonistas por su colaboración activa con otras ONGs de Argentina, desde la lucha contra la contaminación plástica marítima hasta la promoción de la salud oftalmológica en comunidades con pocos recursos.

En un mano a mano imperdible con Puntal, Martín Vázquez compartió la motivación detrás de este ambicioso proyecto, las diversas barreras que debió superar y la necesidad que tiene de inspirar a otros

¿Cómo surgió la idea de utilizar plástico reciclado para fabricar anteojos y cómo fue el proceso de desarrollo inicial de la empresa?

Una de las primeras cosas que encuentro en internet, son dos planos de unas máquinas caseras de reciclaje, yo los descargo y las comienzo a armar. El primer granito de Qualia fue que esas dos máquinas anduvieron. Compre mal los motores, quemé miles de disyuntores. Todo sin un objetivo, solo quería reciclar plástico. En ese proceso sucedió que empecé a contar todo en redes y todos se prendieron.

¿Cuáles fueron los mayores desafíos que enfrentaste al iniciar el negocio y cómo los superaste?

En un par de semanas, tenía el patio de la casa tapado de plástico. Un poco en broma y en verdad, fue cuando comencé a pensar en crear un negocio alrededor del reciclaje y empecé a pensar en ese momento qué producto podría fabricar. Me pareció que los anteojos podrían ser esos productos. Comencé a ver cómo se fabricaban algunos y los primeros salieron muy feos, muy malos. No le encontraba la vuelta. Yo quería hacer un producto de altísima calidad y demostrar que la basura no es basura, esa es la percepción que nosotros tenemos. Me di cuenta que alguien le fabrica a las marcas. Empecé a buscar ayuda con fabricantes de anteojos de verdad y estuve un año tocando puertas. Un día estaba desesperado, yo había renunciado a mi trabajo, estaba atrapado por este sueño. Entonces me fui a Buenos Aires y recorrí las fábricas. Todas me dijeron que no y la última, me dijo que si, les había interesado el proyecto. Probamos el material y todo funcionó bien. En dos meses, me habían hecho un lote de 3000. Ahí fue cuando dije ‘¿qué hago?’. Justo me dieron los 3000 entrando al verano. Eran todos anteojos de sol. Yo tenía pensado un nombre, los valores de la marca, objetivos en el corto plazo, entre otras cosas, pero no había armado nada. El objetivo que tenía era tener un anteojo de plástico reciclado en mi mano, ahora tenía 3.000. Ahí apreté el acelerador a fondo, armé una página web, un manual de marca, la misión, la visión y bueno, fue una carrera larguísima. El 5 de diciembre de 2017, empezamos a vender y desde el primer día, se empezó a vender muchísimo. Entendí que el mercado había reaccionado bien. No había vuelta atrás.

La pandemia fue un proceso clave en Qualia…

Justo antes de la pandemia, desarrollamos un filtro de Instagram donde cada uno se podía probar virtualmente los anteojos. El e-commerce no estaba tan explotado antes del 2020, vender un anteojo en internet no era tan fácil como vender una zapatilla. Es algo que va a la cara, es nuestra presentación al mundo, uno dedica en promedio media hora cada vez que va a una óptica. Entonces era todo un desafío comprar en internet. Buscamos las herramientas para bajar los miedos del cliente y este probador virtual ayudó mucho. Lo sacamos justo antes de la pandemia y cuando llegó, era furor nuestro probador. La pandemia nos potenció. Yo creí que nos sacaba de carrera y pasó todo lo contrario. Es una paradoja enorme.

¿Qué impacto ha tenido Qualia Eyewear en términos de sostenibilidad ambiental y responsabilidad social hasta ahora?

No usamos cualquier tipo de plástico ni las tapitas de gaseosa por ejemplo, lo que utilizamos es nylon. Llevamos más de 20.000 kilos de plástico reciclados y más de 40.000 anteojos vendidos

El trabajo colaborativo es clave en Qualia.

Nos encanta trabajar en forma colaborativa. Muchas cosas que hacemos, las hacemos en colaboración. Nosotros medimos la huella de carbono y lo compensamos a través de la plantación de árboles. Eso lo hacemos a través de una ONG que se llama Reforestar. Llevamos más de 1.000 árboles plantados. Lo que es el impacto social, nuestro programa “Misión de Cambio”, tiene el objetivo de darle acceso de salud visual a las personas que no tienen los recursos necesarios. Juntamos un grupo de médicos oftalmólogos y viajamos a zonas de bajos recursos en el país. Las personas que necesitan anteojos, las atendemos y les damos el par que necesitan. En Chaco a eso lo hicimos a través de una ONG que se llama Monte Adentro. Toda la recolección de plástico, que ahora la estamos haciendo en la Patagonia, estamos muy enfocados en la contaminación plástica marítima, que es redes de pesca y cajones de pesca, todo eso lo hacemos con otra ONG que se llama ProyectoSub. En todos los ángulos, siempre estamos trabajando en conjunto. Entendemos que el cambio se hace entre todos.

¿Cuáles son los objetivos que tienen para este año?

Nuestro gran objetivo este año es tratar de llegar a México pero estableciéndonos como marca. Estuvimos el año pasado generando contactos y conociendo ese mercado.

¿Qué mensaje tenés para que los que sueñan con emprender?

A aquel que quiere emprender, le digo que no va a ser fácil. Lo que intentamos comunicar nosotros, es que si la gente tiene un sueño, luche por él. No quiero caer en el romanticismo, pero cuando la intuición te dice algo, hay que luchar, ser curioso y moverse. No sé si haría algo muy loco como lo que hice yo y dejar todo, pero con una mano en el corazón, con un buen plan y dedicación, cualquier cosa es posible.

Por Mariano Migliazzo