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Razones de la economía real que pasan por debajo del radar libertario

La remuneración bruta total de los empleados privados registrados cayó por quinto mes consecutivo en julio. Los industriales esperan una reactivación que no llega. Los comercios siguen con las ventas en la pendiente

Hace una semana, la capital provincial se volvió la caja de resonancia de buena parte del empresariado nacional que se reunió en el Centro de Convenciones Córdoba para celebrar el Día de la Industria. No había demasiado para festejar esta vez. Más bien era evidente que en las mesas dispuestas en el enorme salón las conversaciones giraban en torno a tres preocupaciones que dominan el día a día de las empresas. Tal vez la principal, la más relevante, era que no sentían que la demanda respondiera. Traducido: las ventas persistían esmirriadas. Habían intentado tonificarse hacia diciembre, enero y febrero. En algunos sectores, incluso, habían pisado marzo con algo de vigor. Pero a partir de allí empezó otra vez el derrotero y primero dejaron de crecer, para luego, en muchas ramas industriales, comenzaron a declinar. Ya para julio el frío en la actividad económica era más intenso y llegaron las tasas, que fue el equivalente a una ola polar.

Un industrial cordobés que integra la cadena de la línea de blancos se sinceró ante sus colegas: “Habíamos notado la vuelta de las cuotas sin interés que habían empezado a mover la demanda. La gente se animó a comprar un lavarropas, una heladera, una cocina en 12 y hasta 18 cuotas sin interés en determinadas promociones de las casas de electrodomésticos. Con estas tasas desapareció todo eso y el freno fue inmediato. Las familias no tienen dinero en el bolsillo para comprar una heladera. Sin crédito, no hay ventas”, alertó.

No fue el único. A dos mesas de distancia, el titular de una importante fábrica de maquinaria agrícola tenía el mismo diagnóstico: “Con estas tasas nosotros quedamos fuera de carrera otra vez, cuando habíamos empezado a repuntar en ventas. ¿Qué productor va a tomar un crédito con estas tasas de interés? Y ninguno va a desarmar un silobolsa y entregar sus reservas en dólares para comprar al contado un tractor. Esta la vieron mil veces”, se sinceró.

Mientras comenzaba formalmente el evento y se terminaban de ubicar los últimos asistentes en sus lugares, la sensación de preocupación por la caída en la actividad económica, las altas tasas y el ingreso de productos importados del exterior, fueron temas recurrentes. Cuando se encendieron a pleno las luces del escenario, uno de los oradores del primer panel fue el presidente de la UIA, Martín Rappallini, quien puso el foco en esas tres variables durante su discurso a modo de “preocupaciones de los industriales hoy”.

Del otro lado de ese planteo, en la demanda, son buena parte de las familias las que no tienen excedentes y apenas pueden afrontar a duras penas los costos fijos del mes. A muchas se les hacen largos los 30 días, como lo admitió el candidato libertario en la tercera sección electoral de Buenos Aires este fin de semana, Maximiliano Bondarenko, exintegrante de la Policía, que remarcó que a su madre jubilada los ingresos le alcanzan para 15 días.

Más allá de los dichos de los funcionarios oficialistas, que estarían confirmando cierta desconexión de la realidad cuando remarcaban que los salarios volaban por encima de la inflación, lo cierto es que muchas consultoras comenzaron a detectar hace meses cierto agobio de la población por la sostenida sensación de cansancio frente a la adversidad económica. Hay un dato objetivo que publicó en los últimos días la Bolsa de Comercio de Rosario con el Índice Compuesto Coincidente de Actividad Económica de Argentina (ICA-ARG) que cayó un 0,5% en julio y registró la tercera tasa mensual negativa de manera consecutiva y la cuarta en lo que va del año. Ahí confluyen las distintas ramas de actividad y su comportamiento. Pero hay un subíndice que es la remuneración bruta total de los empleados privados registrados, donde se estimó una caída en julio del 2%, la quinta de manera consecutiva. “En este caso, la serie se ve afectada por los ajustes salariales por debajo de la inflación, así como también por el freno en la recuperación del empleo formal”, alerta el informe, en clara confrontación con las lecturas de Casa Rosada.

Eso explica los indicadores de consumo que mensualmente publica la Came y que en sus dos últimos informes admitió una caída de ventas del 2% en julio y del 0,3% para el Día del Niño en agosto. Antes habían retrocedido 0,5% en junio y 1,7% para el Día del Padre. En mayo, se habían desplomado 2,9%. Es la otra cara de la misma moneda que mostraban los industriales hace una semana en Córdoba.