Y fue el licenciado en Psicología, Gabriel Righetto, especialista en Psicología Social y Comunitaria (M.P. 5253 / M.E. 681) e integrante del área de Salud Ocupacional dependiente de la Secretaría de Trabajo de la UNRC, quien estuvo a cargo de la organización y coordinación del conversatorio “Época, Trabajo y Salud Mental: ¿Surgimiento de nuevos riesgos psicosociales?”, del que tomaron parte además el doctor Matías Dreizik (UNC) y la licenciada Deolidia Martínez (Red Estrado).
Embed - Lic Psic Gabriel Righetto -esp. en Psicología Social y Comunitaria
Consultado por Salud & Ciencia respecto a cuáles considera que son los principales factores de riesgo psicosocial en el entorno laboral actual, que puedan afectar la salud mental de los trabajadores, Righetto entendió que tales riesgos psicosociales se pueden enumerar entre el estrés, los trastornos de ansiedad, los denominados cuadros psicosomáticos, el burnout, las depresiones y el hostigamiento laboral, lo que para la Organización Internacional del Trabajo (OIT) este último ha sido concebido como “la pandemia del siglo XXI”.
Aunque estos riesgos no son mutuamente excluyentes, todos representan amenazas relevantes en los espacios laborales modernos, donde las exigencias crecientes y los cambios tecnológicos propician un nuevo escenario de sobrecarga.
A la vez, la irrupción de la pandemia de coronavirus marcó un punto de inflexión. A partir de ese momento, la frontera entre la vida personal y laboral casi se desdibujó impulsada por el uso intensivo de dispositivos móviles. Así, la hiperconectividad trajo consigo un aumento de la carga de trabajo, impactando directamente en el bienestar físico y mental de las personas.
- ¿Cómo impactan los cambios tecnológicos en esta problemática?
-Si bien la pandemia transcurrió y abrió una bisagra, un antes y un después, ahí justamente se empezó a agudizar lo que se denomina “sobrecarga laboral”. Es decir, todos tenemos un dispositivo, más precisamente un celular, donde de parte de algún integrante de una organización o de una institución empezaron a realizarse demandas. Y esas demandas empezaron a ser excesivas, por ende, empezaron a repercutir en el cuerpo. Por eso es que pareciera que vivimos en una en una época hiperacelerada, lo cual obviamente es totalmente insalubre.
- ¿Qué estrategias de prevención y promoción de la salud mental considera efectivas para reducir el impacto de los riesgos psicosociales?
-A mi modo de ver, deberían existir en el seno de las organizaciones, políticas respecto a la salud mental. Desde aquellas que tienen que ver con la intervención clínica a aquellas que entran en consonancia con la promoción y la prevención, y cuando me refiero a promoción y prevención, hay algunos ejes nodales y específicos, que deberían abarcar los aspectos saludables: la cooperación y la convivencia. Es decir, el trabajo debe ser entendido como un ambiente inclusivo que elimine todo aquel paradigma vetusto, como para decirlo de alguna manera, y por ende empezar a pensar que la salud mental debería entrar en un carril donde no sea interpretada como un estigma.
- ¿Qué instrumentos se utilizan para evaluar los riesgos psicosociales y el bienestar mental de los trabajadores?
-Los métodos son variados y van desde cuestionarios que se pueden aplicar a entrevistas hasta estrategias grupales. Y acá me parece muy importante resaltar que tales métodos deben ser abordados por profesionales instruidos y capacitados, con un título de grado, con una matrícula, es decir, colegiados. En los últimos tiempos han surgido pseudoprofesionales que, obviamente, no tendrían buenos resultados en sus intervenciones. En el caso de los padecimientos psíquicos, sean de pequeña, mediana o extrema agudeza, a la hora de trabajar hay que ser serios, y hay que realizar buenos abordajes, por lo que siempre se debe consultar a un profesional matriculado.
Para Righetto, el ámbito laboral “es un contexto más dentro de los cuáles un ser humano se desarrolla”, al tiempo que entiende que “la época que estamos transitando, es sumamente compleja”. “El mundo está ‘patas para arriba’, como quien dice, y los ámbitos laborales no están exentos de todo esto”, consideró.
- ¿De qué manera específica el estrés laboral crónico puede impactar en la seguridad en el trabajo?
-El desgano y el desánimo conforman síntomas que repercuten obviamente en la salud mental. No obstante, puede haber un más allá. Es decir, las organizaciones y las instituciones, deberían estar tomando registro de cada una de estas manifestaciones y poder pensar que tales manifestaciones pueden estar instauradas en grupos, en sectores o en áreas. Es decir, las cuestiones no son individuales, son colectivas, y para establecer buenas estrategias paliativas hay que abocarse a lo colectivo.
- ¿Cómo se puede identificar el burnout en los equipos de trabajo para prevenir consecuencias negativas?
-El burnout es un concepto que viene de la década del ‘70. Su origen se lo dio un psiquiatra que trabajaba en una institución de toxicomanía en Estados Unidos, en lo que hoy estaríamos hablando de una institución de consumos problemáticos. En América Latina, Argentina es una es uno de los países pioneros en torno al padecimiento burnout, y los sectores y los trabajadores que se abocan a la salud y a la educación, son los más afectados.