Vacunas contra el cáncer: el impulso latinoamericano hacia una nueva frontera terapéutica
El inmunólogo chileno Flavio Salazar Onfray, referente internacional en inmunoterapia y ex ministro de Ciencia del vecino país, expuso en Río Cuarto sobre los progresos de las vacunas personalizadas para pacientes oncológicos. Además, destacó la necesidad de fortalecer la innovación biomédica latinoamericana mediante infraestructura, financiamiento y colaboración regional
La visita a Río Cuarto del doctor Flavio Salazar Onfray, reconocido inmunólogo chileno, exministro de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación de su país, y referente internacional en inmunología tumoral e inmunoterapia, marcó un importante antecedente para la comunidad científica y médica local. Convocado por la Universidad Nacional de Río Cuarto y el Colegio Médico local, el especialista compartió los avances alcanzados durante más de dos décadas de trabajo en el desarrollo de vacunas terapéuticas contra el cáncer, un campo que atraviesa una expansión global y que ofrece nuevas respuestas para patologías oncológicas de alta complejidad.
Su conferencia “Vacunas contra el cáncer: de la investigación a la innovación internacional”, se complementó con una charla académica en la Universidad Nacional de Río Cuarto. “Para mí ha sido un privilegio y un placer poder visitar a Río Cuarto por primera vez”, expresó al inicio de la entrevista con Salud & Ciencia, destacando especialmente la articulación científica con investigadoras locales.
Embed - Dr. Flavio Salazar Onfray | Inmunólogo | exministro de Ciencia e Innovación de Chile
Esa colaboración se vincula a iniciativas comunes, entre ellas la campaña “Piel en Alerta” centrada en la prevención del cáncer de piel, y que entre ayer y hoy se visibiliza con controles gratuitos de lunares en la céntrica Plaza Roca.
Su visita a la ciudad
La agenda del inmunólogo en Río Cuarto incluyó dos espacios con públicos muy distintos. Por la mañana, estudiantes universitarios y público general participaron de una conferencia de divulgación.
“Enfatizamos un poco la necesidad del valor de la investigación, los progresos que hay en ella… y la necesidad de generar nuestras propias soluciones a nivel latinoamericano”, explicó. El alto costo de tecnologías avanzadas y las dificultades de acceso en la región justifican, según el especialista, la urgencia de construir capacidades locales en investigación traslacional.
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La segunda charla, dictada por la tarde en el Colegio Médico, tuvo un enfoque estrictamente técnico y clínico. “Traigo datos más dirigidos hacia los expertos, explicando los avances y lo que hemos aprendido durante esta etapa en que estamos trabajando en estos estudios principalmente clínicos”, puntualizó.
Sus investigaciones
Las investigaciones lideradas por Salazar, desde Chile, se han orientado a un objetivo preciso: utilizar el sistema inmune del propio paciente para combatir sus tumores.
“Nosotros en Chile, hemos trabajado los últimos 20 a 25 años en conectar la respuesta inmunológica con los tumores”, explicó el facultativo. Sostuvo también que tal camino comenzó en modelos experimentales y continuó en estudios clínicos que permitieron evaluar la eficacia de estas terapias.
Consideró además que la diferencia central respecto de las vacunas tradicionales es determinante. “Las vacunas contra el cáncer, a diferencia de las vacunas en general, no son preventivas, sino que son terapéuticas. Es decir, son para pacientes que ya están enfermos”, precisó.
A partir de esa premisa, el desarrollo chileno avanzó en dos plataformas distintas.
La primera consiste en una terapia celular personalizada por la cual se extrae sangre del paciente, se aíslan glóbulos blancos, se “educan” con extractos tumorales y luego se reinyectan, según describió. Aquí, el objetivo es potenciar la capacidad del sistema inmune para reconocer y atacar células tumorales, con un procedimiento autólogo y seguro. “Hemos visto que tiene efectos en la sobrevida de los pacientes sin efectos adversos”, indicó Salazar Onfray.
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En tanto, la segunda vacuna –también en estudio– prescinde de la extracción de sangre. Se elabora directamente a partir de extractos tumorales combinados con adyuvantes naturales, de manera similar a una vacuna convencional, aunque orientada exclusivamente al paciente oncológico. “En principio no hay mucha diferencia con las vacunas tradicionales, pero el objetivo es distinto. En este caso, son vacunas que solamente le van a servir al paciente y es claro que sea así porque el cáncer no es contagioso, es una enfermedad propia”, dijo.
El rol del melanoma
Entre los distintos tipos de cáncer, el melanoma ha sido el punto de partida para los estudios más profundos del equipo liderado por Salazar Onfray.
“El melanoma, históricamente, ha mostrado ser susceptible de ser tratado con inmunoterapia”, explicó. La ubicación del tumor en la piel —un tejido de alta actividad inmunológica— facilita la generación de respuestas inmunes robustas.
A eso se suma un crecimiento sostenido en la incidencia del melanoma asociado “a la exposición al sol, al exceso de rayos ultravioleta y también a algunos temas genéticos”, según precisó el facultativo.
Aunque el melanoma funciona como modelo de prueba, las aplicaciones son mucho más amplias. El grupo chileno ya avanzó hacia tumores prostáticos y estudia su implementación en el cáncer de vesícula biliar y cáncer de colon: una estrategia adaptable a distintos tipos tumorales, con potencial para convertirse en una herramienta regional de gran impacto sanitario.
Desafíos regionales
La interacción con sus pares de Argentina, le permitió a Salazar además trazar un mapa común de las dificultades que enfrenta América Latina en la investigación biomédica.
“Son muchos los desafíos. Hace falta una mayor capacidad de infraestructura y un mayor énfasis en la inversión en ciencia y tecnología”, afirmó el científico, al tiempo que consideró que los desafíos no se limitan al financiamiento, por entender que la cooperación científica es otro punto determinante. “Hace falta una mayor interacción entre los científicos de diferentes partes de Latinoamérica”, subrayó.
Y esa visión colaborativa ya se traduce en proyectos concretos. Chile trabaja actualmente con el Hospital “Albert Einstein”, de San Pablo (Brasil), para avanzar hacia estudios clínicos de fases 2 y 3. En Argentina, las primeras vinculaciones se dieron en Buenos Aires, con la Fundación Cassara, mientras que ahora la articulación con equipos de la UNRC abre nuevas oportunidades de investigación conjunta y transferencia tecnológica.