El acceso al agua potable es un derecho humano reconocido en 2010 por Naciones Unidas, entidad que calcula que unos 2.000 millones de personas (uno de cada cuatro habitantes del planeta), no lo pueden ejercer actualmente. El agua es un bien esencial, fuente vital de la vida y también escaso. Este recurso no renovable se ve amenazado por el crecimiento demográfico, las demandas de la industria y los impactos del cambio climático, entre otros muchos factores, que hace peligrar cada vez más, su disponibilidad a futuro.
Belleza libre de agua: productos waterless
La cosmética waterless no solo es buena para la piel sino también para el planeta. En vísperas del Día Mundial del Agua que se celebra cada 22 de marzo, recordamos la importancia de este recurso no renovable en el planeta a través de nuevas fórmulas que suplantan el agua en algunos procesos de producción para ayudar a su conservación
Con el auge progresivo de la cosmética sostenible, cada vez optamos más por productos ecológicos que generen un menor impacto ambiental. El agua es uno de los componentes más comunes en los productos cosméticos, gracias a su capacidad como disolvente, puesto que ayuda a mejorar la consistencia, estabilidad y la aplicación del producto. La gran mayoría de los cosméticos que encontramos en el mercado, lleva agua en su composición, sean limpiadores, maquillajes, sérums o geles.
La buena noticia es que podés contribuir al cuidado del medioambiente durante tu rutina de belleza. Con el objetivo de reemplazar el agua, varias firmas de cosméticas y productos de belleza e higiene, vienen trabajando en la búsqueda de diferentes soluciones para mejorar la sostenibilidad del sector, produciendo nuevas fórmulas sin agua. De allí surge el término “waterless”, “water-free” (en inglés, sin agua), o fórmulas anhidras, es decir, productos sin agua en su composición.
El movimiento waterless es una realidad en el mundo de la cosmética, que tiene como objetivo principal crear fórmulas sin agua, convirtiéndose en una alternativa para generar menor impacto ambiental, ya que son productos que utilizan menos envases, menos conservantes y muchos de ellos reducen a cero el uso de agua en sus fórmulas. Si bien la cosmética sin agua viene sonando hace rato, es cierto, que para muchas marcas ya es un indispensable motivado por la escasez de recursos hídricos de nuestro planeta.
Origen
El concepto waterless surgió en Corea y comenzó a expandirse por el resto del mundo a partir de 2015, ofreciendo alternativas con productos de todo tipo para el cuidado de la piel, el pelo e incluso maquillaje: bálsamos limpiadores, maquillaje en polvo, aceites concentrados, manteca corporal, mascarillas, sérums, etc., centrándose en encontrar una formulación más limpia para el medio ambiente.
Según indica el informe sobre tendencias de belleza 2022 de WGSN (Worth Global Style Network) después de la pandemia el consumidor apuesta por reducir el consumo de agua para preservar este recurso y dentro de este concepto entran en juego los cosméticos sin agua y sin aclarado que cumplen con esta nueva tendencia que aboga por la sostenibilidad, el cuidado de la piel y la preservación del medioambiente.
Ventajas de la cosmética sin agua
Dentro de sus ventajas podemos destacar que, dada la ausencia de agua, no requieren del uso de conservantes innecesarios ni aditivos. Los aceites que se emplean para su producción, se conservan en sí mismos y de esta forma, se evita el uso de conservantes. Cuentan con más principios activos que los productos con agua, ya que son más concentrados, potenciando de esta manera los efectos y los resultados.
Se componen principalmente con activos concentrados, envasados en cartón, papel o aluminio y otros materiales reutilizables y reciclables que contribuyen a reducir el impacto con el medioambiente y la huella de carbono, reduciendo el uso de plásticos.
Otra ventaja que tienen es que, al tratarse de fórmulas concentradas de activos, permiten utilizar menos cantidad por ende rinden más.
El desafío de los cosméticos waterless
El gran desafío es desarrollar productos que generen un menor impacto ambiental sin renunciar a la eficacia de los mismos. También tiene como reto encontrar una formulación más limpia para el medioambiente, menos contaminante y apta para llevar de viaje sin restricciones.
Los envases son también un punto importante a trabajar ya que se calcula que actualmente se acumulan casi 8,5 millones de toneladas de plástico en el planeta, y las firmas de belleza son uno de los responsables debido al envasado excesivo de sus productos a base de este material. Numerosas marcas están en vía de realizar una transición hacia recipientes mejor reciclables y, a pesar de que el movimiento de la cosmética sin agua ha sido impulsado principalmente por marcas independientes más pequeñas, muchas de las grandes empresas están apostando también por soluciones anhídridas.
Si bien en un principio, el objetivo de eliminar el agua de la composición de los productos no era otro que mejorar su eficacia y disminuir el consumo de agua en su elaboración, este nuevo movimiento genero un gran impacto en los consumidores quienes cada vez más eligen consumir este tipo de productos por sobre los que contienen agua. Actualmente grandes marcas y de lujo se han sumado rápidamente al movimiento waterless que ha demostrado ser efectivo y amigable con el medioambiente.
Es importante aclarar que es imposible que la cosmética sea 100% waterless, ya que, si bien es posible formular cosméticos sin agua que a la vez tienden a ser más ecológicas, se utiliza agua en todas las etapas de la vida útil del producto, desde la extracción y procesamiento de los ingredientes hasta su envasado, transporte y uso final.
La cosmética de base no acuosa no es una novedad ni una moda pasajera, sino que es algo mucho más grande, es una necesidad motivada por la escasez de recursos hídricos del planeta. Por eso los consumidores están introduciendo cada vez más cambios sustanciales en su estilo de vida y la cosmética waterless es un ejemplo claro de ello, siendo la alternativa perfecta por la que deberíamos apostar.
Por Julieta Varroni