Rostros y Rastros Aprender | Bárbara Villarreal | educación de adultos

Desafíos: aprender en la vida adulta

Cuando pensamos en educación, generalmente la asociamos con la educación formal de niños, adolescentes y jóvenes. Si bien ellos son los principales actores de la educación, los adultos también deberían ser pensados dentro de estos grupos

El aprendizaje es un camino sin fin. Por ello, aunque en ocasiones se interrumpe, siempre se puede retomar, continuar por otro sendero o regresar hacia atrás para recorrerlo de nuevo. Los tiempos van cambiando y lo que antes parecía algo impensable, hoy no lo es tanto. Venimos arrastrando un pre concepto social, de que el aprendizaje se encontraba limitado a una etapa puntual de la vida, a una edad. Sin embargo, en los últimos años esta concepción ha ido evolucionando progresivamente, y actualmente se tiene asumido que los procesos de aprendizaje se producen a lo largo y ancho de la vida.

Debemos de comprender que las características de los seres humanos varían dependiendo de la etapa de vida en la que se encuentren, por lo que la enseñanza debe de adecuarse a estos factores sociales, biológicos y psicológicos.

El aprendizaje y la educación de adultos es un componente básico del derecho a la educación y el aprendizaje a lo largo de toda la vida, pero ¿es posible? Conversamos con la psicopedagoga Bárbara Villarreal - MP 34-4164 - @ambitosalud, quién nos contó cómo se dan los procesos de aprendizajes en la vida adulta y que los años no determinan hasta cuando puede aprender el ser humano.

Aprender en la vida adulta, ¿es una utopía?

- Parece ser que aprender, solo es posible en determinada etapa de la vida, o por lo menos así es lo que pensamos cuando hablamos de aprendizaje y se nos presenta una imagen ligada a lugares de educación formal, de personas de una edad y con un objetivo en común.

Pero el paso del tiempo nos ha dejado observar que tal cosa no es así, ha evolucionado esta concepción del aprender asumiendo que este puede darse en cualquier etapa y circunstancia de la vida.

El aprendizaje realmente nunca termina y, por ende, la necesidad de aprender ya no está determinada a ciertos rangos de edad. Aprender en la vida adulta no es una utopía para nada. Hay que desterrar esa idea de que no se puede aprender de adulto.

Las necesidades que llevan a un joven a estudiar, serán diferentes, sin duda, que a las del adulto, y no por el objetivo que tendrán, sino por el motivo que persigue esta etapa cumplida. Ya que, en la adultez media, entre los 30 y 60 años aproximadamente, se presentan experiencias, responsabilidades, necesidades e intereses diferentes. Sin embargo, estos factores no determinan ni imposibilitan que los procesos de aprendizajes no puedan llevarse a cabo. Muy por el contrario, el hecho de tener las ganas, el empeño y el deseo de querer hacerlo, serán los elementos claves para que el proceso de aprendizaje sea exitoso.

¿Cuáles son las principales necesidades de retomar, en muchos casos, los estudios en la vida adulta?

- Lo primero que hay que tener en cuenta es que las necesidades que llevan a un adulto a estudiar son diferentes a las de una persona más joven, y lo mismo ocurre con los intereses y expectativas. Cuando una persona alcanza su madurez toma conciencia de sus deberes, derechos y responsabilidades, entre ellas la responsabilidad de su propio crecimiento y desarrollo y es allí cando decide accionar sobre lo que desea hacer.

Entre las principales necesidades e intereses de las personas adultas que desean volver al sistema de educación, podemos destacar incorporar cambios positivos en sus vidas, elevar su autoestima y autoconcepto, llenarse de nuevas experiencias, superar las metas y objetivos que se ponen a sí mismos, seguir aprendiendo como parte del desarrollo personal o por placer, considerarse útiles, activos e integrados socialmente, obtener titulación educativa y/o certificación laboral e insertarse con mejores posibilidades en el mercado laboral.

¿Qué realidades, frente a los desafíos del aprendizaje, encontrás en tu consultorio?

- Nunca es tarde para aprender. Hay que tener en cuenta que siempre estamos aprendiendo, en cualquier edad, a cualquier etapa de la vida. Mi experiencia en el acompañamiento de jóvenes y adultos en la instancia de finalización de la educación media, en ámbitos no formales, reafirman las conceptualizaciones, de que los años no determinan hasta cuando aprender, sino que dan claridad y posibilidad de alcanzar el proyecto que un día fue ideal, pero hoy será deseado, concluyó.

Es importante resaltar que una de las ventajas que destaca el hecho de retornar a los estudios en la vida adulta es que, toda persona adulta lleva consigo una gran cantidad de vivencias y experiencias. El aprendizaje es mucho más efectivo cuando la persona es capaz de conectar esas experiencias con los conocimientos, habilidades y actitudes que está desarrollando.

Por Julieta Varroni