La Bolsa de Comercio de Rosario realizó una semana de informes especiales sobre girasol con importantes análisis de parte de sus especialistas. Aquí se citan tres de esos trabajos para reflejar la realidad y futuro del cultivo de girasol y sus derivados.
Girasol: estiman una cosecha de unos 4,05 millones de toneladas
Un informe especial analiza el momento de la oleaginosa con la mira puesta en el aceite, un derivado con demanda mundial
En ‘Análisis de la hoja de balance de girasol 2022/23 en Argentina y primeros indicadores comerciales de la campaña’ Javier Treboux, Patricia Bergero y Julio Calzada plantean que la campaña 2022/23, cuya cosecha comenzó ya a desarrollarse en la región norte del área productiva nacional, inició con una siembra que significó un récord en 15 años. Con un área destinada al cultivo que se estima en 2,25 millones de hectáreas, es la mayor superficie de girasol para nuestro país desde la campaña 2007/08, y marca un incremento en torno al 14% en relación con la campaña 2021/22. El fenómeno climático La Niña, que viene afectando a los cultivos y plantea interrogantes para la gruesa, alentó un incremento en el área de este cultivo, conocido por su mayor resistencia relativa a la falta de humedad.
Según el informe, en la zona girasolera del país, el déficit hídrico afecta los rendimientos potenciales de los cultivos. Actualmente, se estima una producción para Argentina en torno a 4,05 millones de toneladas para la campaña 2022/23.
En cuanto a la demanda, se espera un aumento en la molienda para la campaña 2022/23, que se incrementaría unas 300 mil toneladas entre campañas, hasta 3,6 millones de toneladas. Podría llegar a convertirse en el mayor volumen procesado desde la cosecha 2011/12, aunque resulta necesario esperar la finalización de la cosecha. Esta mayor molienda, manteniendo un ratio de extracción de aceite constante en relación con las últimas campañas (43%), decantaría en una producción de aceite de 1,6 millones de toneladas.
¿Qué aporta el girasol a la economía argentina?
Guido D’Angelo, Natalia Marin, Javier Treboux y Patricia Bergero están en condiciones de afirmar que con el girasol se produce el aceite preferido en la mesa de los argentinos, ya que consumimos 10,6 litros de aceite de girasol por habitante por año. Es el cuarto cultivo nacional en superficie y el quinto en producción. El cultivo representó el 3% de la producción de granos en Argentina, siendo el quinto cultivo más importante del país en términos de volumen, por detrás de la soja, el maíz, el trigo y la cebada. Asimismo, representa el 5,5% de la superficie sembrada con granos de nuestro país, superando a la cebada y siendo aquí el cuarto cultivo más importante.
Con el girasol se generan exportaciones por más de US$ 1.800 millones, siendo el séptimo complejo exportador argentino. El año pasado el país se consolidó nuevamente como el tercer exportador mundial de aceite y harina de girasol, detrás de Ucrania y Rusia. El Complejo Girasol aportó cerca de $10.000 millones en derechos de exportación en 2022 (21% más en derechos de exportación respecto al 2021). Cada año se consumen más de un millón de litros de aceites vegetales para preparar alimentos en nuestro país. De este total, la mitad del consumo consiste en aceite de girasol.
En términos nominales el girasol generó el mayor volumen de dólares de su historia, con sus exportaciones creciendo más de un 41% respecto al 2021.
Poniendo el foco en la venidera campaña 2022/23, si se valúa lo que se espera exportar en este año a valores de exportación oficiales (con la excepción de los productos refinados/envasados, para los que se usaron estimaciones propias) los analistas hablan de exportaciones totales del Complejo Girasol por un valor cercano a US$ 1.713 millones de dólares.
Finalmente, de entre todos los informes tomamos el del Lic. Jorge Ingaramo sobre aceite de girasol crudo, uno de los mercados mundiales más dinámicos. “En el trabajo se señala que el consumo creció en los diez años previos a la pandemia, 5,1% anual acumulativo y las exportaciones lo hicieron al 11,5%”, escribe el profesional. Además agrega: “La caída en las producciones de los tres grandes del hemisferio Norte en la campaña 2019/2020, previa a la pandemia, generó una merma de grano de girasol del 8,9% a nivel mundial, unos 4,79 Mt distribuidas en 2,4 Mt; 2,03 Mt y 0,61 Mt en Ucrania, Rusia y la Unión Europea, respectivamente. La recuperación posterior no alcanzó a reducir los precios que fueron muy buenos. “La oportunidad para la Argentina en los próximos cinco años es recuperar una parte modesta del área productiva de girasol perdida por las malas políticas locales (2007 -2015) y abastecer el faltante en la producción mundial de aceite que, indudablemente, ocurrirá porque los países que incurren en invasiones, conflictos y/o guerras siempre pierden”, dice Jorge Ingaramo.
Por Fernanda Bireni