Lo cierto es que en Río Cuarto el kilo de algunos cortes rompieron la barrera de los 20 mil pesos esta semana, en particular el corte obispo, matambre y vacío. Apenas por debajo de esa línea, la tapa de asado se comercializaba ayer en $19.699 el kilo.
Pero la veloz escalada que tuvo la carne vacuna desde comienzos de la primavera generó algunos cambios internos en la pizarra entre los cortes más caros y los más baratos. De hecho, entre los de mayor valor ya no están algunos clásicos como el peceto y el lomo, que en la misma carnicería de supermercado se comercializaban a $17.199 y $17.299, respectivamente.
En medio de la estampida que los especialistas de la cadena vacuna le atribuyen a una escasez de oferta, ayer el ministro de Economía, Luis Caputo, cuestionó al municipio de Cañuelas por el fuerte aumento de una tasa municipal sobre la hacienda que impacta, finalmente, en el precio de la carne. Vale recordar que en Cañuelas opera el mercado de referencia nacional de hacienda.
Ante la noticia de que la intendenta del partido bonaerense, Marisa Fassi, dispuso autorizar un incremento a las guías de Hacienda del 124% en menos de un año, Caputo apuntó directamente contra la medida y remarcó que “lo único que saben hacer es subir impuestos y aún así tienen déficit”.
El significativo aumento de la tasa municipal fue rechazado por la Cámara Argentina de Matarifes y Abastecedores (CAMYA), al exponer que la suba de la alícuota no se condice con la inflación, ya que la guía municipal pasó de $1.965 a $4.409.
Más allá de esa cuestión anecdótica por su impacto final en las góndolas, lo cierto es que, desde mediados de septiembre, el precio de la carne en góndolas presentó un incremento del 30%, de acuerdo al relevamiento de la Cámara Argentina de Matarifes y Abastecedores (CAMyA).
De todos modos, desde la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes de la República Argentina aseguran que buena parte de la suba generada por la escasez de hacienda fue absorbida por los distintos eslabones y no llegó al consumidor.