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"La economía de la Región Centro sufrió mucho la sequía, pero repuntará con El Niño"

Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos padecieron fuerte los efectos de la tercera Niña consecutiva que recortó los volúmenes de cosecha, especialmente en soja y maíz

El impacto de la sequía en la actividad económica nacional no requiere de mucho detalle para advertir su profundidad. Sólo alcanza con observar las maniobras del Ministerio de Economía para tratar de hacer pie en el mercado cambiario frenando el drenaje de dólares y tratando de incentivar la captación de divisas, con claras limitaciones por la escasa producción agrícola. El resultado de todo eso se transparenta en la hoja de balance del Banco Central.

Pero esas dificultades se sienten con fuerza en la economía de todos los días de la Región Centro, la que concentra buena parte de la producción de granos del país y ahí es donde pegó de lleno la sequía.

Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos sienten hoy los efectos de La Niña en su actividad económica. “La inflación y la sequía causaron estragos en la Región Centro”, explica la economista de la Universidad Austral, Ana Navarro, en dialogo con Tranquera Abierta, a la hora de explicar un trabajo minucioso sobre el comportamiento de las tres provincias durante esta etapa compleja de la economía, afectada fuertemente por un sector productivo muy golpeado.

“En este contexto, la producción primaria de la Región Centro acusó el impacto esperado por la dramática sequía, especialmente en la producción de leche y en la de derivados de la soja”, remarcó el trabajo.

En conjunto, solo 5 de los 11 indicadores en los que se divide el informe mostraron en marzo un crecimiento interanual en la producción, destacando el alza en la elaboración de bioetanol, la demanda comercial e industrial de electricidad y la faena vacuna, porcina y aviar.

“Cuando se va desglosando por sectores y se miran distintos componentes, la inflación y la sequía causan estragos en la Región Centro. En particular se ve que la industria aceitera o el complejo sojero, y también la industria química se vio muy golpeada. En este último segmento, los agroquímicos tiraron para abajo”, explicó la economista.

Y agregó: “Por otra parte, el consumo también es un reflejo de la situación. Ahí vemos que está complicado porque si bien aumenta la demanda de alimentos y bebidas, cayó el consumo de bienes durables o más flexibles como electrodomésticos”.

Hay una mejora en el consumo más básico...

Vemos que el consumo se corrió, con una mejoría leve en alimentos y bebidas, y caída en textiles, ropa, calzado, electrónica. Eso indica que a la gente le alcanza el dinero sólo para lo más elemental. El consumo se concentró más en lo más básico.

Ni que hablar si se miran las exportaciones...

Claro, si uno mira las exportaciones, especialmente primarias, la Región Centro la sufrió mucho, fue todo para abajo. Salvo la producción de carne, que cerró con un saldo positivo, el resto muy mal. En particular lácteos y la cadena de la soja.

Por lo cual era inevitable el impacto en estas provincias...

La campaña 2022/23 dejó una actividad diezmada en la Región Centro y eso tiene a su vez otros impactos. Además, los precios internacionales de los productos estuvieron a la baja. Por lo cual la combinación de ambas cosas le produjo una contracción importante a las tres provincias, con todo el impacto que tiene esto sobre las cadenas que involucran bienes y servicios. Pensemos el transporte, almacenamiento, seguro, logística; más todo lo que son subproductos o insumos, fueron todos afectados. Esto naturalmente que se siente fuerte en la Región Centro, pero también a nivel país, aunque hoy por suerte hay otros sectores que aportan como Vaca Muerta o el litio. De todos modos, la agroindustria es el principal motor o la columna vertebral de nuestro sistema productivo.

La premisa de cuando al campo le va bien... en la Región Centro se potencia...

Creo que se ajusta bien a esta región. Y creo que a veces también nosotros lo vemos con claridad, y en particular en campañas buenas o normales cuando recorremos rutas como desde Rosario a Villa María o Río Cuarto. Ahí se ven cómo florecen todas las localidades, porque el dinero que circula allí es notorio. Recuerdo épocas cuando la actividad agropecuaria estaba en alza y pasaba a la tardecita o noche por alguna de esas rutas y se veían en los pueblos y ciudades una gran cantidad de locales iluminados, que era una señal. Hoy de hecho se utiliza un indicador de luminosidad con datos satelitales para vincular con ciclos económicos.

Así como impacta más la caída del campo en esta región, promete que la próxima campaña genere un repunte importante...

Por lo menos los informes que están disponibles hasta ahora para la región central son buenos, porque el norte de Buenos Aires todavía sigue padeciendo las consecuencias de la sequía. En Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos todo apunta a que habrá una recuperación con respecto a lo que ocurrió esta campaña. Cuando uno mira las previsiones climáticas disponibles a nivel internacional se observa que El Niño no será parejo, pero de todos modos será mucho mejor. Quizás el trigo no lo logre captar, pero la campaña gruesa debería mejorar y mucho. Y también pensando en la cadena cárnica y la láctea, que también se vieron muy afectadas por la sequía. Insisto, los grandes pilares de la producción primaria va a mostrar grandes diferencias.

Por lo cual el arranque del próximo año, para el gobierno que venga, será muy diferente que el comienzo de este 2023...

Sin dudas que habrá una mejora del contexto en el inicio del año próximo con respecto a lo que vivimos este año. Y si además se toman medidas razonables en materia económica, cerrando la brecha entre los distintos tipos de dólares que mejoraría la rentabilidad del sector para aumentar a su vez las intenciones de siembra y producción a futuro. Lo cierto es que tenemos las Paso en agosto, justo cuando se están tomando las decisiones productivas importantes.