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Advierten sobre algunas señales de riesgo de suicidio y qué hacer cuando se trata de una persona cercana

Según la OMS, cada año se suicidan más de 700.000 personas, siendo la cuarta causa de muerte en el grupo etario de 15 a 29 años

En el marco de ‘Septiembre Amarillo’, instaurado como el mes para la prevención del suicidio y, particularmente, el 10 de septiembre, establecido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como el Día Mundial de la Prevención del Suicidio, destacados especialistas explican cuáles son las señales de riesgo de suicidio en una persona y qué pueden hacer sus allegados al notarlas.

La campaña hace foco en la importancia de acompañar a quienes atraviesan una situación que implica riesgo de suicidio, con el objetivo de prevenir la muerte autoprovocada.

“El acompañante es fundamental, cumple la tarea de ser como un ancla que mantiene firme en el puerto a la persona con riesgo de suicidio. Frecuentemente, el que acompaña es el primero en detectar que algo no está bien. La pareja, el padre, la madre o el hijo notan un cambio, notan el malestar incluso antes que la persona misma”, explicó el Dr. Marcelo Cetkovich, psiquiatra, Director Médico de INECO y Vicepresidente de la Asociación Argentina de Psiquiatras (AAP).

“Una persona que está en un cuadro depresivo grave o alguna otra condición que le provoque ideas de suicidio, no se da cuenta que tiene una enfermedad hasta que comienza un proceso que le permite analizarlo. El malestar te va invadiendo de manera subrepticia, paulatina, y uno piensa que el problema es uno. Esto cambia recién cuando hay una intervención de un profesional de la salud mental”, añadió el Dr.Cetkovich en una entrevista realizada al Dr. el 14 de agosto de este año.

Según las cifras disponibles más recientes de las Estadísticas Vitales del Ministerio de Salud de la Nación, en Argentina se registraron 2.865 muertes por suicidio en 2021, cifra que superó la cantidad de fallecimientos ocurridos en ese mismo año debido a enfermedades como el Alzheimer, trastornos metabólicos, desnutrición, apendicitis y malformaciones congénitas. En dichas estadísticas también puede observarse que 2.280 de los fallecidos fueron varones y que la franja etaria que va de los 15 a los 29 años fue la que más decesos concentró, con 1.0762. A nivel global, en tanto, la OMS estima que “cada año se suicidan más de 700.000 personas” y que “el suicidio es la cuarta causa de muerte en el grupo etario de 15 a 29 años”.

“Existen una serie de factores de riesgo, que también pueden ser llamados alertas o red flags (banderas rojas), que son importantes considerar. En primer lugar, si la persona tuvo hubo un intento previo de suicidio, si tiene pensamientos o intenciones relacionadas con la muerte, si la persona padece algún trastorno de la salud mental como depresión u otro trastorno psiquiátrico diagnosticado”, explicó la Dra. Teresa Torralva, psicóloga, doctora en Medicina y Jefa del Departamento de Neuropsicología de la Fundación INECO.

Según la OPS, “los suicidios son prevenibles” y “preguntar sobre el suicidio no provoca el acto en sí”, sino que “reduce la ansiedad y ayuda a las personas a sentirse comprendidas”. Además, recomienda encontrar un “momento adecuado y un lugar tranquilo” para hablar y escuchar, así como “animar a la persona a pedir ayuda a un profesional”, ofrecerse a acompañarla a las citas médicas y, si se cree que la persona “corre un peligro inmediato, no dejarla sola”.

Por su parte, la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio (IASP, por sus siglas en inglés) propone cinco pasos de acción para “ayudar a salvar una vida”: preguntar, estar presente, mantener segura a la persona, ayudarla a conectar y dar seguimiento.

En opinión del Lic. Amado Pauletti, psicólogo clínico y presidente de la Fundación Clínica de la Familia de Río Cuarto, Córdoba, “los familiares o allegados a una persona que expresa ideas de suicidio, deberían valorar la situación seriamente. Sentarse a hablar claro y abiertamente sobre el suicidio va a resultar doloroso e incómodo. Es necesario algo de coraje y determinación para escuchar y no evitar la situación. Ayuda expresar preocupación y disposición a escuchar sus sentimientos. Es muy importante aceptar los sentimientos que expresa. No juzgarlo. No cuestionarlo. No dar sermones sobre el valor de la vida”.

Fuente: Ineco