“Los márgenes de una granja de eficiencia media promediaron $411, $527 y $370 por kilo vendido en enero, febrero y marzo de este año, ubicándose un 15%, 67% y 25% por encima de los márgenes promedio 2016-23 para estos mismos meses, respectivamente (en pesos constantes, ajustados por inflación)”, explicó el informe realizado por el economista Franco Artusso.
Estos valores implican una mejora sustancial con respecto a la situación del 2024, que al mes de marzo ya mostraba márgenes en terreno negativo. Una dinámica similar se observa en los márgenes medidos en dólares constantes, que promediaron US$ 0,37, US$ 0,48 y US$ 0,35 por kilo vendido entre enero y marzo, “mejorando sustancialmente respecto al año anterior y ubicándose también bastante por encima de los valores medios 2016-23”, indicó.
Artusso se pregunta luego cuáles fueron los factores que explicaron la mejoría de los márgenes en el primer trimestre del año. Y allí destacó que “el precio del capón tipificado (valor máximo) tuvo una suba en febrero que le permitió retornar a sus valores medios, pero en enero y marzo el precio estuvo 8-9% por debajo (en términos reales) del promedio 2016-23 para esos mismos meses. No puede decirse que los precios de venta hayan sido buenos en perspectiva”, indicó. De allí que sugiere que los mejores márgenes se explicaron “fundamentalmente por los bajos costos de producción”. Para tener referencia, el informe detalla que entre enero y marzo cayeron 15% a 30% interanual real, resultaron 13% a 15% inferiores al promedio 2016-23 para esos mismos meses y quedaron en marzo al nivel más bajo de los últimos seis años para este mes.
“Esto responde a que el costo alimenticio se viene abaratando sin pausa desde el cuarto trimestre 2023 (40% hasta el primer trimestre 2025, medido a moneda constante) debido a la caída del precio interno de los granos (maíz, soja) entre ambos momentos del tiempo”, dice Artusso.
Por último, el trabajo del Ieral analiza el impacto de la localización de la granja en el resultado económico y allí destaca que “en un mercado con excedentes en prácticamente todas las zonas productivas, los precios de las materias primas agrícolas (maíz, soja) se reducen a medida que la producción se va alejando de los puertos de exportación, en una magnitud aproximada a los costos de transporte. La localización pasa a ser entonces una ventaja (o desventaja) competitiva de todos los sistemas de producción intensiva, dadas sus implicancias en los márgenes económicos. “En el caso de las granjas porcinas, se estima que establecimientos de eficiencia media localizados a 450 kiolómetros del puerto de Rosario promediaron un margen neto positivo de $436 por kilo en el primer trimestre, mientras que aquellos localizados a 150 kilómetros promediaron $396 por kilo y los emplazados en la cercanía de Rosario, $357 por kilo (ceteris paribus parámetros productivos y los precios de los restantes insumos)”, concluyó.