Ahora bien, el nutrido entramado autopartista cordobés advierte que aún están lejos de tener las condiciones necesarias para poder competir y entonces introducen el debate por la velocidad de los cambios versus la de la apertura económica. Si eso no está bien calibrado, los riesgos que asoman en el horizonte son elevados.
Lo cierto es que, frente a ese escenario, la Comisión Autopartista de la Cámara de Industiales Metalúrgicos y de Componentes de Córdoba alertan que el 2026 será un año muy complicado, ante lo cual instan a las autoridades a bregar por la mejora de la competitividad estructural del sector.
El estudio de los empresarios arroja una clara desconexión entre la recuperación comercial y la producción industrial, observando que el mercado crece pero sobre la base de importaciones, mientras la industria nacional y especialmente la cordobesa, se contrae.
Asimismo, los datos indican que el escenario de mayor complejidad de Córdoba, comparativamente con el promedio nacional, se debe a factores estructurales como el cierre de terminales, como el caso de Nissan, que implica la pérdida de una parte relevante de la capacidad instalada provincial. Además, enumeraron “la discontinuidad de proyectos con alto contenido local, como el binomio Alaskan/Frontier junto con la caída en la producción del Cronos, lo cual reduce significativamente la demanda de componentes nacionales y el impacto multiplicador sobre la cadena de proveedores”, indicaron.
Por otra parte, apuntaron “la transición hacia nuevos modelos globales, como la Titano/RAM y la Niagara, que con características diferentes presentan un impacto limitado en el corto plazo (durante el 2026)”.
En ese sentido, José Manuali, uno de los referentes del sector, explicó a Puntal que muchos de los proyectos en declive tenían alta participación de partes locales, mientras que las nuevas propuestas recién madurarán a fines del año que viene.
“La caída de actividad de IVECO, que redujo su producción a un 50% y días de suspensiones hasta el primer semestre del 2026”, advirtieron.
Por último, el panorama se completa con la operación actual de VW en Córdoba, centrada exclusivamente en la producción de camiones con componentes mayoritariamente importados, lo cual implica que su actividad “no derrama sobre el ecosistema local de proveedores ni genera demanda significativa de autopartes nacionales”.
Contrasentido
De este modo, la situación actual en Argentina presenta un mercado automotor dinámico pero una industria en retroceso, donde la pérdida de escala y contenido nacional en Córdoba explica gran parte de la caída productiva del país.
Se trata de un consumo automotor que crece impulsado por factores comerciales y un entramado industrial local que se contrae y pierde densidad productiva, lo que significa que asistimos a dos realidades distintas dentro del mismo sector: un mercado dinámico abastecido crecientemente por vehículos importados y una industria automotriz cordobesa en proceso de ajuste, afectada por la caída de producción, un menor grado de integración y la pérdida de escala.
Así, para la Cámara de Metalúrgicos resulta indispensable la mejora de la competitividad estructural del sector. Para eso enumeró como necesidades la de avanzar en una reforma tributaria y laboral integral, que reduzca costos, simplifique la operatoria industrial y brinde previsibilidad a las inversiones.
Además, remarcó que es imperioso impulsar la plena implementación, continuidad y promoción de la Ley 27.263 de Autopartes Nacionales, generando incentivos efectivos para que las terminales automotrices incrementen su contenido local.
También destacaron que se deben actualizar las reglas de origen del ACE 14 para asegurar un mínimo real de contenido regional del 50%, ya que hoy el esquema permite que vehículos se ensamblen con apenas 16% de contenido Mercosur debido a excepciones y vacíos normativos. “Es necesario fortalecer las reglas para evitar triangulaciones y garantizar mayor integración autopartista regional”, dijeron.
Por otro lado, pidieron extender la vigencia del régimen de intercambio compensado automotriz (FLEX) más allá de 2029, por un período no menor a diez años adicionales. Esta prórroga es esencial para otorgar previsibilidad al comercio bilateral, evitar impactos negativos derivados de las asimetrías de competitividad con Brasil y asegurar condiciones estables para la planificación productiva y las inversiones en el sector.
Por último, apuntaron que es necesario acompañar desde el Estado el cumplimiento de dichos objetivos mediante políticas activas, financiamiento competitivo y articulación con la cadena de proveedores. Para eso pidieron un intercambio público-privado fluido.