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"Mi sueño sería aplicar todo nuestro conocimiento profesional"

Lorena Cabrera es Licenciada en Obstetricia, en esta nota cuenta todas las capacidades que tienen para acompañar desde el minuto uno, el proceso del embarazo

Las parteras, como se las llamaba antes, representan uno de los trabajos más antiguos, estaba representado en la mujer con más experiencia que acompañaba a una parturienta. Era la madre, la suegra, la vecina, que se iba convirtiendo en la partera del barrio, o del pueblo, cuando los médicos rurales no podían estar al instante.

En Argentina la Ley 17.132 sancionada en 1967 (cuyo nombre es Ley para el ejercicio de la medicina, odontología y actividad de colaboración de las mismas) configura formalmente el ejercicio de las obstétricas, no reconoce su autonomía profesional y no considera el acceso a métodos anticonceptivos, la consejería en salud sexual y reproductiva, la asistencia pre, durante o pos eventos obstétricos, entre otras incumbencias. Debido a las distintas regulaciones provinciales y realidades del sistema de salud argentino, las Licenciadas y Licenciados en Obstetricia no pueden poner en práctica sus competencias y funciones de manera integral y uniforme en todo el país. Por eso son reiterados los pedidos para que el Congreso de la Nación inicie el debate parlamentario y sancione una ley que regule el ejercicio profesional de la Licenciatura en Obstetricia acorde con los estándares internacionales de derechos humanos.

En Córdoba la carrera no está disponible, sin embargo ciudades como Río Cuarto se convierten en una de las plazas en las que más pueden ejercer la profesión. Por eso son pocas las cordobesas con este título, y muchas provienen de otras provincias argentinas.

Lorena Cabrera es Licenciada en Obstetricia (11990 MP), oriunda de Formosa, donde estudió. Un verano vino a visitar a un hermano que vivía en Coronel Moldes, los médicos de esa localidad la fueron a buscar, se entrevistó con el director del Hospital, le ofrecieron trabajo y se quedó, hoy se desempeña en Río Cuarto donde reside desde hace 17 años.

“No somos médicas, no hacemos todo lo que el médico puede hacer, muchos creen que somos una competencia, y no somos una competencia, nosotros sí aprendemos y podemos detectar a tiempo algunas patologías para derivar al médico, colaboramos con un equipo de neonatólogos, ginecólogos y todas las demás especialidades”, dice Lorena Cabrera a Salud & Ciencia.

¿Cómo dirías que es la experiencia de acompañar?

-Es increíble sin embargo todo cambió cuando fui mamá, es una experiencia totalmente diferente acompañar a una mujer habiendo vivido eso, empatizas de otra manera. No digo que las obstétricas que no son mamás no lo puedan hacer bien o no sean buenas profesionales, pero eso te cambia y te marca muchísimo.

¿Por qué la mayoría de las obstétricas de Río Cuarto, son de otras provincias?

-Porque la carrera no está acá, no creo que no quieran, he conocido chicas cordobesas que quisieran hacer la carrera pero tienen que irse a Entre Ríos, lo más cerca es San Luis, o Buenos Aires.

¿Por qué elegiste esta carrera?

-Cuando vi que era acompañar a la embarazada en todo el proceso, me enamoré desde ahí.

Lorena Cabrera | Licenciada en Obstetricia

¿Desde dónde comienza ese acompañamiento?

-Lo que abarca nuestro título es bastante amplio pero acá en Río Cuarto no podemos ejercer el 100%, podemos hacer consultorio pero de bajo riesgo, el acompañamiento es desde el día uno, desde que tenes el test de embarazo positivo con control de embarazo, control de parto y del puerperio normal, podemos detectar patologías a tiempo para derivar al médico, incluye también el curso de preparto y también podes especializarnos en docencia. Aquí solo trabajamos desde el momento en que recibimos a las mamás, hacemos control de guardia pero siempre en equipo con el médico de cabecera, las conocemos ahí. Hacen alguna consulta y se van a casa, las internamos si hay alguna amenaza de parto prematuro o en el momento del parto normal, las conocemos ahí. Excepto que la mamá haya generado un vínculo en el curso de preparto y solicite la presencia de la profesional en un parto personalizado.

¿Qué implica el curso de preparto y cuanto le sirve a la mamá?

-Muchas veces depende de la personalidad de la futura mamá, si son personas muy miedosas, tal vez esos miedos no se eliminan del todo, pero se van con más información que antes. Una de las cosas que se abordan son los signos y síntomas de alarma, en qué momento es normal que pasen ciertas cosas y en qué momentos no es normal que te pase. En ese momento uno genera un vínculo hermoso, con la mamá y con la familia. Más allá de los nervios del parto, de algo se acuerdan. Lo importante es el final, que el bebé y la mamá estén bien. Nosotras estamos en el control de trabajo de parto y tenemos dos vidas como responsabilidad.

¿La gente pregunta sobre parto respetado?

-Yo lo abordaba más cuando daba el curso, implica respetar la decisión de la mamá, si quiere un parto natural y el obstetra está de acuerdo en que se pueda desarrollar, muchas veces no se puede, hay muchas complicaciones que se pueden presentar. Pero si es el deseo de ella se debe acompañar. También respetar si la mamá quiere ir a cesárea, legalmente eso está avalado, es una cesárea electiva cuando no quiere pasar por el trabajo de parto.

¿Cómo trabajan el miedo de muchas mujeres?

-Es algo que se tiene que abordar desde antes del momento, por eso son tan importantes los cursos de preparto, pero siempre ese miedo tiene relación con alguna mala experiencia de alguien que conocen y la base de eso es el desconocimiento. Antes los médicos no te explicaban demasiado a las mamás, ahora vos sabes porqué tomas algo, para qué, qué le pasa a tu cuerpo.

¿Qué necesitan como profesionales obstétricas?

-Nos gustaría poder explayarnos y trabajar en todo lo que nuestro título nos avala, de hecho muchas colegas ya están haciendo consultorio en la Maternidad Kowlak. Mi sueño seria evolucionar para aplicar todo nuestro conocimiento profesional, que haya más obstétricas, que sea más reconocida nuestra profesión y se abra también en el sector público.

Por Fernanda Bireni