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Quién es el ferretero influencer de Río Cuarto al mundo

Rompió con el límite físico de su negocio y se lanzó a navegar por las redes. Ahora expondrá en el encuentro de ferreteros a nivel nacional contando lo que hace desde sus cuentas

¿Cómo desobstruir una cañería tapada?, ¿cómo arreglar la canilla que gotea?, ¿hace falta cambiar toda la lámpara led cuando se quema? Esas y muchas otras preguntas simples del mantenimiento de la casa son las que día a día contesta Marcos Etcheverry a través de sus redes sociales con videos de un minuto que son furor y que tienen miles de visitas. Así, logró promocionar su negocio, pero a la vez, le permitió ahorrar dinero y tiempo a miles de personas que lo siguen, comentan y agradecen, especialmente en Instagram. Ahora expondrá en el encuentro de ferreteros a nivel nacional, como el influencer nacional del sector. De Río Cuarto for export

Se volvió un experto en las redes sociales y aunque comenzó probando en Tik-Tok, es furor en Instagram, donde ya tiene una comunidad de seguidores que se acerca a los 150 mil; allí conviven uruguayos, peruanos, bolivianos, chilenos, venezolanos, costarricenses, suizos, parisinos y texanos, entre otros. No lo logró ni bailando ni alimentando polémicas, lo hizo desde su comercio, ubicado en calle Estrada, a pocos metros de la avenida Perón, en el oeste de la ciudad. Pero además, el rubro podría ser considerado “aburrido”, ya que se trata de una ferretería, donde abundan herramientas, tarros de pintura, clavos y tornillos. Eso obliga a pensar que para tener éxito desde ese ambiente hay que tener una dosis extra de creatividad y talento.

Marcos Etcheverry ocupó más de la mitad de los últimos 40 años a desempeñarse en distintas áreas de la Municipalidad hasta que un médico le advirtió que su trabajo, las condiciones imperantes y las responsabilidades le estaban afectando seriamente su salud. El alerta lo hizo dar un giro de 180 grados y replantearse sus días. Y llegó a la conclusión de que no quería más jefes. A esa altura había recibido el título de analista de sistemas y cursaba Abogacía, con la primera camada de estudiantes de esa carrera en la UNRC. Más tarde emprendió el estudio de inglés, en el que lleva ya 5 años y mantiene los apuntes sobre el mostrador del negocio. También realizó los talleres de carpintería que se dictaron en la Municipalidad, entre otras cosas. Tal vez por todo eso se define como “culo inquieto”. “Me hago el tiempo para hacer lo que me interesa”, remarca.

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Esa búsqueda permanente lo llevó a presentar su renuncia en la Municipalidad y fue entonces que decidió emprender y poner su propio negocio. Abrió su Ferretería y Regalería Etcheverry. Todavía recuerda que apenas tenía dos estanterías con muy pocos artículos; lo que le había permitido comprar la venta del auto familiar, que resignó para empezar el nuevo viaje. “A partir de ahí no le saqué plata al negocio durante mucho tiempo; todo lo que entraba era para comprar más mercadería y tratar de tener un mayor surtido. De a poco fuimos incorporando más cosas”, recuerda.

Pero había algo que seguía dando vueltas y que no lograba descifrar. Si bien el negocio avanzaba, en el marco de un contexto siempre complejo de la economía, necesitaba dar un salto innovador: “Tenía la idea de algo vinculado a la web, a las redes, pero no sabía ni qué ni cómo. Pero tenía esa idea porque veía que todo se encaminaba hacia ahí. No podía pensar en vender on line porque no me daba la estructura; no le encontraba la vuelta”, recuerda en diálogo con I+I CBA. Y sonríe al recordar que “cada uno que entraba me decía que había visto tal o cual cosa en Mercado Libre. El camino claramente iba por ahí”.

Fue en un viaje a Salta con su esposa donde descubrió la respuesta. “Estaba en el hotel y vi que un señor de apellido Lérida hablaba de marketing digital y me di cuenta que nada de lo que decía lo estaba haciendo. Y me interesó. Al poco tiempo vi que daba un taller por internet y me puse a escucharlo. Cuando volví empecé a aplicar algunas cosas y me abrí la cuenta de Tik-Tok”, repasó Etcheverry. Sin ser plenamente consciente, ese sería un quiebre sin retorno; y a partir de ahí comienza otra historia.

Con la llegada de la pandemia, las tendencias que se venían insinuando para los próximos 5 o 10 años se precipitaron, y el comercio electrónico explotó, en sus distintas versiones: desde lo más sofisticado a lo más rudimentario. De hecho, hasta los almacenes, en pleno encierro, abrieron líneas de WhatsApp como canales de venta y debieron improvisar una distribución en los barrios. Marcos tomó otro camino lateral, pero utilizando las redes sociales comenzó a promocionar su negocio con una herramienta: Tips para el hogar a través de videos cortos que comenzó a subir a Tik-Tok, y sumó una cuenta de Instagram. En aquel momento, tenía 276 seguidores, entre familiares y amigos. A los pocos días, los seguidores eran 1.500.

En los videos se ve a Marcos en su ferretería explicando cosas simples para solucionar problemas del mantenimiento del hogar de manera sencilla y a bajo costo; trucos para no cambiar todo el plafón led, destapar el inodoro, disimular la unión de un flexible en la pared, entre muchos otros. Todos los días hay uno o dos videos nuevos. Y miles de personas que los esperan y los ven desde distintos puntos del planeta. Es más, hay videos con más de un millón de vistas.

Esa primera etapa de crecimiento obligó a un recalculo. Muchos seguidores comenzaron a escribirle, a pedirle detalles, a saludarlo y dejarle comentarios sobre lo que veían. Mientras explica su recorrido a I+I CBA, el celular acusa el ingreso constante de mensajes. Contesta todos. Pero al principio necesitó calibrar ese boom y por eso contactó a aquel experto en marketing que conoció en Salta y tomó cuatro módulos de un taller ya más avanzado y necesario para hacer frente a una demanda que lo superaba. Siempre quiso combinar capacitación con sus habilidades innatas.

El crecimiento no se detuvo y la perseverancia tampoco. Cada día, uno o dos videos nuevos. Y un boom de respuestas. Eso hizo que comenzaran a aparecer empresas queriendo publicitar sus productos de ferretería, pero también instituciones y particulares. “Yo tengo mucho cuidado con todo, con no meterme en problemas porque mi idea es seguir creciendo pero de la manera en que lo hice hasta acá. Ahora acepté ir a un Congreso en Parque Norte porque me convocó la Cámara Nacional de Ferreteros”, comentó Etcheverry.

¿Cómo fue eso?

Me sonó el teléfono y me dijeron que me venían siguiendo en las redes y que era el ferretero influencer del país, y que no podía faltar a ese evento. Primero les dije que no, que no me parecía porque yo en realidad tengo un negocio muy chico. Pero insistieron.

Y finalmente lograron que aceptaras...

Sí, me explicaron que el tamaño de mi negocio no era lo importante, sino lo que yo podía contar desde la comunicación de la ferretería y todo el camino recorrido. Y finalmente no voy a estar en un panel, sino en dos. Eso es muy gratificante para mí porque nunca lo hubiera imaginado. La verdad que lo disfruto mucho.

¿Al momento?

A hacer todo lo que hago. Me divierte hacer los videos, editarlos en la compu, compartirlos y después ver las devoluciones de la gente, contestarles. Hace poco me llegó una postal manuscrita de una seguidora de Texas; son cosas muy locas.

¿Y en el local aparecen esos seguidores?

Sí, claro. Tengo gente que se viene a comprar desde Villa del Dique, Levalle, Laboulaye, Carnerillo. Y obvio que en cada uno de esos lugares hay ferreterías, pero prefieren venir hasta acá. Es gratificante eso.

¿Te reconocen en la calle?

Sí, a veces sí. El otro día estábamos en Villa General Belgrano y un hombre empezó a decir que conocía esa voz… Yo no le dí importancia porque no pensé que se refería a mí. Y al final se acercó y me reconoció, me dijo que me seguía en las redes y que siempre veía mis videos. Era un hombre grande, de 70 y pico de años que vacacionaba con la familia. Fue a buscar a todos para presentármelos: la señora, la hija, el yerno. Todo muy gracioso.

¿Hay parámetros a tomar en cuenta para alcanzar el éxito, más allá del carisma personal?

Sí, claro. Hay cosas que se deben respetar. Por ejemplo, tengo que publicar todos los días al menos un video, hay que conocer los horarios de tu público, porque no es lo mismo el que mira mis videos que el que sigue otras cosas, tiene otros gustos. Son personas diferentes. Después hay que tener en claro bien en qué enfocarse, no hacer videos largos y además, los primeros segundos son clave para captar la atención.

¿Cuándo comenzó todo esto?

En febrero de este año.

¿Van sólo 8 meses?

Sí, una locura. Porque además en un mes y medio llegué a 100 mil seguidores en Instagram y 85 mil en Tik-Tok. Hoy hay 148 mil en Instagram, pero crece todos los días. De hecho, el viernes pasado había 142 mil.

¿Seguiste algún modelo?

Bueno, el profe de marketing digital me dio como tarea que durante una semana o dos siga y observe las cuentas de empresas grandes del rubro para ver qué hacían bien, qué hacían mal o qué no hacían. Y eso me ayudó mucho para encontrar un camino.

¿Cuánto hace que está la ferretería abierta?

La tengo desde hace 17 años.

¿Y ahora las ventas mejoraron con el uso de redes?

Sí, claro. Sin dudas. Se acerca mucha más gente. Estoy muy contento.

¿Y ahora? ¿Cómo sigue todo?

Ya tengo pensado hacer un e-book con todos los videos que voy publicando. Ya lo tengo en marcha y la idea es venderlo a través de algún portal. Vamos a ver cómo sale, pero es un proyecto en marcha. La idea siempre es llevar el negocio más allá de la esfera física, y ahí vamos.