Salud | Servicio de Gastroenterología | Santiago Rinaudo | Intestino

"El paciente tiende a normalizar sus síntomas y permanece durante meses con los mismos cuadros"

El gastroenterólogo Santiago Rinaudo repasa patologías de la especialidad, prevención temprana y detalla herramientas para el diagnóstico. “La endoscopia no es el único método, muchos dejan de venir por miedo a ese estudio, que no deja de ser algo invasivo, pero de bajísimo riesgo”, dice

La gastroenterología es una especialidad dentro de la medicina que se basa en el estudio de las patologías de todo el tracto digestivo, desde la boca hasta el ano, pasando por las glándulas anexas, así que es muy amplia. Desde Salud & Ciencia hablamos con el especialista en gastroenterología y endoscopia digestiva, el Dr. Santiago Rinaudo (MP 42308 – CE 21427) para conocer más detalles.

¿Cuáles son las patologías más comunes?

Tenemos un amplio abanico de enfermedades relacionadas con esto. Las más comunes, por suerte, son patologías de fácil tratamiento, entre ellas colon irritable o el ahora llamado, síndrome intestinal irritable, tenemos patologías relacionadas al reflujo gastroesofágico, abarcamos muchos órganos, por lo que hay muchas patologías como gastritis, ulceras, enfermedad celíaca e inflamatorias, entre otras. Que sean menos frecuentes tampoco significa que sean menos importantes, por lo que es importante que ante cualquier síntoma digestivo se puedan acercar a consultar.

¿Cuáles son los principales síntomas o dónde los percibimos?

Es un tracto digestivo bastante extenso, por ende los síntomas van a ser variados. Los más comunes que se presentan en el consultorio son generalmente el dolor abdominal, alguna alteración en lo que es el hábito o el ritmo defecatorio, tanto para diarrea como para constipación. Hoy también es muy frecuente la consulta por distensión abdominal o el famoso hinchazón, cuando el paciente come y se hincha, que eso puede evocar algún trastorno o una disfunción dentro del tubo digestivo. Y después también vemos otros síntomas más puntuales como pueden ser la pirosis, que es la llamada acidez por parte del paciente, dolores en distintas zonas del abdomen. A veces vemos síntomas que indirectamente nos pueden inferir alguna patología más grave como sangrado digestivo, aparición de sangre en materia fecal o cambios en la composición de materia fecal o, incluso, vómitos con sangre.

Embed - Dr. Santiago Rinaudo (MP 42308) | Gastroenterólogo

¿Cuáles serían esas patologías más graves?

Lo que uno trata de hacer en el consultorio cuando un paciente viene por cualquiera de estos síntomas, es tratar de descartar alguna patología orgánica, como las inflamatorias, algún neoplásico (neoplasia es una masa anormal de tejido que aparece cuando las células se multiplican más de lo debido o no se mueren cuando deberían) o tumor en este caso, apuntando sobre todo a que el consultorio sea una red para captar pacientes, por más banal que sea el síntoma, para hacer prevención de muchas enfermedades que tenemos. Son muchos los elementos diagnósticos que nos permiten llegar a tiempo en muchas patologías, sobre todo las más temidas como el cáncer, cáncer de colon que es uno de los cánceres más comunes en nuestra población, incluso es el segundo en muertes por cáncer en nuestro país que tanto para la mujer como el hombre es muy frecuente y contamos con herramientas para evitarlo con la prevención y después en caso de detectarlo, detectarlo temprano, ya que más del 90% de estos cánceres detectados a tiempo tienen solución o tienen una herramienta curativa.

¿El paciente siente que el síntoma “ya se le va a pasar”, que pude ser temporal por algo que comió?

Sí, normalmente el paciente tiende a normalizar sus síntomas, llegan pacientes que permanecen durante meses con los mismos cuadros. Por eso recomendamos que por más simple que parezca, es importante la consulta a un profesional.

¿Qué lugar ocupa la endoscopia dentro de esas herramientas para llegar al diagnóstico?

La endoscopia es sumamente importante no solo para nuestra especialidad sino para muchas otras. No hay que hacer un abuso, pero sí para nosotros es una herramienta muy importante para el diagnóstico de muchas enfermedades, pero también en pacientes con alguna afección más funcional que tenga que ver con la alimentación, con el estrés, con los hábitos de vida. Sin embargo, la endoscopia no es el único método, porque a veces muchos dejan de venir por miedo a ese estudio, que no deja de ser algo invasivo, pero de bajísimo riesgo. Esto es importante aclararlo porque puede que la gente piense que al ser invasivo es de alto riesgo, y no es así, se realiza en un contexto muy controlado. Al mismo tiempo tenemos herramientas más simples, más complejas, y para distintas patologías, no dejen de venir el especialista por ese temor. Otra herramienta es la video cápsula endoscópica para intestino delgado, el test de aire espirado para detección de intolerancia digestiva, entre muchas otras.

¿Qué tenemos que decir a la hora de la prevención de este tipo de patologías?

En cuanto a cáncer de colon, deberíamos hacer prevención en aquellos pacientes tanto hombre como mujer a partir de los 45 años sin síntomas, se previene estando sano, y aquellos pacientes que sí tengan algún antecedente familiar, tanto tumoral como de pólipo que son los precursores a los tumores, presentarse antes de esa edad para controlarse con anterioridad. La consulta al especialista es fundamental para realizarse estudios, desde los más simples como el análisis de materia fecal, hasta otros un poco más invasivos como colonoscopía que permita no solo diagnostico sino tratamientos sacando los pólipos.

¿Cuánto incide el ritmo de vida, el estrés, el cansancio en las manifestaciones de estos síntomas o patologías gastrointestinales?

Es un aspecto muy importante, estamos hablando de que en la gastroenterología hay capítulos y capítulos de patologías que llamamos funcionales, esto quiere decir que no existe una patología orgánica como tal, una inflamación, un tumor, sino que son más disfunciones de nuestro sistema digestivo a raíz de distintos estímulos y uno de los más influyentes es el estrés o lo psicosomático. La dieta y los niveles de vida que llevamos, repercuten mucho a nivel intestinal, sobre todo en occidente. Se conoce la existencia de un eje cerebro-intestinal que es el que comanda un en parte esta aparición de síntomas digestivos a pesar de que estructuralmente todos los estudios nos den normal, entonces la falla está en la función dada por esta alteración que le llega desde el sistema nervioso central. Es muy importante que el mismo especialista haga esa distinción.

¿Cómo ve usted el avance tecnológico de la especialidad?

Tenemos que hablar de dos niveles, uno es el conocimiento. Hoy, por suerte, se puede tener acceso a todas las publicaciones, a toda la información a nivel mundial acerca de todo lo que surja con todo el tipo de patologías. Otro nivel es respecto a la tecnología, algo que demanda mucho esfuerzo mantenerse actualizado porque van apareciendo cosas nuevas, sobre todo desde el aspecto de la endoscopía, calidad de las imágenes, calidad de aparatos, instrumental nuevo, herramientas para lograr estudios de mejor calidad, logando estándares que proponen las sociedades científicas para darle seguridad a nuestros pacientes y mejorar la posibilidad de diagnóstico.

¿El paciente plantea terapias naturales alternativas?

Hay pacientes que refieren que se sienten mejor o con más confianza en este tipo de medicamentos, las medicinas alternativas siempre tienen su lugar, yo desde la medicina tradicional vamos objetivando los estudios y recomiendo tratamiento. Si el paciente me plantea una opción de este tipo, uno está abierto, bienvenido sea, mientras no se deje de lado lo que uno le sugiere. Al paciente no lo podemos obligar, por eso uno está abierto a escuchar y recomendar y después el que decide es el paciente, pero en muchos casos puede colaborar y ayudar al tratamiento tradicional sin lugar a dudas.

¿Hay gastroenterólogos en Río Cuarto o faltan?

En realidad faltan gastroenterólogos clínicos, hay muchos gastroenterólogos que lo hacen desde la cirugía abdominal que apunta más a lo quirúrgico y tiene una formación más quirúrgica que clínica. Nosotros como gastroenterólogos clínicos tenemos una formación de, por lo menos, cuatro años en todo lo que es gastroenterología clínica puntualmente.

¿Hay patologías que no son quirúrgicas?

Así es, una de las patologías clínicamente tratables es el sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado (SIBO, por sus siglas en inglés) es un aumento anormal de toda la población bacteriana en el intestino delgado, es una patología lentamente clínica, que nunca va a llegar a la cirugía, también enfrentamos las enfermedades poco frecuentes (EPOF), como las enfermedades inflamatorias, la colitis ulcerosa, la enfermedad de Crohn, la enfermedad celíaca, entre otras patologías donde el manejo es meramente desde el gastroenterólogo clínico.

¿SIBO tiene que ver con la microbiota intestinal?

Claro, el paciente viene porque se le hincha la panza, el sobre crecimiento tiene que ser una alteración de esa microbiota. La microbiota es un capítulo al que se le está dando mucha importancia, es parte de muchas patologías, y protagonista a la hora de desencadenar otras patologías, extra digestivas sobre todo, de piel, reumatológicas, está muy conectado porque generaría un patrón inflamatorio a nivel de todo el cuerpo.

¿Cómo se define la microbiota?

Son todos los microorganismos que conviven en nuestro intestino, benignos, y que nos dan ciertas funciones, desde obtener energía de los alimentos, obtenemos vitaminas a través de ellos también, además nos permiten estimular un sistema inmune más completo, porque entre ese estímulo que tenemos con las bacterias vamos generando defensas, por eso la importancia. Lo que sucede es que hay momentos en los que se puede desequilibrar, son microorganismos muy dinámicos, entonces ese desequilibrio nos habla de alguna patología. Incluso esa interacción con nuestra microbiota es la que puede dar enfermedades a nivel sistémico, incluso digestivas. Es fácilmente tratable y detectable, es bueno poder diagnosticarlo y hacer tratamiento.

Por Fernanda Bireni