En uno de los primeros stands ubicados en el comienzo del sector industrial de la Exposición de la Sociedad Rural de Río Cuarto, un gerente de banco seguía impactado por la potencia productiva y económica que se expuso durante los últimos días en el predio. “Parece que estuviésemos en otro país, totalmente alejado de los problemas que nos agobian todos los días”, se sinceró.
Un contraste contundente, lejos de la abrumadora coyuntura
Pequeñas empresas que con mucho esfuerzo montaron su stand para seguir apostando al crecimiento, mezcladas con grandes firmas globales, bancos, corrales repletos de vacunos con la mejor genética, ovinos, cerdos y caprinos convivieron en 16 hectáreas.
A pocos metros de allí, el especialista en mercados financieros y agente de Bolsa, Claudio Zuchovicki, caminaba hacia la carpa en donde debía dar una charla sobre la coyuntura económica y la perspectiva hacia adelante, con anclaje en el sector productivo. En el camino, mientras miraba a su alrededor, afirmó que “a 100 kilómetros de Capital Federal hay otro país, que funciona, que todos los días trabaja y genera riqueza. La Argentina no es sólo lo que vemos todos los días en la tele”, advirtió sin dejar de mostrarse sorprendido por el entorno.
Un recorrido por la muestra ruralista dejaba traslucir la enorme potencia que en silencio se construye todos los días en zonas como la de Río Cuarto.
El sábado a la tarde llegó al predio María Beatriz “Pilu” Giraudo, productora, integrante de la Red Mujeres Rurales y presidenta honorífica de Aapresid. Antes de sumarse a un panel de mujeres en la producción que estaba organizado en la carpa de Origen Río Cuarto, en una charla informal remarcó la potencialidad del interior productivo y deslizó la necesidad de que quienes conducen y conduzcan el país conozcan lo que se hace en localidades como Río Cuarto, Marcos Juárez, Venado Tuerto o Rafaela.
Pocos minutos antes, el ministro de Agricultura y Ganadería de Córdoba, Sergio Busso, había dicho en su discurso durante la inauguración de la muestra que dudaba sobre el grado de conocimiento que pudiera existir en el gobierno nacional sobre el principal sector productivo del país. “Es que de otra manera no se entiende cómo se puede gobernar tan mal para este sector”, señaló.
Las coincidencias no fueron caprichosas. Es que en un recorrido por la muestra ruralista, que volvió a batir récord de asistentes y de expositores, lo que la consolida como la más importante del interior de la Argentina, dejaba traslucir la enorme potencia que en silencio se construye todos los días en zonas como la de Río Cuarto.
Pequeñas fábricas que con esfuerzo montaron un stand para mostrar su producción y sumar nuevos clientes para apuntalar su crecimiento; grandes empresas de bienes y servicios; ganaderos que durante todo el año trabajaron para mejorar su genética y poder llegar así con un buen ejemplar a competir a los corrales de Río Cuarto; productores de cerdos, de ovinos y caprinos que se ilusionan con continuar ampliando la preferencia de los consumidores; bancos mezclados con foodtracks y maquinaria agrícola. Todo concentrado en 16 hectáreas. Un símbolo del enorme ecosistema productivo que convive y se retroalimenta todos los días, pero que una vez al año se expone a la vista de todos.
Algunos incluso, en el predio de la Rural, se animaron a pensar que RíoCuarto puede ser, a escala, la Silicon Valley del país.
Y como corolario, una nueva estrella que sigue en expansión: el sector de la tecnología, especialmente la vinculada al agro (AgTech) que en Río Cuarto encontró un ambiente propicio para crecer y que ya asombra incluso fuera de la provincia. Algunos incluso, en el predio de la Rural, se animaron a pensar que RíoCuarto puede ser, a escala, la Silicon Valley del país. Y para eso sacaron a relucir una estadística que hace unas semanas publicó este diario sobre un estudio de Fundación Mediterránea: allí se observaba que la capital provincial y Río Cuarto tenían casi la misma cantidad de AgTech, lo que muestra una inusual presencia en la ciudad si se realiza el cálculo de emprendimientos cada 10 mil habitantes. Eso tampoco es casual porque en la ciudad convive, además de un espíritu emprendedor muy relevante, un vínculo con la actividad agropecuaria fuerte, un centro de capacitación destacado como la Universidad Nacional, incubadoras de la Municipalidad, la Provincia y hasta de entidades intermedias como el Centro Empresario, y fondos de inversión interesados en apostar por emprendimientos orientados en esa dirección. Toda esa trama está dando resultados.
Por eso en los discursos de la Rural no fueron extraños los reclamos para que las autoridades nacionales estuvieran presentes en el predio. Se sabe que el secretario de Agricultura de la Nación, Juan José Bahillo, estuvo a punto de venir pero a último momento canceló el viaje por una repentina agenda en Entre Ríos, su provincia. También se escuchó un fuerte reclamo a las entidades nacionales del campo, que notoriamente no fueron de la partida y que mantienen con la Mesa de Enlace cordobesa una diferencia cada vez menos disimulable desde la polémica por la marcha del 23 de abril que los dirigentes de la provincia respaldaron con su participación y sus pares nacionales no.
Más allá de las diferencias, las sospechas sobre el conocimiento del sector por parte de algunos funcionarios son verosímiles cuando se observan decisiones que chocaron de frente contra una realidad evidente.
La Ley de Biocombustibles el año pasado con falta de gasoil a los pocos meses, el fideicomiso triguero, el cepo a la carne para frenar los precios o el cierre de exportaciones de maíz a comienzos de 2021 son apenas una muestra de los pasos en falso que solo generaron problemas y ninguna solución.
Gonzalo Dal Bianco. Redacción Puntal