Según el último informe de la Came, en abril las ventas cayeron el 1,8% respecto a marzo, aunque claramente mejoraron frente al mismo mes del año pasado, cuando la inflación venía con un primer cuatrimestre de cifras astronómicas y licuó fuerte los ingresos de la gran mayoría de la población. Eso quitó poder de compra a los bolsillos y los efectos en la actividad fueron contundentes.
Pero al consumo le sigue costando mostrar mejoras. De hecho, hubo un solo mes desde que asumió el Gobierno de Javier Milei que logró un índice de ventas -en el conjunto de los rubros- más altos que noviembre de 2023: fue en octubre pasado. No fue casual que ese período mostró la primera comparación interanual positiva.
En noviembre de 2023 el índice que construye la Came alcanzó los 102,6 puntos mientras que en octubre pasado trepó a 105. Hubo algunos períodos que estuvieron cerca, como diciembre (101,6) y noviembre (100,8). Fueron los únicos por encima de 100. El mes pasado alcanzó los 96, mientras marzo había anotó 98,8.
Pero la dificultad para recuperar consumo se observa en las estadísticas intermensuales de los primeros cuatro meses de 2025: enero comenzó con una caída de 0,5% frente a diciembre; febrero, a su vez, retrocedió 2,9% contra enero; marzo mostró una tenue recuperación del 0,1%; mientras que abril, volví a caer 1,8% contra marzo.
El informe de la Came ofrece una valoración de lo ocurrido el mes pasado: “Durante abril el comercio atravesó un contexto complejo: las ventas se mantuvieron estables o levemente activas, pero con márgenes muy reducidos por el alto costo de servicios, impuestos y alquileres. El bajo poder adquisitivo limitó el consumo y muchos comercios venden sólo lo indispensable. Aunque algunos rubros destacan cierta reactivación estacional, la mayoría percibe un escenario incierto y difícil de sostener”, remarcó la Confederación de la Mediana Empresa que monitorea lo que ocurre en todas las provincias.
Puntualmente, la Came elaboró un resumen de lo que respondieron sus asociados que comercializan alimentos y bebidas en todo el país y allí advierte que “el 53,2% indicó que las ventas en comparación al año anterior se mantuvieron, aunque con márgenes muy ajustados. Predominaron las dificultades para cubrir costos fijos crecientes y mantener la rentabilidad. El consumo continúa retraído, con foco en productos básicos y baja rotación en golosinas y panificados estacionales. Preocupan los aumentos en carnes, verduras, servicios públicos y la pérdida de poder adquisitivo de los clientes. También se señaló el impacto negativo de los feriados y la competencia de grandes cadenas. Algunos negocios aplicaron estrategias de precios agresivas para sostener las ventas, aunque eso implicó reducir ganancias. Predominó una actitud cautelosa, con expectativas moderadas hacia el corto plazo”.