Rostros y Rastros Autoconocimiento | Autoestima | Ser

Autoestima y aceptación

La autoestima está relacionada con la evaluación que hacemos de nosotros mismos. Si da positivo tendremos un alta autoestima, ahora bien si esa evaluación es negativa, tendremos una autoestima baja

“Podemos conceptualizar a la autoestima como una serie de pensamientos, conductas y emociones que miran hacia uno mismo”. Lo que pensamos de nosotros mismos en cada momento, cómo nos hablamos, cómo nos tratamos , que hacemos y como actuamos cuando cometemos un error, cuando nos equivocamos, cuando nos critican, cuando tenemos éxito , cuando nos hacen cumplidos, cuando sentimos que fracasamos, etc.

Todo eso va generando y dando forma a nuestra autoestima, desde nuestra niñez. Si somos de una personalidad rígida e inflexible, que se impone duras normas de comportamiento, y en extremo perfeccionista, será complejo y dificultoso mantener una autoestima saludable. En cambio si somos más tolerantes con uno mismo, los fracasos o errores serán más fáciles de manejar, y de mantener sana nuestra autoestima. Una baja autoestima nos muestra una visión del mundo muy diferente del mundo que se ve con autoestima sana. La baja autoestima te limita, de puede paralizar, te impide lograr las cosas que deseas hacer, te hace temer, genera miedo. Te lleva a esperar el fracaso, a creer que vamos a ser rechazados, nos conduce al error, a creer que no somos capaces. En definitiva, te lleva a construirte una vida muy diferente de la que llevarías si tuvieras una buena autoestima.

Sin embargo, tenemos el poder de crear una autoestima fuerte. Lo primero que necesitamos para generar una autoestima poderosa es el Autoconocimiento, conocer nuestros juicios y creencias, el reconocimiento de nuestras emociones. Se trata de identificar señales, distinguirlas, aceptarlas y ser capaces de intervenirlas con lucidez. Saber poner razón a nuestros sentimientos. Recordemos, la autoestima es un conjunto de pensamientos y autoevaluaciones que generan una percepción (selectiva- subjetiva y personal) acerca de quiénes y cómo somos. De esa construcción dependerá nuestro accionar y la manera en la que nos relacionamos con otros. Si la autoestima no es verdadera, la confianza no es genuina.

La autoestima es el cimiento de la confianza. Y para ello deberemos trabajar al respecto sobre la aceptación de uno mismo, también debemos trabajar el auto concepto, ese conjunto de creencias que poseemos sobre nosotros mismos, que afectan en forma directa nuestro actuar diario. Una autoevaluación debe incluir el conocimiento sincero de nuestras fortalezas y limitaciones. Es la capacidad interna de evaluar las cosas que son buenas y malas para uno mismo. Seguimos con la auto aceptación incluye lo deseado y lo indeseado. Reconocer todas las partes de sí mismo como un hecho, como forma de ser y sentir. Lo que para Jung seria la Integración de la sombra y la persona. La Identidad que es la propia imagen de nosotros como un ser único integrado, independiente y capaz, parte de la sociedad en la que vivimos, conectados con nosotros mismos consciente e Inconsciente (personal y colectivo) y conectados con el otro, con todo lo que nos rodea.

“¿Por qué es fundamental trabajar la autoestima? Porque nos permite afrontar situaciones adversas, porque posibilita el sanar más rápido las heridas emocionales. Porque nos abre puertas, nos impulsa, nos motiva siempre que esté sana y fuerte. Hornstein explica “que los componentes de la AUTOESTIMA son interdependientes. Las heridas que se producen en uno de los planos afectan a otros, pero también los logros fortalecen al resto. La define como energía psíquica y renovable. Una pila recargable. Los padres o aquellos que ocuparon su papel la cargaron por primera vez. “Uno, después, puede reservar la energía inicial para sí y tomar nueva de los otros o amar también a los otros, que es dar y recibir”.

Te dejo practicas recomendadas por el Psicoterapeuta Nathaniel, autor de “Los Seis Pilares de la Autoestima”, ayudan a fortalecer y crecer:

1. La práctica de vivir conscientemente: respetar la realidad y aceptar con responsabilidad las consecuencias de decisiones tomadas a consciencia.

2. La práctica de aceptarse a sí mismo: Incluye luces y sombras. Los sentimientos indeseables también nos constituyen.

3. La práctica de asumir la responsabilidad de uno mismo: de nuestras decisiones, acciones, deseos, compañías, cuidado y bienestar.

4. La práctica de la autoafirmación: respetar nuestras convicciones, valores o deseos y hacerlos respetar con un estilo de comunicación asertivo.

5. La práctica de vivir con propósito: definir metas y llevarlas a cabo.

6. La práctica de la integridad personal: Actuar con principios éticos. Equilibrar aquello que decimos, pensamos y hacemos. Respetar compromisos y promesas.

Te invitamos a que pienses en estas prácticas, lo lleves a tu vida diaria, y logres los cambios que necesitas. Recordá el poder de cambiar siempre está en vos y que nunca es tarde.

Por Javier Borra y Sandra Nieto | Coaching Integral