Provinciales | denuncia | Uber |

Un chofer de Uber detenido en Córdoba: investigado por abusar de su hija y dos cuñadas

La denuncia judicial detalla hechos reiterados que se habrían extendido entre los años 2013 y 2025, bajo contextos de confianza y cuidado familiar. El hombre permanece detenido con prisión preventiva

Un hombre de 36 años, chofer de aplicaciones de transporte en Córdoba, permanece detenido con prisión preventiva desde marzo de este año acusado de abusar sexualmente de tres integrantes de su familia. Las denuncias dan cuenta de hechos de abuso ocurridos primero contra sus cuñadas, cuando eran niñas, y posteriormente contra su propia hija, a lo largo de más de una década. La causa ya se encuentra en etapa de instrucción y será elevada a juicio en los próximos meses.

El caso salió a la luz a partir del testimonio de su hija adolescente, de 14 años al momento de la denuncia, quien en 2024 pudo contarle a su madre lo que venía atravesando. Según relató a Puntal la abogada querellante, Fernanda Alaniz, la adolescente decidió hablar luego de meses de silencios, amenazas y manipulaciones por parte de su padre. La joven temía, además, que su hermano menor pudiera convertirse en la próxima víctima. Ese miedo, relató la letrada, fue lo que la mantuvo en silencio durante tanto tiempo, hasta que finalmente decidió pedir ayuda.

La madre de la adolescente, separada del acusado, presentó de inmediato una denuncia en sede judicial. En un primer momento se dictó una medida de restricción de contacto, pero el hombre continuó hostigando y amenazando a las víctimas, incluso circulando cerca de los domicilios familiares.

“Esto sucede con frecuencia: se denuncian hechos gravísimos y apenas se dispone una restricción de acercamiento, que no resuelve el riesgo real ni protege a las víctimas. Aquí, el hombre continuaba hostigando y circulando por las casas de las denunciantes”, señaló la letrada.

Finalmente, el 1 de marzo de este año, la Justicia ordenó su detención. Desde entonces permanece alojado en un establecimiento penitenciario con prisión preventiva confirmada.

A partir de la denuncia inicial de la hija, surgieron otros testimonios dentro del núcleo familiar. Dos mujeres, hoy adultas, reconocieron que cuando eran niñas, entre los 7 y los 11 años, habían sido abusadas por el mismo hombre. Se trata de sus dos cuñadas, que habían guardado silencio durante casi dos décadas. El relato de la adolescente funcionó como un disparador: al enterarse de lo ocurrido, las mujeres se animaron a contar que ellas también habían sido víctimas cuando eran pequeñas.

Los abusos habrían comenzado en 2013 y 2014, cuando el acusado era ya adulto, y continuaron años después contra su propia hija, cuando ésta tenía apenas 14 años. De acuerdo a lo relatado en sede judicial, se trató de un patrón sostenido de violencia sexual e intrafamiliar, donde el acusado se valía de su rol de padre y familiar cercano para ejercer dominio, manipulación y amenazas.

La abogada Alaníz describió que la adolescente llegó a convencerse de que “inmolarse” era la única forma de proteger a su hermano: soportar los abusos para evitar que él se convirtiera en la próxima víctima. Con el tiempo, la joven pudo comprender la gravedad de lo que atravesaba y se animó a ponerlo en palabras frente a su madre, lo que derivó en la denuncia.

La causa principal está centrada en los testimonios de las tres víctimas directas ya formalizadas, pero la querella y la fiscalía señalaron que podrían sumarse otros hechos. Existen relatos de otros integrantes del mismo grupo familiar que mencionan situaciones similares, aunque aún no se formalizaron como denuncias judiciales.

“Estamos frente a un caso de violencia sexual sistemática contra niñas de su propia familia. Por pedido expreso de su hija, hicimos pública la investigación para que otras posibles víctimas se animen a denunciar y para prevenir que sigan ocurriendo abusos”, explicó Alanís.

El expediente avanza con pruebas testimoniales, pericias psicológicas y medidas de resguardo. La prisión preventiva fue ratificada por el tribunal interviniente, en atención a la gravedad de los hechos, la reiteración de conductas y el riesgo procesal de entorpecimiento de la investigación si el acusado recuperara la libertad.

El avance de la causa penal permitió, finalmente, que se dispusiera la detención y se activaran medidas más efectivas de resguardo. No obstante, el tiempo transcurrido entre la primera denuncia y la privación de libertad del acusado mantuvo a las víctimas expuestas a un clima de amenazas y temor.

El expediente se encuentra en etapa de instrucción avanzada y la fiscalía prevé su elevación a juicio en los próximos meses. De confirmarse las imputaciones, el acusado enfrentará cargos por múltiples hechos de abuso sexual gravemente ultrajante y abuso sexual con acceso carnal, todos en concurso real, lo que prevé penas elevadas de cumplimiento efectivo.

Mientras tanto, se siguen recolectando pruebas y testimonios.

El caso ha generado conmoción en Córdoba no solo por la extensión temporal de los abusos, sino porque se trata de delitos cometidos en el ámbito más íntimo y cercano: la propia familia. La decisión de la hija de contar lo que vivía permitió sacar a la luz un entramado de violencias que había permanecido oculto por más de 20 años.

La querella insistió en que la visibilización pública del caso busca alentar a otras posibles víctimas a denunciar, y también poner en debate las limitaciones del sistema judicial frente a denuncias de violencia de género y abuso sexual.