“No se puede vivir así. Es un desastre total con los trapitos”, relató una mujer que trabaja en uno de los comercios más grandes del sector.
“La Municipalidad no hace nada. Los trapitos vienen, insultan a las chicas, vienen drogados, te rompen la basura. Es un desastre. Duermen en la casa de los vecinos, te orinan todo. Lo tienen que solucionar porque no se puede vivir así. Por más que haya más patrullajes, la Policía no puede hacer nada. Hay gente que cae detenida tres veces en el mismo día y así como se los llevan los vuelven a traer. Si no ponen un poco de mano dura o cambian las leyes, la Policía está atada de manos. Si los policías hacen algo, los graban y los suspenden por uno o dos años. Acá, por más que pongan mil policías por barrio estamos en la misma. Ellos tienen todas las de ganar. Si no cambia de arriba lo vamos a sufrir todos. Por la delincuencia, no podés ni andar caminando”, manifestó la mujer que trabaja en una estación de servicios.
Y agregó que los hechos de inseguridad son constantes en esa zona. “Hay robos todo el tiempo. Se roban bicicletas, motos. Las chicas salen de trabajar y no saben si llegan a su casa. Acá tenemos el problema de los trapitos, que están en todo momento, y si les decís algo, están drogados. Te pueden matar y como están drogados nadie les dice nada”, declaró.
Agresivos
Otro vecino, que atiende un kiosco cerca de la estación de servicios Wico, también señaló que los trapitos se han vuelto un problema para la tranquilidad de la zona.
“Hasta el momento, y tocamos madera, no tenemos problemas con los robos en este lugar específico. Pero hay muchos trapitos que están agresivos, si no les das te rompen la vidriera. Hay negocios a los que han entrado a robar: acá al lado, en la estación de servicio Wico, han entrado a robar y se llevaron mercadería. Acá no hay tantos robos pero en negocios cercanos de la calle Estados Unidos, en una carnicería, por ejemplo, robaron dos o tres veces en un mismo mes. La Policía pasa, da una vuelta, pero no hay forma de sacar a esa gente de acá”, manifestó.
Y pidió que haya un patrullaje más intensivo. “Calculo que hace falta más patrullaje. Ves a la Policía que anda o que están parados en sectores donde no se necesitan tanto y cuando los necesitás porque pasó algo llevan tarde. En este sector los que están molestando son los trapitos; hay un grupito de chicos jóvenes que también han robado, te entran al negocio de a 3 o 4, te distraen y te sacan mercadería. No es nada grave pero cada vez hay más”, manifestó el vecino de la calle Marcelo T. de Alvear.
El control de la actividad de los cuidacoches o trapitos ha sido uno de los anuncios del gobierno municipal. Desde julio comenzó a aplicarse la nueva ordenanza que establece que nadie puede exigir un pago a cambio de cuidar un auto o lavarlo o limpiar vidrios. Si hay entrega de dinero, debe ser absolutamente voluntaria.
Desde la Municipalidad vienen manifestando que hay un trabajo constante para que se cumpla la normativa. Desde julio, cuando empezó a aplicarse la nueva ordenanza que regula la actividad de los cuidacoches y limpiavidrios, los inspectores tuvieron que intervenir en 2.025 ocasiones por distintos tipos de situaciones: desde llamados de atención, advertencias, denuncias por cobros indebidos hasta delitos más graves como hurtos, robos o daños a vehículos.
Sin embargo, hay sectores como, por ejemplo, en el Empalme de Banda Norte, donde la gente se siente atemorizada por las amenazas de los trapitos.