La Comisión del Mercado Interno y la Comisión de Libertades Civiles del Parlamento Europeo aprobaron el pasado jueves un mandato de negociación para abordar la primera legislación sobre inteligencia artificial. Los eurodiputados pretenden que se garantice que, dentro de la Unión Europea, los sistemas de IA estén supervisados por personas y que serán "seguros, transparentes, rastreables, inclusivos y respetuosos con el medioambiente".
Histórico, la propia industria de la IA pide ser regulada por los Estados
Tanto en Europa como en Estados Unidos los cuerpos legislativos empiezan a debatir qué hacer y cómo darle un marco legal al avance de la inteligencia artificial (IA)
Pretenden una legislación pionera con la que controlar este nuevo tipo de tecnologías con medidas que restringirán, por ejemplo, su uso en sistemas de reconocimiento facial o de crédito social. Además, se ha hecho especial hincapié en establecer una definición apropiada de sistema de inteligencia artificial para que ésta sea tecnológicamente neutra y la legislación sea aplicable no solo a los sistemas actuales como ChatGPT (Microsoft) o Bard (Google), sino también a los del futuro.
Mientas tanto en Estados Unidos y ante congresistas de ese país, el creador de ChatGPT, Sam Altman, planteó de manera sorpresiva que se debería regular el uso de la inteligencia artificial. Altman, de 38 años y director ejecutivo de la firma tecnológica OpenAI, se presentó ante un comité sobre privacidad y tecnología del Senado que lo interrogó sobre cómo funciona ChatGPT y qué ventajas y riesgos plantea la inteligencia artificial (IA). El hecho es curioso e histórico pues las industrias suelen ser reacias a los controles gubernamentales.
En Europa hay una larga, desordenada e inacabada lista de propuestas legislativas, con desacuerdos entre los políticos conservadores y progresistas, el borrador detalla la pretensión de vetar el uso de la IA en los siguientes supuestos: identificación biométrica en tiempo real en espacios públicos; identificación biométrica de grabaciones, salvo requerimiento de las autoridades en la persecución de delitos graves y con autorización judicial previa; categorización biométrica del público, transeúntes o clientes de establecimiento empleando características sensibles como "género, raza, etnia, ciudadanía, religión, creencias u opiniones políticas"; reconocimiento de emociones empleadas por fuerzas del orden, gestión fronteriza, en el lugar de trabajo y las instituciones educativas; y extracción indiscriminada de datos biométricos provenientes de redes sociales o grabaciones de CCTV para crear bases de datos de reconocimiento facial.
El proyecto de ley se someterá a votación plenaria en el Parlamento Europeo en junio, antes de que se acuerden los términos definitivos entre los representantes del Parlamento, Consejo y Comisión de la Unión Europea.
En Estados Unidos esta semana Altman: dijo "necesitamos maximizar lo bueno sobre lo malo. El Congreso tiene una opción ahora. Tuvimos la misma opción cuando nos enfrentamos a las redes sociales. No pudimos aprovechar ese momento". Los congresistas manifestaron apoyo para que un nuevo organismo que regule la industria. Pero hubo dudas sobre si tal agencia podría mantenerse al día en una industria que evoluciona rápidamente.
El director ejecutivo de ChatGPT remarcó que hay una fascinación por esta tecnología, pero también preocupaciones sobre cómo las funciones de estos robots podrían sustituir la labor humana en algunas áreas ocupacionales. "Habrá un impacto en los empleos. Tratamos de ser muy claros al respecto", afirmó. Sin embargo, también planteó que la tecnología tiene potencial para ayudar a encontrar soluciones a problemas como el cáncer o la degradación del medioambiente.