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AcaBio y Bio4 empujan para arriba la producción de etanol de maíz en Argentina

La planta de Villa María expandió fuerte su capacidad de producción. La de Río Cuarto también hizo inversiones y mejoras

Hay una característica distintiva del etanol producido a base de maíz sobre el que se elabora en el norte argentino a partir de la caña de azúcar: la estabilidad y la previsibilidad en la entrega a lo largo de todo el año, que se suma a una disponibilidad abundante y subexplotada de materia prima.

Es parte de la explicación por la cual, con incentivos correctos, el etanol de maíz que se elabora en la región central y que Córdoba lidera con comodidad podría expandirse mucho más en producción, inversiones, mano de obra, exportaciones con valor agregado y generación de divisas.

De hecho, 2022 cerró con la mayor producción de etanol de la historia, empujado por las empresas que lo elaboran a base de maíz. Las de caña, radicadas en Jujuy, Salta y Tucumán, apenas pudieron sostener los niveles previos, en parte por efectos climáticos que afectaron fuerte a los cañaverales. Pero eso no es todo, porque el arranque de 2023 proyecta que rápidamente el récord del año pasado puede ser superado.

Javier Preciado Patiño, exsubsecretario de Mercados Agropecuarios de la Nación y “profeta de la agroindustria”, como se define, destacó que la producción de etanol a base de maíz aumenta 38% interanual. “A este ritmo, la producción de este año podría superar los 800.000 metros cúbicos, alcanzando un nuevo récord”, vaticinó el exfuncionario.

¿Quiénes empujan ese salto? Ya se dijo que las industrias etanoleras de maíz son las protagonistas, pero en particular hubo dos cordobesas que sirvieron de locomotora en este arranque de año: la villamariense AcaBio y la riocuartense Bio4. Según datos de la Secretaría de Energía, la primera dio un salto del 92% entre enero y marzo de este año y el promedio registrado en el mismo período entre 2018 y 2022. En el caso de la segunda, el incremento productivo alcanzó el 38% en esa comparación. Actualmente AcaBio aumentó su capacidad a 290 mil metros cúbicos anuales y Bio4 a 140 mil metros cúbicos por año.

Lo cierto es que en 2022 hubo un dato fuerte de recomposición en el consumo de combustibles a nivel nacional, dejando atrás definitivamente los efectos de la pandemia que habían frenado la demanda. A eso se sumó el rebote en la economía que fortaleció la tendencia y que dejó a la producción de naftas cerca de los máximos de 2017. Al tener esta nafta un corte obligatorio del 12%, la producción de bioetanol en Argentina acompañó el alza y mostró un crecimiento significativo.

Un reciente informe de la Bolsa de Comercio de Rosario remarcó en ese sentido que “el hito productivo del 2022 tiene por protagonista al maíz argentino”.

En ese informe se destaca que la industria del etanol lleva más de una década aportando más valor a la producción maicera argentina. Además de sustituir importaciones de naftas en un contexto de límites al acceso de divisas, reduce las emisiones de gases de efecto invernadero en Argentina, en un camino hacia el objetivo de la neutralidad de carbono en el 2050. “Hoy la industria del bioetanol de maíz se asienta en tres provincias argentinas. Sin embargo, de ampliarse su corte obligatorio, podría crecer para aportar dinamismo y más generación de empleo de calidad a nivel federal”, sostuvo el trabajo de la Bolsa rosarina. Las etanoleras están radicadas en Santa Fe (Vicentin, que volvió a operar el año pasado su planta de Avellaneda); Córdoba (con AcaBio, Bio4, ProMaíz y más recientemente, Maíz Energía) y San Luis (con Diaser).

Esta pujante industria tiene mucho potencial y espacio para crecer en nuestro país, con materia prima abundante para procesar y enormes capacidades para potenciar y brindarle más escala a las empresas.

El trabajo hace foco también en los dos principales productores de etanol del mundo: Brasil y Estados Unidos. “Entre estos dos países se explica el 80% de la producción de etanol del mundo. Por un lado, prácticamente la totalidad del bioetanol de los Estados Unidos proviene del maíz. El año pasado Estados Unidos se habría acercado a producir 60 millones de metros cúbicos de este biocombustible, la mitad del etanol del mundo. De acuerdo con el Departamento de Energía estadounidense, en este país también se produce etanol con madera y residuos de cultivos, aunque no es una producción abundante, siendo el etanol un mercado dominado fundamentalmente por el maíz. Así, la mayoría de las 192 plantas radicadas en los Estados Unidos se ubican próximas a las zonas productoras maiceras, con especial peso de Iowa, Nebraska, Minnesota, Illinois e Indiana. Esa particularidad se da también en Argentina y por eso no es casual que Córdoba encabece la producción del alcohol al ser la principal productora de maíz del país.

Si bien el mandato de corte de naftas con etanol en Estados Unidos se establece en 10% (E10), existe un abanico de políticas complementarias a nivel federal y en los estados para la promoción del etanol estadounidense, lo que lleva a los cortes efectivos más usuales se encuentren entre el 20% y 30% de etanol, según el Departamento de Energía de los Estados Unidos. Como se dijo, en Argentina se estableció el 12% y con una ley aprobada en 2021 que sumó confusión a una normativa original surgida en 2006.

En términos de infraestructura, en la potencia norteamericana ya hay más de 4.200 estaciones de servicio que proveen y más de 20 millones de vehículos flexibles que pueden cargar hasta gasolina E85, es decir, con un 85% de etanol y un 15% de nafta.

Por otra parte, remarca la Bolsa rosarina, el comercio exterior de bioetanol en Estados Unidos es un negocio que generó exportaciones por cerca de US$ 2.500 millones al año los últimos cinco años. Más aún, el bioetanol estadounidense se exporta a destinos tan diversos como Canadá, Corea del Sur, India, la Unión Europea, China, Brasil, México, entre otros.

El gigante sudamericano tiene su mercado de etanol dominado por el de caña de azúcar. Sin embargo, la producción del etanol de maíz viene creciendo a dos dígitos año tras año. La producción brasilera es fundamentalmente para consumo doméstico. RenovaBio es el nombre del programa que desde 2016 da cuenta de las principales políticas relativas a biocombustibles en Brasil. Si bien la actual normativa permite al corte obligatorio de bioetanol oscilar entre el 18% y el 27% de composición de los combustibles, hoy se ubica en el 27% y no cae por debajo del 20% desde el 2006. Es decir, al menos el doble de corte que Argentina.

Asimismo, en Brasil se ubica la flota de vehículos flexibles más grande del mundo, con más de 30 millones de vehículos en nuestro principal socio comercial, y muchos de los cuales además son de fabricación argentina. Estos pueden utilizar etanol hasta E100 (es decir, con etanol puro) en los casos del etanol hidratado. Con incentivos de precios y subsidios, el corte efectivo de Brasil supera al 27% vigente actualmente. Esto se diferencia del etanol anhidro, con menor contenido de agua y utilizado para cortes de menor magnitud.

No conforme con ello, en 2022 se realizó una enmienda constitucional en Brasil (la número 123) para favorecer la competitividad de los biocombustibles en un contexto de baja de impuestos a los combustibles fósiles por sus altos precios. En este sentido, se aprobó la entrega de un auxilio financiero de 3.800 millones de reales (más de US$ 700 millones) entre agosto y diciembre del 2022 para distribuir entre los estados brasileros con preponderancia en el mercado del etanol. Existen otras políticas de promoción al consumo de etanol brasilero, entre las que se destacan líneas de crédito y aranceles cero a la importación para cubrir el exceso de demanda.

De acuerdo con el USDA (el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos), en 2022 la producción de bioetanol de maíz creció un 37% respecto a 2021, apuntalando una tendencia alcista que rompe récords. Al igual que en Argentina y Estados Unidos, el grueso de la estructura industrial del etanol está cerca de la producción maicera, fundamentalmente el Mato-Grosso.

¿Cómo hacer crecer esta industria en Argentina?

El trabajo de la Bolsa Rosarina enumera una serie de requisitos para que Argentina, que tiene condiciones para expandir esta industria, pueda lograrlo. “Se hace fundamental dar previsibilidad al sector del bioetanol en cuanto a la determinación de precios en tanto sea posible poder cubrir costos y se fije una rentabilidad razonable, tal cual lo expresa la ley 27.640 de Marco Regulatorio de Biocombustibles”, señala.

Y agrega: “Asimismo, una de las solicitudes al Gobierno Nacional respecto al bioetanol incluye la posibilidad que se autorice un corte de hasta el 27% de etanol con nafta (E27) para el parque automotor, en línea con la posición que se ha adoptado en el Mercosur, especialmente Brasil y Paraguay. De esta forma se empezarían a utilizar los automóviles con motores flex y Kids de conversión para toda la flota, tal como sucede en Brasil. Llegar a este meta se daría en un proceso progresivo, pero absolutamente factible”, indica el trabajo de la Bolsa. Y concluye: “Como primer paso para llegar al E27 debe autorizarse un corte del 15% para que paulatinamente la industria se desarrolle aumentando la producción y ejecutando inversiones”.